"La Convención cometió el error de hablarse entre ellos mismos"
La académica del depto. de Administración Pública y Ciencia Política analizó las claves del resultado del Plebiscito y el rol del Ejecutivo.
El amplio triunfo del Rechazo en el Plebiscito Constitucional del pasado domingo, con un 61% de preferencias en una votación récord con la vuelta del voto obligatorio, ha abierto un convulsionado escenario político, con un Ejecutivo que realizó una serie de cambios en el equipo de ministros y un Legislativo que ha liderado la discusión sobre la continuidad del proceso constitucional.
Para la académica del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción y miembro de la Red de Politólogas, Susana Riquelme el resultado electoral del domingo debe llevar a una profunda reflexión, considerando los números y el alto interés que generó el proceso eleccionario.
"No fue un triunfo de la Derecha ni tampoco es una derrota de la Izquierda, sino que es una derrota de la propuesta de texto constitucional que llevó adelante este órgano electo democráticamente con escaños reservados, paridad de género, y que de cierta manera nos sorprende", apunta, para luego enfatizar que si bien desde la academia una de las primeras reflexiones en torno al resultado sería echarle la culpa a las fake news, "el análisis debe ser un poco más profundo y hay varias causas que pueden explicar el triunfo del Rechazo".
Las causas
Entre las causas que establece Riquelme para abordar el resultado está el cómo se dio la campaña -"con el efecto de la exageración de la prensa a ciertas noticias, además de los recursos puestos en las campañas, y la distinción sobre cómo se abordaron algunos temas relevantes"- pero también el sentido de derrota que hay para la propia Convención y su trabajo.
"Al rechazarla de una manera tan contundente, es el país completo el que pierde, incluso quienes estaban entusiasmados con la propuesta y creían en ella. Uno podría pensar que este tiempo se aprovechara de mejora manera, entonces esa pérdida debemos canalizarla de una manera distinta comprendiendo estos múltiples factores", apunta.
La académica añade que hoy vivimos un "complejo ambiente político de cambio que vivimos y un descontento con la clase política que quizás pudimos pensar que había bajado esa tensión, pero no ha sido así. Hoy nos dimos cuenta de que con el voto obligatorio fueron a votar muchas personas que se habían ausentado de las urnas por años, y mucha de esta caída en la participación que tuvimos, hizo que los desconfiados y desafectados de la política fueran a votar".
-¿Considera usted que en el periodo de campaña se prescindió de abordar los alcances del texto constitucional y el debate se enfocó en lo que ocurriría al día siguiente del Plebiscito?
-Faltó un poco defender el trabajo realizado, y ahí ocurrió que, en este proceso de acuerdos previos para reformar tras el Plebiscito, pudo haber generado la sensación de 'para qué hacemos esto', con una cocina política y lo mejor es dejar las cosas como estaban. Por otro lado, la Convención cometió el error de hablarse entre ellos mismos: ¿Quiénes estaban comprendiendo los grandes temas de la Convención? Cuando hablamos de autonomía o plurinacionalidad eran grandes temas que significaban avances, sentidos de la ciudadanía, pero quizás la forma en cómo se estaba explicando y cierta autorreferencia para plantear los temas terminó con esto.
-¿Cree usted que el proceso constituyente debe ser similar al que finalizó en julio pasado, o que se deberían preservar algunos elementos ya implementados?
-Hay puntos que no debiesen retroceder, como la paridad de género que es un mínimo democrático que se debe mantener. También creo que, por un respeto a la voluntad democrática de la ciudadanía, se debe considerar que un órgano 100% electo por la ciudadanía debe participar del nuevo órgano redactor. Creo que también debería considerar los escaños reservados y la participación de independientes, porque son parte de la diversidad de lo que somos como país. Cambiar eso, o no considerar representación territorial, es retroceder todo lo que se ha alcanzado y no estamos en tiempos para ello.
-Si es así, ¿de qué forma se puede evitar que el resultado de un nuevo proceso constituyente sea el mismo de este domingo?
-Hay que mirar los puntos que hicieron que la ciudadanía rechazara, y en aquellos puntos más débiles de la propuesta generar una mayor participación y diálogo de las personas. El trabajo territorial debe ser mayor, ya que hubo una debilidad o distancia del trabajo de la Convención pese a los avances que presentaba, que no llegaron a las personas indecisas o quienes por años estuvieron sin votar; algo ocurrió con esas personas y hay que preguntarles cuáles fueron las debilidades que ellos vieron, y discutirlos.
Riquelme considera que en el nuevo proceso constituyente que -debería iniciarse en el corto plazo- hay consenso en temas como los derechos sociales, pero la discusión de los puntos críticos debe ser lo más abierta posible a la ciudadanía.
"Debe trabajar una convención con mayor responsabilidad con los territorios, con las personas y no solo aquellas que quieran participar. El gran desafío de la participación ciudadana es llegar a aquellas personas que no están interesadas o que no van a ir a participar. Hay que ir y buscar a esas personas que están cansadas o desinteresadas, y que se sientan involucradas en el proceso, no solo cuando hay que ir a votar", apunta.
El rol del gobierno
Sobre el pie en que queda el Gobierno y la conducción del Presidente Boric tras el resultado, Susana Riquelme reconoce que una parte del voto del domingo fue de castigo a la actual administración, fundamentalmente por errores y descoordinaciones de arranque.
"Pero hay otra cuestión importante, que es que el Gobierno facilitó el proceso constituyente y eso hay que reconocerlo de manera positiva, porque respetó el principio de prescindencia y su rol de informar a la ciudadanía sobre este proceso. Quizás, hubo lugares donde no llega la información y tal vez se necesitaba generar más acciones, pese a que se hizo un esfuerzo", afirma.
Junto con ello, la docente pone énfasis en que el "el Gobierno ha afirmado que se debe respetar la voluntad ciudadana de cambiar la Constitución vigente. Debe continuar facilitando el proceso, y por eso creo que el cambio de gabinete es una señal para la ciudadanía de que se van a cambiar algunas cosas, como por ejemplo el trabajo en Interior donde hubo algunas imprecisiones. La ministra de Segpres debe jugar un rol clave con el Parlamento, que será el encargado de encausar una parte importante del proceso constituyente".
"Y, por otro lado -suma-, el programa de Gobierno debe avanzar porque se ha reconocido que de ganar el Apruebo se hubiese facilitado el trabajo. Se deben mantener los compromisos de campaña con estos cambios, y en el medio de todo tratar de facilitar el proceso constituyente".
-¿En qué pie queda el Gobierno a nivel regional con los resultados, considerando qué, por ejemplo, en las zonas en Estado de Excepción el Rechazo se impuso incluso por sobre la media nacional?
-Debe haber mejoras también en las regiones, mayor conexión y un trabajo de difusión que no puede ser con un centralismo intrarregional. Debe haber un proceso de difusión y discusión de las propuestas de texto constitucional en las zonas más distantes. Aun así, en Concepción hubo grandes manifestaciones por el Apruebo, pero es un espacio metropolitano y el Apruebo no ganó en ninguna comuna de la Región.
En la zona de conflicto, por supuesto que es mayor la sensación de abandono frente a sus problemas que viven a diario, ya sea porque están afectadas, se hayan visto violentadas o por la tremenda desigualdad que hay. Hablamos de zonas de rezago, ocupamos grandes nombres, pero no llega la mejora en la calidad de vida de las personas. Para vivir tranquilos, necesitamos estar en paz y las personas no se sienten así. El Estado debe estar más presente, y se requiere que haya una voz importante en las regiones y en las comunas, porque lo que ocurre en el centro no es representativo del resto de la Región.