"No me atrevería a decir que hubo mayor énfasis en una provincia"
El contraalmirante hizo un balance del trabajo realizado en los 18 meses de Estado de Excepción. Afirmó que los conflictos fueron menores y que la ciudadanía tiene una buena evaluación de las actividades ejecutadas.
Casi 432 mil fiscalizados durante el toque de queda, 2 millones 647 mil controlados en las aduanas sanitarias más 8.519.837 en los cordones sanitarios y 6.551.715 en las cuarentenas. Esas enormes cifras dan cuenta del trabajo realizado por la Armada en la región durante los 18 meses que duró el Estado de Excepción Constitucional por Catástrofe.
Esta medida, adoptada para atender situaciones particulares, ya se había implementado en varias ocasiones en la región: para el terremoto de 2010 y los incendios forestales de 2017 y 2019. Sin embargo, y como reconoce el contraalmirante Jorge Parga, comandante en jefe de la Segunda Zona Naval de Talcahuano, nunca había sido tan extensa.
"Este estaba orientado principalmente a apoyar la gestión de la autoridad sanitaria en el control de la pandemia. Eso era lo que demandaba el 90% de nuestro tiempo", menciona.
-¿Qué fue lo más complejo?
-Siempre hay personas a las que les cuesta más entender que hay que cumplir algunas normas. Uno a veces se pregunta por qué es necesario estar controlando algo que las personas debieran en forma natural autocontrolar. Pero se entiende que había circunstancias bien especiales que requerían que las personas tuvieran algo más de control que otras. En el fondo, esto es algo que nadie conocía y eso fue obligando a ir desarrollando nuevas técnicas y capacidades para controlar al máximo lo que se nos solicitaba, que era la movilidad, el aforo y el toque de queda, siempre pensando en evitar el aumento de los contagios.
-¿Fue cambiando el trabajo con el tiempo? Al inicio, estuvieron con las cuarentenas y cordones.
-Sí. El trabajo fue evolucionando en la medida que la pandemia fue modificando su comportamiento, los brotes y, también, lo que la autoridad sanitaria definía. Lo más importante fue adaptarnos a la exigencia de la pandemia, que generaba requerimientos distintos que iban evolucionando en el tiempo desde la Autoridad Sanitaria. Como el apoyo era hacia ellos siempre tuvimos mucha flexibilidad, orientando nuestro esfuerzo a lograr la mejor eficacia y eficiencia en las actividades.
-¿Los funcionarios estuvieron expuestos a situaciones complejas? Una vez, en un control cerca del puente a San Pedro, un vehículo trató de atropellar a los funcionarios...
-En 18 meses con gente patrullando hubo cientos de miles de fiscalizaciones que siempre pueden tener una mayor complejidad, pero si uno hace un balance, fueron muy pocas las situaciones que tuvieron una dificultad especial. En el balance final, el comportamiento de la gran mayoría de la ciudadanía y de las Fuerzas Armadas fue ejemplar.
-En el último tiempo, ¿en qué estuvieron más enfocados?
-A medida que las etapas del plan Paso a Paso fueron avanzando se fue concentrando el esfuerzo en apoyar a la autoridad sanitaria en el control de aforo, con la apertura de algunos locales, y permanentemente en el control del toque de queda. Eso se mantuvo hasta el último día. Ahí fue donde se requería un mayor despliegue.
Impacto
-¿Se hizo alguna capacitación o trabajo vinculado a estas mismas fiscalizaciones? En un momento hubo muchos sumarios por fiestas clandestinas o actividades prohibidas, donde además vimos a gente que se ponía muy violenta.
-Sí se hizo. Permanentemente hacemos instrucción a las personas que hacen patrullajes y les toca interactuar con la ciudadanía, justamente para mantener una buena forma de trato con ellos y hubo ocasiones más complejas, pero la verdad es que no queda la sensación de que fue algo de permanente conflicto.
-¿Cómo era la relación con las otras instituciones? ¿Con quienes se coordinaban?
-Con las policías, el Ejército y el Gobierno Regional, especialmente Seremi de Salud y de Transportes, con él se trabajó muy estrecho. Había que lograr un justo equilibrio entre mantener el estricto rigor de la movilidad y la necesidad imperiosa de mantener algo de movilidad para las personas que estaba autorizadas porque tenían trabajos esenciales. Lograr ese equilibrio fue de las cosas más difíciles.
-¿Cómo este trabajo impacta en la percepción que tiene la ciudadanía de la institución? Veníamos de controles que se estaban haciendo desde el denominado estallido social, donde había una visión bastante crítica del trabajo que se estaba haciendo. ¿Creen que la pandemia tuvo un impacto sobre esto?
-El trabajo que hicimos y el resultado que obtuvimos habla por sí solo. Creo que la gran mayoría de las personas ve en el trabajo que desarrollamos las Fuerzas Armadas durante este Estado de Excepción un gran esfuerzo, gran profesionalismo, responsabilidad, dedicación y creo que eso se valora de forma natural. La gente tiene la más alta percepción de la entrega y dedicación de la gente de las Fuerzas Armadas. Esta fue una oportunidad para demostrar la gran trascendencia que tienen y la capacidad polivalente de emplear a las personas y los medios materiales para otro tipo de actividades.
-¿Cómo será la reorganización de aquí a los siguientes meses?
-Retomamos la normalidad rápidamente. Las actividades que realizamos están planificada en un plan anual que se retoma con mucha facilidad. Ahora estamos en una etapa de transición. Una de las actividades del periodo estival es salvaguardar la vida humana en el mar, sobre todo donde hay balnearios o playas con algún grado de riesgo durante el periodo estival por la gran afluencia de público.
Controles mixtos
-¿Cómo fue el trabajo de los controles mixtos en la zona de Arauco?
-En toda la región hicimos un trabajo muy bien coordinado con Carabineros, la PDI y Seremi de Salud. En la Provincia de Arauco hicimos actividades similares a las que se desarrollan en otras zonas de la región. No me atrevería a decir que hubo mayor énfasis en una provincia. Se desarrolló de acuerdo a los requerimientos sanitarios que nos implicaba la necesidad de controlar algunas actividades de acuerdo al nivel de contagio y los requerimientos que hizo la Seremi de Salud.
-¿Fue muy complejo trabajar ahí? ¿Qué observaron? Uno ve que es más violento, que hay gente que anda armada…
-A veces hay lugares donde uno tiene que ser más cauto en las medidas de precaución que toma, pero en general en la Región del Biobío, el trabajo que hicimos fue bastante normal, parejo.
-No fue más complejo estar en Arauco…
-Es una provincia bastante grande. Trabajamos en todas las comunas, en especial con Carabineros, que es el que tiene mayor contingente. Hicimos varias actividades y no tuvimos mayores inconvenientes. Afortunadamente todas las actividades de control fueron bien desarrolladas y no diría que hubo una mayor complejidad específica.
-Debe haber estado presente este fantasma de querer militarizar la zona donde hay episodios de violencia rural.
-Puede ser. Creo que la tarea que teníamos que cumplir estaba claramente definida en el decreto supremo que dispuso el Estado de Excepción Constitucional y así lo mantuvimos, en apoyo permanente a la autoridad sanitaria y de acuerdo a los requerimientos que había de control de la pandemia.
-Se estaba revisando un decreto para mantener los patrullajes mixtos. Si bien Contraloría dijo que no correspondía, ¿está la disposición de mantenerlos? Estaban dando buenos resultados.
-Algo de conocimiento tengo de eso, pero esas son decisiones políticas, no me puedo referir a eso. Las Fuerzas Armadas estamos a disposición de lo que disponga la autoridad política. Ahora ha finalizado el Estado de Excepción y si se recibe otra orden, otro decreto supremo, somos obedientes, no deliberantes y vamos a cumplir lo que se nos ordene.
El contraalmirante expuso que el trabajo por la pandemia ayudó a afiatar los equipos. Agregó que ya están retomando sus actividades habituales.