Robos de cajeros automáticos
El robo de cajeros automáticos ha sido un delito frecuente porque reporta millonarios botines a los ladrones, no obstante que la Ley 20.601, publicada el 14 de julio de 2012, aumentó la penalidad a presidio menor en su grado máximo, es decir, de tres años y un día a cinco años.
Hay que pensar previo al violento atraco a un cajero, a alguna persona se le asaltó y se le robó su vehículo, que se usó para atacar el dispensador, y ocasionalmente se emplea otro automóvil para cargar las bandejas con billetes e iniciar la huida. No es tan sencillo como pensar que en estas situaciones operan los seguros, porque hay que considerar que los robos son cada vez más violentos y osados, incluso captados por cámaras de vigilancia, y no pocas veces en presencia de público.
En consecuencia, queda la sensación en la ciudadanía de que opera un principio de impunidad frente al que nada se puede hacer. Las bandas no sólo están dedicadas a la sustracción de cajeros sino que muchas veces también utilizan los botines para financiar operaciones de narcotráfico. El 13 de septiembre se registró uno de estos robos violentos en un cajero automático de San Pedro de la Paz y en los últimos días ha habido otros en la Región Metropolitana, que incluso han derivado en incendios de locales y de bodegas comerciales contiguas.
Éste es un delito que nació en Chile en el año 2007, primero con la técnica del lazo, que consistía en amarrar el dispensador y tirarlo con una camioneta para arrancarlo de la base y llevárselo. Luego se aplicó el oxicorte, por el cual se abría el surtidor para llevarse la gaveta, aunque tomaba mucho tiempo. Y finalmente las bandas optaron por la saturación con gas, generando una explosión en el lugar, para liberar los billetes. Este mecanismo genera grandes daños e incendio de las dependencias.
La banca optó por medidas preventivas, como el blindaje de los cajeros, empotrarlos fuertemente en la base, y utilizar un método por el cual ante un acto violento, se libera un depósito de tinta que mancha los billetes. Sin embargo, en algunos de los últimos delitos se ha sabido que no siempre se usa el entintado por lo que se teme que haya una fuga de información respecto de los dispensadores que no utilizan el entintado.
Hace unas décadas había en Chile cerca de 10 mil cajeros automáticos, pero fueron retirados muchos de aquellos que estaban en zonas críticas por los robos. En la actualidad, hay poco más de 7.500. Un reciente estudio de Redbanc y la empresa investigadora de mercado Ipsos, determinó que el 58% de las personas en Chile usa un cajero automático al menos una vez por semana, lo que demuestra que, a pesar del auge de tecnologías, para un 78% de los encuestados, los cajeros son relevantes o muy relevantes en su vida diaria y un 47% cree que su importancia ha aumentado en los últimos cinco años. Alguno de los principales factores que contribuye al uso constante es su disponibilidad las 24 horas, lo que permite a las personas realizar transacciones en cualquier momento, de manera rápida y conveniente. Otro factor es la seguridad, aunque los clientes prefieren utilizar los que se encuentran ubicados en los supermercados (72%), bancos (59%) y centros comerciales (46%). Los habitantes del norte y sur del país recurren a ellos con mayor frecuencia que en la RM, debido a la presencia de numerosos negocios locales, la necesidad de pagar transporte público y las limitaciones en la señal telefónica que dificultan el uso de aplicaciones de pago. En estas áreas, los montos retirados suelen ser más altos, oscilando entre $50 mil y $200 mil, en comparación con la RM, donde la mayoría varía entre $10 mil y $50 mil.
La Subsecretaría de Prevención del Delito ha dado a conocer que habrá reuniones con los directivos de bancos para acentuar las medidas de resguardo para reducir estos robos violentos.
El 13 de septiembre se registró uno de estos robos violentos en San Pedro de la Paz y en los últimos días ha habido otros en la RM, que incluso han derivado en incendios de locales y de bodegas.