Revegetación del vertedero de cenizas de Enel culminará a mediados de 2023
La idea es que este espacio logre una transformación completa para mejorar la estructura del suelo contaminado por 20 años, rehabilitar el ciclo hidrológico e incorporar vegetación con arbustos y árboles nativos.
El 30 de septiembre pasado se punto final a la historia que por diez años desarrolló la termoeléctrica Bocamina II en Coronel. La mañana de ese viernes, Enel Generación, en compañía de diversas autoridades, cesó la actividad de esta infraestructura en el marco del proceso de descarbonización de la matriz energética nacional. Con este hito también deja de funcionar el vertedero de cenizas, el que operaba hace más de 20 años en la comuna.
Desde la firma italiana comentan que dicho sitio está sujeto desde 2019 a un ambicioso proyecto de revegetación por diseño, "único a nivel nacional y que lo está transformando en un bosque del tipo nativo dentro de Coronel". El espacio tiene una extensión aproximada de diez hectáreas, tamaño equivalente a 13 canchas de fútbol profesional.
Agregan que el trabajo que queda ahora es continuar con el proceso de revegetación por diseño desarrollado por colaboradores de Enel Generación y que se ejecuta junto a la iniciativa Foresta Nativa de la Universidad de Concepción. Por tanto, en el vertedero quedará un equipo cercano a las 100 personas para finalizar la etapa de más trabajo, contando colaboradores de Enel, contratistas y miembros asesores de Foresta Nativa, quienes continuarán con el proceso que, se estima, culmine a mediados de 2023.
El área total de intervención -ubicada a unos dos kilómetros de la comuna- se divide en tres sectores. Dos ya han sido intervenidos a raíz del proyecto y se espera que la última comience a ser tratada dentro de los próximos meses. Así, se espera lograr una recuperación de la estructura del suelo y una rehabilitación del ciclo hidrológico, lo que va de la mano de mayor vegetación con arbustos y árboles nativos. El ecosistema del Parque Pedro del Río Zañartu es la gran referencia que tiene esta iniciativa.
Características del proceso
La labor desempeñada en el lugar incluye una serie de etapas. Tras analizar el sitio, los actores a cargo debieron reconstruir el suelo sobre las cenizas que por años habían sido allí depositadas. Eso sí, desde la empresa indican que estas fueron "confinadas" para no alterar el ecosistema.
De acuerdo a Daniel Farfán, jefe de Proyectos de Enel Generación, en el vertedero se solían descargar las cenizas producidas por la combustión a carbón de la central Bocamina. Este material, relata, era llevado en camiones desde los silos que están en la central, a medio kilómetro de distancia. Pero no era solo eso, ya que también era llevado el yeso originado de los procesos de desulfurización.
"Una de las cosas que más incide es la mejora sustancial en el tipo de impermeabilización, pasando de una geomembrana HDPE a una LLDPE, siendo esta última una geomembrana conductiva, es decir, que se puede aplicar una corriente eléctrica para verificar, cuando se instala, que está bien soldada, sin fisuras ni rasgaduras; y cuando se le pone el material encima permite saber si se ha producido algún daño y reparar", sostiene Farfán, quien añade que esa estrategia evitará que la ceniza entre en contacto con los componentes que irán encima y que el agua que caiga tampoco percole hacia las napas.
El investigador de la Universidad de Concepción a cargo del plan de revegetación, Felipe Aburto, comentó hace unos días al sitio País Circular que este diseño se fundamenta en los principios de la restauración ecológica, "una práctica basada en la ciencia para ayudar a la recuperación de los ecosistemas naturales".
20 años, aproximadamente, ha funcionado el vertedero de cenizas en la comuna de Coronel.
100 personas culminarán la etapa de más trabajo en el vertedero de cenizas, según informan desde la empresa italiana.