"Que desde las posiciones más extremas se señale que el acuerdo fue malo, habla de su fortaleza"
El legislador se ubica entre los optimistas y apuesta incluso por incorporar el trabajo de ex Presidentes a un nuevo proceso constitucional. También describe cómo deberían ser los expertos, explica por qué no quedó escrito qué ocurre si vuelve a ganar la opción Rechazo y hace un llamado a las fuerzas del centro político para ganar legitimidad.
Por Mauricio Ávila Cárdenas
Acusado de "traidor" por grupos anónimos en redes sociales, Javier Macaya fue víctima de una violenta agresión por parte de un grupo que lidera Francisco Muñoz, un barrabrava que se hacía llamar "Pancho Malo" y que ahora frecuenta las sedes del Legislativo y de algunos partidos políticos. Es uno de los "costos" que -dice- debe asumir por haber formado parte de las conversaciones que derivaron en el "Acuerdo Por Chile", un documento que ya ingresó al Congreso como proyecto de reforma constitucional y que pretende sentar las bases de un segundo proceso constituyente, luego del rechazado el 4 de septiembre por una altísima mayoría popular.
El senador por la Región de O'Higgins y presidente de la UDI reconoce que para el plebiscito de entrada votó rechazo y que era un convencido de que no era necesario redactar una nueva Carta Magna, pero que cambió su opinión y hoy cree que el país necesita "una nueva y buena Constitución".
-¿Con qué sensación se queda con todo lo que ha pasado desde que se firmó el acuerdo?
-Me quedo con buenas sensaciones. Yo creo que el acuerdo va a ser importante para Chile. Obviamente lo que se juega ya en el inicio es la nueva oportunidad de un proceso y su éxito va a ser dimensionado una vez que Chile haya podido ratificarlo en un plebiscito de salida. Lo que se partió diseñando ahora es un acuerdo que es el inicio del camino y no garantiza el éxito del mismo. El éxito lo garantiza que tengamos la capacidad de cuidar este proceso desde la forma hasta el fondo. Desde la forma, en el debate que se tenga sobre una nueva Constitución, para evitar también las pulsiones refundacionales, los maximalismos; y en el fondo también, para que el contenido que se plasme sea proyectable y no que interprete a un solo sector político, como se hizo en el proceso anterior, sino que tenga la capacidad de interpretar a la gran mayoría de los chilenos más allá de que sean de izquierda o de derecha. La próxima Constitución no puede tener un tinte partisano y eso es clave para sanar el alma y las heridas que ha dejado este tema en la sociedad.
-¿No es un mal indicio que luego de tres meses de discusión varios de los que estuvieron en la mesa salgan criticando el acuerdo o anunciando indicaciones para modificarlo?
-A ChileVamos nos decían durante la campaña del Rechazo que no íbamos a cumplir el compromiso de buscar una nueva y buena Constitución. Bueno, no solo demostramos que fuimos capaces de refrendarlo, sino que hoy lo que corresponde es que las mismas personas que lo ponían en duda cumplan el propio. Y no hay solo una palabra empeñada, sino que la firma de un documento. Me quedo con las declaraciones de muchos de los dirigentes que han dicho que esto no se cambia y que el espíritu del acuerdo se tiene que mantener. Vamos a ver rápidamente esto, porque la tramitación va a durar dos o tres semanas máximo y la respuesta a la pregunta que me está haciendo se va a tener ahí. Yo confío en la firma y en la palabra empeñada por los que alcanzamos este acuerdo y obviamente que esto tenga la capacidad de trascender a sus parlamentarios, a las bancadas. Pero vamos a tener la respuesta rápidamente una vez que haya terminado la tramitación de la reforma.
-Es bien optimista usted…
-Lo soy. Yo sé que hay sectores que no suscribieron el acuerdo. Aquí menciono básicamente al Partido Republicano, que es el que más hace críticas, o a gente como Daniel Jadue, o el propio José Antonio Kast, que dicen que este es un mal acuerdo y que no les parece bien, pero creo que justamente el hecho de que desde las posiciones más extremas se esté señalando que el acuerdo fue malo, habla de la fortaleza del mismo. El acuerdo interpreta a las fuerzas de centroderecha y centroizquierda de manera bastante transversal y eso puede ser una garantía de que, finalmente, lo saquemos adelante. Por eso, hago un llamado a todas aquellas personas que no se han querido sumar a esto a que se puedan sumar y que, más que pretender que el proceso fracase nuevamente, de aquí a diciembre del próximo año puedan ser capaces de sumarse, llevar candidatos, nominar los expertos que correspondan, para garantizar el éxito del proceso.
-Usted ha dicho que es un "acuerdo perfecto", pero que tuvo cambios de opinión en el proceso. ¿Qué tuvo que ceder o qué le falta?
-Entiendo que en el mundo que yo represento a algunos les hubiese gustado no cambiar la actual Constitución. Su ideal de Constitución es la que actualmente rige. Yo cuando voté rechazo en octubre del 2020 tenía la misma visión, pero la modifiqué.
-Pero no acordaron nada en el escenario de un nuevo rechazo. ¿No es posible un tercer proceso?
-No, no fue parte de las conversaciones.
-Se lo pregunto porque cuando fracasó el primer proyecto hubo un vacío sobre si se seguía o no intentando.
-Se deja abierto, porque además todos queremos que al proceso le vaya bien y creo que ponerse en la hipótesis de que el proyecto fracase también es algo negativo en cuando a las señales que se estén mandando. Nosotros esperamos que este proceso sea exitoso.
-Ha sido motivo de discusión la definición del término "experto". Usted ha dicho que estos deben tener trayectoria, entender la política y habilidades blandas. ¿En qué proporción cada una?
-Son todas muy importantes. Es muy importante que cuidemos mucho los nombres. Los expertos son un hito fundacional en el proceso, lo que significa que podamos nombrar personas que, entre comillas, se puedan defender solos de cualquier crítica y tengan la capacidad de mostrar experiencia y trayectoria, currículum académico y habilidades blandas, que son importantes en una conversación de esta importancia. Si aparecemos nombrando personas que hagan pensar a la gente que el proceso fue capturado por los partidos políticos, haremos que el proceso constituyente empiece cojo. Por eso me parece que hay que tomarse con mucho cuidado y responsabilidad este hito inicial.
-Hay problemas de legitimidad en juego. De cualquier modo, son los partidos los que van a nombrar a los expertos y también los que van a nominar a los consejeros para que la gente vote.
-Yo diría que es el primer desafío de quienes queremos lo mejor para Chile es cuidar el proceso constituyente a partir de sus hitos iniciales, el nombramiento de los expertos, de participar con la voluntad de que esto sea exitoso. Si va a participar con la voluntad de que esto fracase, evidentemente creo que la ciudadanía se va a dar cuenta de quiénes son las personas que están en eso. Por eso la invitación que hago a todas esas personas que tienen diferencias o reticencias respecto de lo importante que se hizo, ojalá se puedan sumar con la voluntad de colaborar para que este proceso sea exitoso.
-En estas mismas páginas la semana pasada el académico español Carlos Pereira dijo que ha dedicado toda su vida al derecho, pero que aun así no se consideraba experto en escribir constituciones. Hay quienes han propuesto hasta exdirigentes sindicales para redactarla. ¿Cuál es el rango para ser experto?
-El experto está pensado en personas que puedan colaborar en temas de políticas públicas, con conocimiento de los temas que están involucrados en una Constitución, desde la perspectiva académica, de la experiencia profesional, de la experiencia de vida. Hay un requisito académico de tener una carrera de más de ocho semestres de duración, un requisito de experiencia de más de 10 años, pero nosotros estamos pensando en personas que mezclen no solo algunos conocimientos, sino otras experiencias y profesiones. Hoy estamos en un estudio acucioso de llegar a las personas indicadas para que, siendo el hito fundacional del proceso, sean las adecuadas para partir bien y darle la legitimidad necesaria.
-¿Cómo va ese acercamiento con sus posibles candidatos? ¿Hay interés?
-Va bien, hemos conversado con muchas personas y esperamos tener novedades en las próximas semanas. En general he visto a personas con voluntad y vocación pública y la disposición de que a Chile le vaya bien en este momento; he visto bastante disposición de participar y colaborar, a pesar de que esto tiene costos. Hay inhabilidades, mucho trabajo. Las personas que llegan acá no lo van a hacer por la remuneración, sino por el sentido histórico y la trascendencia que debe tener este proceso que esperamos que esta vez sí sea exitoso.
-¿Ex parlamentarios?
-Los parlamentarios son personas que tienen una experiencia en tramitación legislativa y constitucional, por lo tanto, no descarto que puedan estar involucradas personas que hayan sido parlamentarios.
-¿Qué rol podrían tener los ex Presidentes?
-No como expertos en la nómina de los 24 nombrados por el Congreso, sino como personas que por su experiencia y trayectoria en esta materia en específico pueden servir mucho la proceso. Yo he tenido la oportunidad de conversar con algunos de ellos y sé que al menos Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera están disponibles a proporcionar los insumos, su trayectoria de vida, y no tengo ninguna duda de que Michelle Bachelet también. Nos parece que estamos en presencia de personas que pueden colaborar, no en el comité permanente de expertos, porque estamos buscando personas de otras características y los expresidentes de alguna manera como que ese órgano no les encaja de manera adecuada.
-¿Qué tan amplia va a ser la lista de candidatos?
-Nosotros queremos que se integren todas las fuerzas que estuvieron por el Rechazo. Acá tenemos que trabajar todos juntos por el éxito del proceso y eso incluye desde Demócratas y Amarillos, e incluso el Partido Republicano si evidentemente quiere trabajar por el éxito del proceso, no por su fracaso.
-Fueron socios en el Rechazo, pero ¿caben ahí visiones de sociedad distintas como las de Demócratas y Amarillos?
-No es tan así. Ve las declaraciones de Carlos Maldonado, nosotros hacemos la invitación a todos ellos. Ojalá sea bien recibida porque estamos con un buen espíritu porque además esta elección tiene dinámicas distintas a las que han tenido las elecciones anteriores.
Nuevo fiscal nacional
-Ya hay dos fallidos intentos de nombramiento del nuevo fiscal nacional. ¿Qué debe hacer la Corte Suprema, un nuevo proceso o solo completar la quina?
-Primero hay que escuchar la opinión de la Suprema si es que hay alguna factibilidad de hacer el concurso nuevamente. Me parece que, salvo una situación muy excepcional, la Suprema debería complementar la quina y elegir un nuevo fiscal nacional. Ojalá se pueda construir un acuerdo entre el Gobierno y el Senado para poder hacerlo a la brevedad posible. Pero es un tema todavía en desarrollo.
-El Presidente Boric le otorgó responsabilidad al Senado.
-Yo creo que las responsabilidades son bien compartidas. El sistema no es malo, participan los tres poderes del Estado. Acá hay un problema más de índole estructural, que no tiene tanto que ver con el sistema, sino que básicamente con que personas con trayectoria académica, profesional que podrían ser excelente fiscales nacionales no postulan a este cargo, y no lo hacen básicamente por la dinámica que se han visto en las semanas a propósito este nombramiento, con una serie de conjeturas que se elaboran alrededor de cada uno de los candidatos, con una serie de ataques a la trayectoria, a las causas que han tenido como profesionales. Me parece que el proceso ha estado bastante intoxicado con ese tipo de cosas y se ha transformado es un impedimento para que personas que tienen la capacidad y el mérito no postulen porque ven que esto se juega con otras lógicas, con el desprestigio, la difamación. Además, obviamente, de la incapacidad de las fuerzas políticas en el Senado y el Gobierno de ponerse de acuerdo con los nombres que han postulado y que ha definido la Corte Suprema.
-En este proceso han surgido temas que parecen todavía seguir abiertos, como la corrupción. ¿Cómo se cierran estos temas para que no sigan apareciendo?
-Se cierran con responsabilidad. Acá cada persona quiere sacar la cuña más polémica o la denuncia más fuerte respecto de temas que ocurrieron hace 10 años atrás. La propia candidata Marta Herrera hizo declaraciones que me parecieron inapropiadas con posterioridad al rechazo a su nombramiento que a lo mejor demuestran las razones por las cuales no tenía que ser nombrada como fiscal nacional.