Superficie local de uva llega a las 2.796 hectáreas y cinco comunas logran alzas
Eso sí, productores dicen que la zona experimenta una realidad diferente. Ven además una baja capacidad exportadora.
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) publicó hace unos días el Catastro Nacional Vitícola 2021, informe elaborado con los antecedentes proporcionados por los productores, a través de declaraciones juradas de plantación de vides para vinificación, consumo fresco y pisco. A nivel local se observa que la cantidad de hectáreas de uva presentó un leve aumento de 0,91% en un año, es decir, si en 2020 se contabilizaron 2.771,06, el año siguiente fueron 2.796,26, casi el 2% del total nacional.
En comparación al resto de las regiones Biobío está muy por debajo, pues de los 15 territorios analizados la Región ocupa el séptimo lugar en cuanto a superficie, aunque sí se consolida como una de las pocas que experimentó incrementos porcentuales. En este último ámbito está junto a las regiones de Los Lagos (37,40%), Tarapacá (14,49%), Los Ríos (2,16%), La Araucanía (1,88%), Atacama (0,94%) y Aysén, que a diferencia del catastro anterior esta vez sí contabilizó superficies. A nivel nacional la tendencia fue negativa, ya que hubo una caída de 4,23%.
Análisis local
Es posible advertir que en la Región se consolidan las plantaciones para vino tinto, con 1.430,22 hectárea plantadas, casi 63 más que las destinadas a la producción de vino blanco. Respecto al comportamiento comunal, de las 15 ciudades del Biobío analizadas se observa que siete mantuvieron el nivel de 2020, tres sufrieron mermas y cinco lograron incrementos: Hualqui (10,20%), San Rosendo (9,30%), Yumbel (4,47%), Santa Juana (4,02%) y Mulchén (0,84%). Al contrario, tuvieron bajas Tomé (-1,55%), Nacimiento (-0,86%) y Florida (-0,58%).
Más en el detalle, el territorio se caracteriza por contar con un total de 662 propiedades con plantaciones de vides de vinificación, siendo Florida (205), Yumbel (132), Nacimiento, Tomé (ambas con 79) y Santa Juana (47) las comunas con los registros más altos en esta línea. Además, se da cuenta de que en la zona predominan las plantaciones de cepajes blancos como moscatel de Alejandría o chardonnay, y en el caso de las variedades tintas las cepas pinot noir o país.
Por medio del catastro el órgano estatal busca aportar datos que sirvan para enfrentar la implementación de políticas adecuadas al desarrollo del sector, el control de la zonificación vitícola y denominaciones de origen de vinos, así como la toma de decisiones de los diferentes agentes que intervienen en esta área de la agricultura chilena.
Realidad distinta
Los pequeños productores de la zona no concuerdan con las cifras entregadas por el SAG. Danilo González, presidente de la Cooperativa Vitivinícola de Yumbel, indica que en su sector la llegada de nuevas viñas es casi nula y que hay un problema que se ha profundizado por la baja capacidad de exportación que tienen muchos emprendedores y el "castigo al precio de la uva", que hace que un kilo pueda llegar a valer solo $120. A su juicio, esta cifra no ayuda cuando hay que pagar sobre $40 mil al día a cada uno de los trabajadores.
Álvaro Señor, propietario de la viña Santa Ximena de Florida coincide y sostiene también que en su comuna la caída va mucho más allá del número indicado por el SAG, aunque dice que es posible que esa merma se vea reflejada en los nuevos informes del organismo. Añade que los viñateros han abandonado el cultivo debido a la falta de mano de obra especializada y no especializada -un tema que surgió en plena pandemia y que continúa crítico-, o los bajos precios en la compra de la uva "que desincentivan el negocio y obligan a emigrar a otros cultivos".
"Creo que esto seguirá decayendo y solo permanecerán en el negocio las personas que puedan hacer ventas especiales a otros productores de uva o vino, aquellos que tengan un nicho para la exportación", cierra Señor.