Las proyecciones económicas para el año
El Banco Mundial ha sido categórico al señalar hace unos días en su Informe de Perspectivas Económicas Mundiales que "el covid-19 hundirá este año a la economía global en su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la primera vez desde 1870". Ha explicado que el impacto súbito y generalizado de la pandemia del coronavirus y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla han ocasionado una drástica contracción de la economía mundial, y que según sus previsiones el Producto Interno Bruto se reducirá un 5,2% como promedio este año.
Según el organismo internacional, la actividad de las economías avanzadas se contraerá especialmente en Estados Unidos, Japón y Europa. Para América Latina y el Caribe, se anticipa un desplome promedio de 7,2%, ubicándose como la zona más golpeada por la pandemia. Los recientes brotes en Latinoamérica se han propagado con rapidez, y el impacto provocado por el cierre de los negocios y las restricciones para circular a nivel nacional ha sido abrupto y grave. En particular, el informe destaca que la abrupta desaceleración económica en Estados Unidos y China ha alterado las cadenas de suministro de México y Brasil y ha provocado una fuerte caída en las exportaciones de economías generadoras de productos básicos, como Chile y Perú.
Si bien Latinoamérica tiene experiencias enfrentando las crisis financieras anteriores, la pandemia del covid-19 representa una nueva dimensión, pues las medidas necesarias para contener el virus generan un choque del lado de la oferta, es decir, de la producción de las empresas y los servicios.
El estudio del Banco Mundial es consistente con un informe dado a conocer en los últimos días por la Corporación Chilena de la Madera (Corma), que ha señalado las exportaciones forestales de la Región del Biobío retrocedieron un 22% en mayo y acumulan caída de un 24% en primeros cinco meses del presente año. En efecto, los envíos del sector forestal alcanzaron los 439 millones de dólares en mayo, registrando, inferior a los 566 millones que se registraron en igual mes del año pasado. Así, entre enero y mayo la región ha despachado al exterior productos forestales por 1.972 millones de dólares, versus los embarques por 2.585 millones de dólares que se registraron en igual período del año anterior.
El gremio señala que la celulosa, papel y madera siguen siendo los principales productos despachados al exterior, de preferencia a China, Estados Unidos y Japón, en el mismo orden. En los últimos meses, las pequeñas y medianas empresas que exportan madera aserrada y otros productos madereros han comenzado a sentir el impacto de la contracción de los mercados, y muchas de ellas tienen semiparalizados sus envíos al exterior. Sin embargo, dado que ha sido calificado como sector productivo estratégico, ha podido seguir produciendo, con los resguardos sanitarios para su personal, con el fin de mitigar en parte los resultados adversos.
La crisis global golpeará a nuestro país, cuyo aparato productivo está muy orientado a las exportaciones, por lo que si las compras de esas naciones desarrolladas se restringen, los efectos repercuten inevitablemente. Según las previsiones del Banco Mundial, la economía chilena caerá 4,3% este año. Se estima que el crecimiento mundial repuntaría un 4,2% en 2021, sin embargo, hay que considerar que ese indicador podría ser engañoso, ya que tendrá una base comparativa muy deprimida, como será la recesión de 2020.
En consecuencia, las perspectivas son sumamente inciertas y predominan los riesgos de que la situación empeore, por ejemplo, la posibilidad de que la pandemia se prolongue por más tiempo, que haya rebrotes de la enfermedad, que ocurran agitaciones financieras o que se produzca un repliegue del comercio internacional y las relaciones de suministro. Por ello, es fundamental lograr un acuerdo nacional, para que el país enfrente unido los efectos del virus y el posterior proceso de recuperación productiva.
En particular, el informe destaca que la abrupta desaceleración económica en Estados Unidos y China ha alterado las cadenas de suministro de México y Brasil y ha provocado una fuerte caída en las exportaciones de economías generadoras de productos básicos, como Chile y Perú.