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Camila Vallejo, ministra secretaria general de Gobierno

"Se pueden tener diferencias en torno al indulto y al mismo tiempo sentarse a conversar la agenda de seguridad"

La vocera insiste en que la Mesa de Seguridad quebrada tras los 13 beneficios presidenciales no ha muerto y que "la sostendremos hasta el final". Por lo mismo, llama a la oposición a "volver a dialogar".
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Por Mauricio Ávila C.

Ni siquiera el 51% de desaprobación que le atribuyó la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) logra cambiar el tono pausado a la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo. En una semana en que los 13 indultos otorgados por el Presidente Gabriel Boric gatillaron la bajada de Chile Vamos de la Mesa de Seguridad, que podría haber materializado un gran acuerdo nacional en esa materia, la ex dirigenta estudiantil y diputada comunista por dos períodos mantiene la templanza y prefiere poner el foco en el paquete de medidas económicas de ayuda social anunciado por el Mandatario.

La secretaria de Estado reconoce que para que los anuncios se concreten, el Ejecutivo necesita de los votos de la derecha en el Congreso, algo que se ve altamente complejo en un ambiente polarizado con amenazas de acusaciones constitucionales de por medio.

"El llamado a la oposición, sobre todo, al Parlamento, es a centrarnos más en sacar la agenda legislativa y las ayudas de las personas más que enfrascarnos en riñas o disputas políticas menores. Es lo que necesitamos ahora, sobre todo pensando en la gente. Todo lo demás igual quita tiempo, la polémica, los 'gallitos' quitan mucho tiempo y creo que la gente está cansada de eso, necesita más soluciones, más concreción y por eso este paquete de medidas. Pero necesitamos igual al Congreso. Esa es la realidad".

-La frase cliché dice que las encuestas son una foto. ¿Concuerda la foto de la CEP con la mirada que tiene el Gobierno sobre lo que está ocurriendo en el país?

-La vida y las percepciones son dinámicas en general, pero ahí hay cuestiones que son muy claras, por ejemplo, la prioridad en materia de seguridad. Que el tema la seguridad tiene que ser lo más importante y lo prioritario en la agenda de Gobierno por cierto que es una realidad y nosotros lo vemos, lo hemos comentado y por eso hemos reforzado mucho la agenda en materia de seguridad. La gente siente temor, los delitos están siendo más violentos, el poder de fuego se ha acrecentado, entonces hemos puesto harto énfasis ahí y nos queda mucho más por avanzar. Ahora, claro, el Gobierno, los gobiernos, no se pueden preocupar solo de una cosa. El arte de gobernar significa mirar todos los elementos que están siendo parte de la realidad del país y hacernos cargo de todos ellos. Nadie nos perdonaría si es que solo nos dedicáramos a la seguridad y no empujáramos la reforma tributaria o la reforma previsional o los temas de salud o educación. Entonces, estamos haciendo todo eso y es muy importante para nosotros transmitir que lo urgente y lo transformador no son excluyentes. Las urgencias ciudadanas, como las sociales, las económicas, la inseguridad, están siendo abordadas por el Gobierno. ¿Quiere decir esto que abandonamos nuestros compromisos programáticos que implican hacer transformaciones profundas para poder enfrentar los problemas estructurales que tiene nuestro país en materia de desigualdad? No. No significa abandonar eso. Significa que el desafío es doble, significa que mientras nos hacemos cargo de las urgencias también podemos proyectar y hacer avanzar las transformaciones profundas. Y en seguridad, como lo dice la CEP, tenemos que redoblar esfuerzos y por eso el compromiso es transversal por la seguridad, porque no basta con todo lo que hemos hecho como Ejecutivo; necesitamos mayor acuerdo con el Congreso para avanzar más y mejor.

-¿Murió la Mesa de Seguridad?

-La Mesa de Seguridad no ha muerto. Nosotros la sostenemos y la sostendremos hasta el final. Estamos a la espera, obviamente, de que la oposición se allane a volver a dialogar y estar en este espacio porque nos interesa que estén presentes. Pero, al final del día, tenemos que sacar un compromiso y vamos a sacarlo con quienes quieran estar arriba de ese compromiso por la seguridad de nuestro país. Y eso lo dijo la ministra de Interior, no es solo una idea mía, esto es una decisión de Gobierno, porque además tenemos muchos elementos. La Mesa de Seguridad aborda institucionalidad en materia de seguridad, apoyo a las víctimas, que es algo urgente. Tenemos todo lo que es control, persecución, pero también prevención, tenemos varios ejes de trabajo y cada uno de ellos tiene un despliegue de propuestas, acciones y medidas. Entonces, es una oportunidad muy grande para que, desde el Estado y la política, podamos dar respuestas más integrales y más completas al fenómeno de la delincuencia y de la seguridad, y cuando hablo de Estado no hablo solo del Gobierno, porque es solo un poder. Porque el Ejecutivo necesita al Legislativo y el Legislativo necesita del Ejecutivo. Hay muchas ideas que vienen de parlamentarios, que requieren del patrocinio, de la acción del Ejecutivo, que si la presentan ellos son inadmisibles, inconstitucionales; entonces, también nos necesitamos. Por eso el ánimo, la disposición y la voluntad del Gobierno siempre va a ser tener a la mayor cantidad de gente en la mesa en esta conversación, pero no vamos a obligar a nadie. Al final van a estar los que quieran estar.

-¿Había algún avance concreto antes de que Chile Vamos se "bajara"?

-Ha habido hartos avances, siempre ha habido algunos elementos que se ponen sobre la mesa como condición sine qua non para seguir estando en la mesa, pero no puede arrastrar todas las otras medidas solo, porque hay algo que te parece que debiera estar. En un momento fue el estado de excepción en el norte, después fueron los indultos, que fueron más determinantes, pero más allá de que la crítica a los indultos o al uso de la atribución presidencial que es legítima y así ha sido siempre, cada vez que un gobierno indulta la oposición critica esos indultos. Ha habido amenazas de acusaciones constitucionales, siempre ha pasado lo mismo, y está bien. No nos parece que sea reprochable en sí mismo que existan diferencias, las conocemos, eran bastante obvias, predecibles. Sin embargo, no podemos poner en riesgo la seguridad del país, que es una prioridad nacional, por una diferencia política. Eso para nosotros es clave y yo creo que se pueden tener diferencias y discusiones en torno al tema del indulto, y al mismo tiempo estar sentados conversando sobre la agenda de seguridad ciudadana.

-Su desaprobación, ¿a qué la atribuye?

-Eso tiene que decirlo la gente, la ciudadanía. En mi experiencia de más de 10 años en política he estado arriba y he estado abajo. Hay gente que me quiere y gente que no me quiere, por no decir otra cosa. Entonces, la verdad es que uno en esto en vez de andar opinando "qué bueno que me aprueben o qué malo que me rechacen", uno lo que tiene que hacer es lo que cree correcto. Al final, está bien, pueden juzgar como quieran, pero en función de las acciones, y una quedarse con la tranquilidad de que está en el lugar que está haciendo lo que está haciendo porque cree que es lo correcto. Esa tranquilidad y convicción no te la da una encuesta.

-¿Se aplica lo mismo al Gobierno?

-Las encuestas siempre están siendo miradas, pero uno tiene hoy una brújula principal que son las convicciones y las encuestas te sirven para decir "mira, aquí hay alguna percepción respecto de las medidas, que aquí hay que mejorar". Uno ve en las encuestas que hay ciertas preocupaciones y ciertos temores, porque depende también de las preguntas que se hacen. El tipo de pregunta determina demasiado la respuesta. Si te dicen si quieres que tu cotización sea para un fondo individual o que se la lleve el Estado, obvio que dirás en el fondo individual. Entonces, qué es lo que uno concluye, que hay explicar mejor qué es la reforma previsional que estamos empujando. Entonces depende mucho de cómo uno va explicando esto y yo creo que se requiere hacer un esfuerzo. Siempre es poco lo que uno hace en términos de comunicación. Esta es una sociedad muy mediatizada, muy de la inmediatez y cuando se es gobierno obviamente que no podemos ir al ritmo del minuto al minuto de las redes sociales. Ese es como el desafío permanente, poder estar comunicando y hablando más de lo que se está haciendo y menos de la pelea chica que solo le interesa a lo mejor a un pequeño mundo reducido de la elite política. La ciudadanía requiere más respuestas y requiere más concreción, y aunque tú respondas y concretes, si no saben que existe esa medida, no te van a evaluar positivamente. Pasó por ejemplo con el copago cero, una medida histórica, pero que mucha gente no sabía que existía. Ese tipo de cosas siempre hay que pulirlas y ha sido el desafío permanente de nuestro gobierno y particularmente de este ministerio que tiene que mirar permanentemente la comunicación de todo.

Agenda de medios

-¿En qué va el trabajo de las tres universidades convocadas por ustedes justamente para analizar el tema de los medios?

-Nosotros no tenemos el desafío de construir un sistema público de medios, por lo menos en este período. Sí creemos que hay que fortalecer Televisión Nacional. Estamos esperando las propuestas que puedan venir y que vamos a estudiar en su debido momento que vienen del convenio "Más Voces, Más democracia", pero nuestra tarea por el momento es apoyar a través de fondos que tenemos a la diversificación de medios pensando en los medios alternativos, medios regionales, medios comunitarios, y el fortalecimiento de TVN. En lo que sí tenemos una tarea importante es a la que nos convocó la OCDE, que es una agenda de desinformación, que es una preocupación mundial, porque con esto de la guerra de Rusia contra Ucrania, de lo que han atravesado otros países, se ha puesto como eje central para el fortalecimiento de la democracia y el cuidado de estas el combate contra la desinformación. Aquí es muy importante el lenguaje. Uno habla de fake news, pero ya casi no se debe hablar de ellas, porque las noticias no son falsas, la noticia en sí misma se entiende como una noticia que es chequeada, que tiene fuentes, fundamento. Entonces ¿cuáles son los términos que se usan?, desinformación. También está la información que se comparte sabiendo que es falsa con la intención de engañar. O sea, que decides mentir. Por otro lado, está el problema asociado a que muchas veces se comparte información que nos dan, pero no con intención de desinformar, sino que compartiste información errónea, o no verificada. Por eso hay que pensar en los ámbitos de acción entendiendo esas distinciones y dónde está concentrado el problema, que hoy es en las redes sociales. Hoy ni siquiera es que la gente miente en redes sociales, es que hay bots mintiendo y amplificando mentiras. Y los bots no tienen derecho a la libertad de expresión porque no son personas, son amplificadores de falsedades, y por lo general las falsedades o la desinformación polarizan más, generan mayor conflicto y odiosidad. Entonces, lo que queremos con este hub al que nos sumamos de la OCDE es poder trabajar primero en analizar las experiencias del mundo, los debates que están haciéndose en el mundo respecto de esto, y poder tener luego una síntesis de cosas o medidas a empujar a nivel multilateral, porque no es algo que realiza un país sino que es una especie de agenda más internacional sobre cómo enfrentar esto, porque el fenómeno es global, no solo de un país; no tiene fronteras el fenómeno de la desinformación.

-¿Entonces, solo están en la etapa de búsqueda de información? ¿No hay proyectos aún en carpeta?

-En enero (este mes) va a ser la primera reunión de trabajo para ver cómo funcionar en los próximos meses. Algunos han dicho que la propuesta del gobierno es crear el ministerio de la verdad. (Ríe) Eso no existe porque no hemos llegado siquiera a la etapa de formulación de propuestas y, por cierto que no habría Ministerio así, que además es una caricatura muy mala. Justamente también para desinformar.

-¿Y a dónde apunta el trabajo de las universidades?

-Es otra cosa, esa Mesa de Medios está preparando y ultimando el informe que debiera estar en las próximas semanas y recién vamos a saber qué concluye estas tres universidades y lo vamos a analizar, estudiarlo, obviamente, porque no es vinculante. Pero ¿cuál era el desafío?. Que pudieran escuchar a distintas organizaciones del mundo de las comunicaciones y ver qué o cuáles son los principales desafíos en el ámbito del ecosistema de medios existente en Chile.

-¿Con qué objetivo?

-Los que ellos determinaran, pero con el objetivo de fortalecer la democracia, la libertad de expresión, de prensa, el derecho de la información. Bajo los parámetros de estos derechos que tienen los organismos internacionales como la Unesco, la Relatoría para la Libertad de Expresión. Es una tarea que también tiene los estados miembros de estos organismos, que es empezar a materializar cuáles son los desafíos a lograr en estos compromisos en materia de derechos humanos, y los derechos asociados a las comunicaciones. Vamos a ver qué nos sugieren. El informe va a ser público, seguramente va a abrir un debate y como Ejecutivo analizaremos lo que consideramos pertinente y lo que no.

-¿Pero el Ejecutivo tiene una modelo a seguir o una idea ya delineada?

-No, creo que sería muy pretencioso pensar en alcanzar modelos de países. Lo que hay que lograr con esto es que haya una mirada actualizada del Estado de en qué está nuestro ecosistema de medios para ver cómo afrontar los desafíos en materia de diversidad, en materia de calidad, en apoyo del Estado, o sea, qué se yo, las cosas que surjan de las propias opiniones del trabajo de las organizaciones. ¿Pero modelos a mirar? No. Uno siempre tiene estudios comparados, Por ejemplo, ahora, estudios comparados sobre qué han hecho los Parlamentos, los Estados, los gobiernos y el mundo privado para enfrentar la desinformación que socava la democracia. Son cosas que se tienen sobre la mesa y se ve cuáles son los aciertos, los errores, pero por el momento nosotros en tema de medios tradicionales no tenemos ningún modelo a seguir. Nos interesa mucho más que lo que se nos ocurra a nosotros, el recibir propuestas y sugerencias a partir de este espacio de conversación que ha sido liderado por estas tres universidades y que esperamos que desde ahí surjan elemento para el debate y poder tomar decisiones y definiciones como Gobierno.