El impacto de la prolongada sequía
Un total de 184 comunas a lo largo del país tienen decretos de escasez hídrica, repartidas desde las regiones de Atacama hasta Los Lagos. Según el último informe hídrico de la Dirección General de Aguas, el déficit de lluvia en las grandes ciudades llega al 98%, en comparación a años normales, mientras pequeños poblados agrícolas se acostumbran a vivir con racionamientos.
En las últimas semanas, desde diversas comunas de la zona central se ha pedido a las autoridades de Gobierno que declaren zona de emergencia agrícola, debido a la falta de agua para el riego y para la ganadería. Si no existe una política global, dicen los expertos, Chile enfrentará graves conflictos los próximos cinco años. Resulta evidente que el cambio climático es una realidad que está demostrando sus efectos en el mundo y particularmente en Chile. Por efecto de la corriente marina cálida de El Niño se ha generado en Sudamérica un déficit en la acumulación de nieve en la cordillera. Esto supone una disminución del recurso que abastece de agua, especialmente en verano.
La principal recarga de los acuíferos en verano es de nieve, pero el aumento de la temperatura se traduce en que en invierno hubo menos recurso en la cordillera. Como consecuencia, las cifras de acumulación de agua en las estaciones de monitoreo muestran fuertes déficit con respecto a lo que se considera un año normal, lo que afecta al riego y la agricultura.
Señalan las autoridades que tenemos un año que es similar al 2019, que fue considerado el más seco desde que hay registros en Chile. De acuerdo con los informes, la situación es especialmente compleja para las zonas agrícolas del país. Todo lo que está al norte del Maule es muy deficitario. Si miramos hacia atrás, la década entre los años 1995 y 2005, la lluvia en la zona centro norte y centro sur disminuyó aproximadamente 10%, a la década siguiente cayó 20% y la última década a partir del año 2010, ha sido la más seca en la historia de Chile.
En nuestra Región del Biobío, una de las comunas más afectadas por la sequía es Florida, donde los productores agrícolas se encuentran en un complejo escenario, debido a la falta de agua. A juicio de las autoridades, lo que enfrenta Chile en la actualidad no es sólo una emergencia transitoria por falta de agua, sino que se trata de un cambio climático permanente que hay que abordar. Los meteorólogos estiman que hay un evidente fenómeno de sequía en todo el país, que se ha venido repitiendo desde 2010 y que la última década es una de las más secas de la historia, debido a que en toda la zona centro y sur de Chile las precipitaciones no alcanzan los umbrales normales. Por ello, ya se comienza a hablar de la sequía más larga en más de un siglo.
Es evidente que junto con la baja acumulación de nieve en la cordillera en la Región del Biobío, en el último invierno llovió muy poco. Esto también se traduce en que se estrechan los caudales de los ríos y en las zonas rurales las napas se están secando paulatinamente, lo que afecta a miles de personas, que no cuentan con un buen suministro de agua para enfrentar sus necesidades diarias y para regar sus cultivos, sobre todo en verano. También ha habido en los últimos años un cambio en el régimen de lluvias, porque cuando caen precipitaciones fuertes, se concentran en muy poco tiempo, por lo que el agua escurre superficialmente y no se infiltra para recargar los acuíferos. Eso parece explicar los problemas que hay en la captación de aguas subterráneas en verano.
Las personas deben tomar conciencia del impacto que puede provocar cualquier actividad que realizan, más si se trata de las atentatorias contra el ambiente, como talas indiscriminadas de bosques, incendios forestales y derroche en el consumo de agua. El cuidado del recurso nos compete a todos y debe partir desde cada hogar, porque el agua es cada vez más escasa.
En nuestra Región del Biobío, una de las comunas más afectadas por la sequía es Florida, donde los productores agrícolas se encuentran muy complicados por la falta de agua. El escenario que se enfrenta en la actualidad en Chile no es solo una emergencia, sino que se trata de un cambio climático permanente.