El complejo escenario comercial y logístico del cono sur de Arauco en medio de la inseguridad en rutas
La crisis ha obligado a las firmas abastecedoras a subcontratar los envíos o definir puntos especiales de encuentro. Este sobrecargo llevó a que los precios que pagan los consumidores crecieran en 40%, por lo bajo.
Por Nicolás Álvarez Arrau / nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
A eso de las 17:15 horas del sábado 14 de mayo Carabineros de Cañete recibía una llamada que indicaba que cerca de ocho personas habían quemado un camión en la ruta P-72-S, con el cual además bloquearon el paso del resto de los automóviles que transitaban por el camino. Aquel infortunado vehículo pertenecía a la empresa Delco y estaba a cargo de transportar productos congelados, una tarea que por más común que parezca es crucial para mantener activa la cadena logística y la normal actividad económica del cono sur de la Provincia de Arauco. Tras la acción, el grupo logró sustraer la recaudación del día que, según fuentes conocedoras del caso, se estimó en $1,5 millones.
Los hechos acontecidos aquel fin de semana son una prueba palpable de la amenaza que experimentan las compañías que cruzan periódicamente el territorio a fin de abastecer a los emprendedores de comunas como Contulmo, Tirúa o Cañete. Tal es el grado de violencia que se vive en el lugar, que algunos ya se atreven a decir que si esto no mengua el fantasma del desabastecimiento asomará con fuerza. Sin duda, son proyecciones sombrías que respiran en la nuca de los consumidores y los comerciantes establecidos de la zona, aun cuando el gobierno decidió esta semana impulsar -después de un largo análisis- un nuevo estado de excepción en las áreas críticas de La Araucanía y Biobío.
Actualmente, aquella actividad comercial se mantiene bajo un escenario que es catalogado como "difícil". Eso sí, todos coinciden y enfatizan que el cono sur -y el resto de la Provincia- no sufre un problema mayor de desabastecimiento, aunque sí observan una merma de productos generalizada, sobre todo en lácteos o útiles de aseo, y un alza en los precios que no necesariamente tiene que ver con la inflación. Si bien esto último es un factor incuestionable, aclaran que las estrategias que han debido afrontar algunas empresas por temor a los atentados ha llevado a establecer un recargo adicional que se deja sentir en el precio final que paga el consumidor. Por ejemplo, si en tiempos más normales estos cancelaban $3.900 por un paquete de tallarines, ese mismo producto hoy se encuentra a $4.690.
El alcalde de Lebu y presidente de Arauco 7, Cristián Peña, mira con atención este problema y recalca que en el caso de las tres comunas del sur los valores finales han aumentado en 40%, por lo bajo. "La gente que va a comprar al supermercado lo asocia a la inflación, pero no hace el ejercicio de que, efectivamente, al comerciante le cuesta mucho más acceder a los productos y al transporte a raíz de todas las dificultades que hay, y este problema se acrecienta y se multiplica por dos en el sur de la Provincia", revela.
Estrategias en la crisis
Juan Alfaro, presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de Cañete, cuenta que las limitaciones obligaron a las firmas abastecedoras a buscar nuevas alternativas. Mientras algunas prefieren adentrarse a esta zona compleja en horarios de la mañana o durante el fin de semana, cuando se supone hay una mayor cantidad de vehículos transitando y un menor promedio de atentados, respectivamente, otras apuestan por subcontratar a otras compañías para que ellas vayan a dejar la mercadería. Según el dirigente, Carozzi y Lucchetti son parte de las empresas que han mostrado problemas de logística.
"Al ver que suben estos hechos y que sus camiones de reparto están siendo atacados, obviamente tienen que tomar medidas de resguardo, pero eso también afecta al normal funcionamiento del comercio y de la cadena logística que comienza a resentirse. Cuando eso ocurre, hay productos que escasean y los que llegan lo hacen a precios un poco más elevados", sostiene el representante gremial, aunque resalta que los supermercados han sido "bastante ágiles" para buscar métodos que impidan una falta crítica de artículos.
Alfaro agrega que el problema más grande está en la cantidad de los elementos que son enviados a estas comunas: "El otro día conversaba con un señor de un supermercado y me decía que antes le llegaban cinco mil litros de aceite, pero le están repartiendo solo dos mil, entonces hay un déficit de tres mil que limita los cupos de mercadería. Todo eso puede generar psicosis".
Debido a la falta de camiones, son varios los pequeños comerciantes que se han volcado a los supermercados para abastecerse y revender dentro de sus respectivas comunas y barrios -cosa que antes no sucedía de manera tan marcada-, o que han tenido que ir personalmente a buscar la mercadería a otras ciudades. La presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de Contulmo, Sandra Fierro, grafica que las dos empresas del rubro de la librería con las que trabaja le pidieron hace poco acordar puntos de encuentro, es decir, ya no arriban a la comuna, aunque tampoco ella debe ir hasta sus casas matrices.
"La semana pasada me llamaron dos empresas para decirme que ya no me vendrían a dejar mercadería y que teníamos que coordinar un punto de encuentro, porque ellos no quieren exponer a su gente. También nos dan la posibilidad de pagar a una empresa externa para que nos traiga las cosas, pero eso encarece los artículos y las personas no van a estar pagando", sostiene y añade que su sector ha visto también una menor afluencia de público en sus negocios.
Una de las firmas está asentada en Temuco, por lo que dicho encuentro quedó acordado en la ciudad de Angol. Eso, sin embargo, traspasa el miedo a la pequeña comerciante, ya que es ella la que debe transitar por las rutas más peligrosas en su vehículo particular. "Somos nosotros quienes tenemos que batirnos con el resto del camino, si llegamos vivos o no, o si nos quitan nuestra mercadería (…) Este es un costo y un cansancio físico y mental, pues a veces está tranquilo y después todo parte de la nada", lamenta Fierro.
Comerciantes de Tirúa, en tanto, plantean que uno de los nudos más difíciles que enfrentan tiene que ver, derechamente, con la pérdida de proveedores en un escenario que se torna "tierra de nadie". Dicen, por ejemplo, que los abastecedores cayeron en mucho más del 50%, en relación a lo que había meses atrás.
"Acá, por ejemplo, estaba la CCU. Ahora no tenemos abastecimiento de alimentos congelados, como pollo, cecinas o embutidos. Perdimos la mayor parte de los proveedores que son importantes para nosotros. Hay desabastecimiento, porque los negocios que funcionan son los que tienen los medios y se atreven a retirar en Cañete, que es la única opción que tenemos. De lo contrario, no hay productos", relata un comerciante de Tirúa que prefiera mantener en reserva su nombre, a la vez que agrega que el 90% de la mercadería es obtenida por ellos mismos desde otros centros urbanos.
Los emprendedores de esta comuna también lamentan más inconvenientes asociados a los servicios eléctricos y de internet. Advierten que el hecho de que estos servicios "lleguen y se corten" de forma periódica ha llevado a que se echen a perder máquinas, motores y baterías en los pocos negocios instalados en el lugar. "De repente, esto se estabiliza una semana, aunque a veces hay dos días en que estos se cortan y llegan. Acá es como vivir en una isla y hay que tratar de sobrevivir", subrayan.
Mirada del ejecutivo
Parte de las razones que motivaron el inicio del último estado de excepción constitucional en la zona tiene que ver con garantizar el abastecimiento de la población y la normal actividad económica frente a los bloqueos que han tenido lugar en rutas, según plantea el decreto respectivo. En este contexto, el delegado provincial de Arauco, Humberto Toro, dice que la medida adoptada por el Ejecutivo, que se enmarca en el denominado plan "Buen Vivir", pretende dar la seguridad a quienes transitan por la Provincia, tanto conductores particulares como aquellos que laboran en el comercio. "Habrá mayor tranquilidad y garantía para que perciban que hay una seguridad que les permita transitar", remarca.
Eso sí, el delegado explica de inmediato que no es que nada entre o salga de los lugares en conflicto, sino que todo responde a problemas de paso específicos debido a las contingencias que se registran, principalmente, en las vías que unen a Cañete con Tirúa y Contulmo. "Quizás, las empresas abastecedoras están llevando menos productos o, tal vez, están especulando dada la condición del territorio, y eso no lo compartimos nosotros con los abastecedores", precisa.
Respecto a los cortes de electricidad e internet que al menos relata la gente de Tirúa, Toro indica que estos se han solucionado de forma rápida con la empresas, "por lo que no es que exista un desabastecimiento muy prolongado".
En términos generales, concluye que hay un cierto temor de las compañías repartidoras y de servicios, pero que ese es un proceso que se ha podido solucionar por medio de una acción de pregunta y respuesta, en donde las empresas consultan a la Delegación Provincial si hay algún corte. "En ese caso, dicen si bajan el mismo día o si vienen más tarde, es decir, hay un hábito en el que esperan o pasan directo, y eso es bueno porque es importante vencer los temores".
Los actores comerciales y comunales de la zona coinciden en que la clave y el éxito del plan del Ejecutivo estará en el nivel de eficiencia que se logre alcanzar. Dicen también -con una desesperanza que se siente en su hablar- que en los últimos meses las autoridades nacionales han escuchado mucho, aunque "se ha oído poco".