Avances para enfrentar la crisis hídrica
De acuerdo a las estadísticas del balance anual de la Dirección Meteorológica de Chile, durante el año pasado la Región del Biobío registró un total de 835,2 milímetros de agua caída según la medición de la estación Carriel Sur, en Talcahuano, es decir, la mayor cantidad de precipitaciones de los últimos cinco años.
Si bien se trata de una buena noticia, considerando el avance de la crisis climática e hídrica que han generado una serie de efectos en distintas zonas del país, se trata de un cifra que no cambia el escenario de déficit hídrico, provocado por el extenso fenómeno de sequía que se arrastra desde hace 14 años.
Según los registros de la institución, 2008 fue el último año que el agua caída estuvo por sobre el promedio histórico, ya que en los años posteriores siempre se han ido registrando déficit de diferentes magnitudes en torno a lo que se denomina un año normal en este ámbito. De hecho, durante 2022 si bien las precipitaciones registraron un 50% más que en 2021 y la cantidad de agua caída fue la más alta desde 2017, la información de la Dirección Meteorológica revela que, igualmente, la lluvia fue un 15,1% menos del promedio histórico, que es de 984,3 milímetros.
La información entregada desde el mundo académico revela, eso sí, que en 2022 hubo un valor atenuado del déficit hídrico que se arrastra y que, por ejemplo, en 2021 llegó a un 43%, pero que un año más aliviado en este ámbito no debe llevar a proyectar que la zona se está recuperando de la megasequía, ya que para eso se necesitarían años consecutivos de superávit o, al menos, condiciones climáticas consideradas normales por los especialistas.
Un ejemplo de esta situación puede ser apreciado a través de la situación de la capacidad de laguna Laja, que es el mayor embalse natural de la Región del Biobío y que mantiene un déficit, según los datos de la Dirección General de Agua (DGA) del Ministerio de Obras Públicas, de un 72,9%. De esta forma, queda claro que un año con condiciones menos desfavorables es positivo dentro de las condiciones precisas de ese periodo, pero en el escenario de mayor envergadura sigue siendo adverso y, de esta forma, la mega sequía se mantiene.
De hecho, el investigador del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, Martin Jacques, aseguró en una información publicada por esta casa editorial que todo indica que al término del siglo las bajas precipitaciones que nos mantienen en condición más seca serán consideradas como normales, pese a que existan años con una cantidad importante de lluvias.
De ahí la relevancia de desarrollar y avanzar hacia una administración eficiente de los recursos hídricos, la que debe ser impulsada y luego aplicada más allá de las variaciones de precipitaciones que puedan ir registrándose de un año a otro. En este sentido, son varias las acciones y proyectos que se están trabajando en los distintos ámbitos involucrados, uno de ellos orientado al levantamiento de información para la realización de estudios en la zona.
Dentro de este grupo de iniciativas se encuentra el estudio de acuíferos en las zonas productivas de la Región del Biobío, que actualmente está en proceso de licitación y esperando ofertas durante este mes de enero y que está a cargo de la Dirección General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas .
En su etapa inicial el estudio se realizará en las comunas de Laja y Los Ángeles, sin embargo, existen otros tres más que abordarán en el resto de la provincia de Biobío, además de las provincias de Concepción y Arauco. El objetivo principal es contar con un mapa hidrogeológico y un modelo que permita, por ejemplo, entregar esa información a las personas que toman decisiones en tema de infraestructura, para que puedan ubicar de forma más efectiva, ya sea los pozos de agua potable rural o urbana, o de infraestructura que tenga que ver con abastecimiento.
También se trabaja en la creación de Consejos de Cuencas, los que están alineados con el trabajo que realiza el Comité Interministerial de Transición Hídrica Justa que impulsa el actual Gobierno. Ésta consiste en avanzar en una gestión integral del agua a nivel de cuenca, donde apunta a que la gobernanza no sólo será de las personas que tienen derechos de agua, sino que incluirá a municipios, las universidades, los servicios públicos y la sociedad civil.
Estas acciones significarán la posibilidad de analizar todos los temas que tienen que ver con el uso eficiente del recurso hídrico y generar un plan estratégico para llevar adelante medidas concretas. En nuestra región se eligió la cuenca del Biobío como el piloto para poder encaminar esta experiencia, por lo que dentro de los próximos meses podrán comenzar a conocerse datos importantes de la realidad regional y, por supuesto, iniciar un trabajo definido para enfrentar la compleja situación hídrica local.
En este sentido, son varias las acciones y proyectos que se están trabajando en los distintos ámbitos involucrados, uno de ellos orientado al levantamiento de información para la realización de estudios en la zona.