Presidenta de Taiwán no se dejará "presionar" por China
Tsai Ing-wen dijo que nadie puede obligar a la isla "a tomar el camino que China eligió", que "no ofrece un estilo de vida democrático".
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, reclamó reforzar las defensas de la isla para demostrar que "nadie puede obligar a Taiwán a tomar el camino que China eligió" para el territorio cuya soberanía fue exigida nuevamente por el presidente chino, Xi Jinping, que lo considera una provincia rebelde.
En su discurso durante el Día Nacional de la República de China, nombre oficial de la isla, la líder dijo que Pekín "no ofrece ni un estilo de vida libre y democrático para Taiwán ni soberanía para sus 23 millones de habitantes" en la visión que las autoridades chinas plantean para lo que denominan "reunificación".
El mensaje de Tsai vino tan solo un día después de que el presidente chino, Xi Jinping, asegurara que China "puede conseguir y conseguirá" la reunificación con Taiwán, dejando de lado en esta ocasión la amenaza de hacerlo por la fuerza, aunque condenó al "desprecio del pueblo" a quienes se opongan y los amedrentó con que "sufrirán".
Jinping habló del "principio básico de 'reunificación pacífica'"- y propone una integración en la República Popular bajo el marco 'un país, dos sistemas' que se aplica en Macao o Hong Kong y que "garantiza" cierta autonomía.
Esta oferta parece seguir sin seducir a las autoridades taiwanesas, con Tsai apuntando precisamente al cada vez más evidente control de Pekín sobre Hong Kong en respuesta a las protestas de 2019 y a los últimos cambios políticos.
"Tras tomar el control completo de Hong Kong y reprimir a los activistas prodemocráticos, las autoridades de Pekín también se alejaron del camino de desarrollo político y económicos" que empezó hace décadas.
Tsai también quiso dejar claro, en referencia a la creciente tensión con Pekín, que "de ninguna manera debería existir la impresión de que los taiwaneses se rendirán ante la presión".
La mandataria reclamó que el futuro de Taiwán "sea decidido con armonía a la voluntad de los taiwaneses" tras hablar de un compromiso renovado con la democracia, la libertad y la resistencia a intentos de anexión o de invasión.
PROTEGER EL 'STATU QUO'
Sobre las relaciones con Pekín -que según el ministro taiwanés de Defensa, atraviesan "su peor momento en 40 años"-, Tsai afirmó que no existen cambios en la postura de Taiwán: "Reclamamos mantener el 'statu quo', haremos lo posible para que no sea alterado unilateralmente".
"Para resolver las diferencias con China, se necesita que ambas partes entren en un diálogo basado en la igualdad", reclamó la política.
Sin embargo, Tsai reconoció que Taiwán "se encuentra en una situación más compleja y variable que en ningún otro momento de los últimos 72 años", es decir, desde que los nacionalistas del Kuomintang (KMT) perdieron la guerra civil contra los comunistas y se replegaron a la isla, donde continuaron con el régimen de la República de China, que finalmente llevó a cabo una transición a la democracia en los 90.
Pese a la "alerta de la expansión del autoritarismo", la presidenta aseguró que "cada vez más amigos democráticos están dispuestos a alzarse en favor" de Taiwán, destacando el avance de las relaciones con Japón, Estados Unidos y la Unión Europea.
"En Washington, Tokio, Canberra y Bruselas, Taiwán ya no está al margen (...) ya no es visto como el 'huérfano de Asia', sino como una isla de resistencia", celebró Tsai. Aunque "cuanto más conseguimos, a más presión nos enfrentamos por parte de China. No tenemos el privilegio de poder bajar la guardia", aseguró .
WASHINGTON, UN FACTOR CLAVE EN ALZA DE TENSIÓN
El aumento de las tensiones en torno a Taiwán es un tema cada vez más importante para los principales actores internacionales por sus posibles consecuencias geopolíticas. Precisamente el papel de EE. UU. es clave, dado que Washington se comprometió por ley -desde 1979, con el Acta de Relaciones con Taiwán- a ayudar en la defensa de la isla y a suministrar equipos bélicos, un compromiso que ha generado numerosas fricciones con Pekín que le exige no intervenir en la disputa.