Por javier martínez gutiérrez
"Se trata de un impuesto que evidentemente desincentiva la economía y la generación de riqueza, porque frente a esto obviamente las personas no van a querer ni generar ni acumular riqueza en Chile, debido a la elevada carga impositiva que tendrán que afrontar. En consecuencia, eso trae efectos no tan solo a nivel de la economía en términos macro, sino que también a nivel de emprendimiento".
Eso es lo que cree Claudio Bustos, abogado tributario y socio de Bustos Tax & Legal, respecto a la propuesta de aplicar un impuesto al patrimonio de 2,5% y que se ha presentado dentro de una serie de medidas para un acuerdo económico de carácter nacional.
Para el profesional, el impuesto a la renta grava los incrementos de patrimonio que tienen las personas. Agregó que la definición que la ley proporciona respecto al concepto de renta es bastante amplia e incluye todo ingreso que la persona produce y, en general, se reduce a todo incremento de patrimonio que una persona natural o jurídica pueda experimentar. En cambio, el impuesto sobre el patrimonio, no se aplica sobre incrementos del mismo, sino que sobre el ya generado.
-De acuerdo a su experiencia, ¿esta propuesta es positiva, tomando en cuenta que se trataría de aplicarlo a riqueza la existente?
-Creo que esta iniciativa no es positiva, primero, porque se trata de un impuesto que no se ajusta a la realidad de Chile. Este es un impuesto que normalmente se ha establecido en países muy ricos, donde existen grandes fortunas, típicas del ranking Forbes, donde hay gente que puede contribuir dado los patrimonios que mantiene y que se aleja completamente del caso de nuestro país. Si bien en Chile hay personas de alto patrimonio, no tenemos un gran número de grandes fortunas, al nivel de los países desarrollados como Alemania o Estados Unidos, ni otros como México, China y Rusia. Siendo así, estamos tratando de aplicar a un país en vías de desarrollo y que está tratando recién de superar la pobreza, un impuesto que es propio de naciones ricas.
-Se ha dicho que se aplicaría una tasa fija de 2,5%. Si esto se llegara a aprobar ¿sería por una vez o anual?
-Lo que se está proponiendo es una tasa por una sola vez, por este año, por ese porcentaje. Este es un impuesto que se pagaría dentro de los 30 días siguientes a la entrada en vigencia de la nueva norma. Así está propuesto hasta ahora, por lo tanto, no sería anual. Sin embargo, la verdad es que surge una gran incertidumbre a partir de este tema, porque, tal como ha sucedido muchas veces en Chile, si este impuesto se llega a aprobar, aunque sea de forma transitoria, es muy probable que el próximo año o en los siguientes tengamos propuestas de parte de los mismos parlamentarios o de otros queriendo establecer este tributo de forma permanente. Dada la historia que hemos tenido en materia tributaria con otros impuestos, es algo que suele suceder. Pasó, por ejemplo, con las alzas transitorias de IVA. De manera que, hablar de un impuesto que es "de una sola vez", es un poco ingenuo.
-Según su punto de vista ¿se trataría de un doble tributo? Porque el impuesto ya se pagó por generar ingresos o riqueza.
-Evidentemente lo es, ya que este impuesto gravaría primero rentas que ya tributaron como tales en su minuto. El patrimonio está conformado por rentas que pagaron impuesto cuando la persona las percibió y las generó, por lo tanto, ahí ya hay una primera tributación. Si se trata, además, de patrimonios que fueron heredados de otras personas, esos ya tributaron impuesto a la renta sobre el anterior titular cuando generó ese patrimonio y generó esas rentas, pero tributaron también impuesto a la herencia una vez que fueron transmitidas al nuevo titular. Por lo tanto, en ese caso tenemos un impuesto a la renta, un impuesto a la herencia y vamos sumando tributación. A la gente se le olvida que en Chile ya tenemos impuesto al patrimonio, como lo son la patente municipal, el impuesto a la herencia y el territorial, y que no sólo los pagan los más ricos, sino que todo el mundo.
-¿Qué efectos negativos podría generar la aplicación de este tributo?
-Si este proyecto se llega a aprobar, va a tener muchos efectos negativos en la economía, porque la tasa propuesta es de un 2,5%, sumamente alta, además con una gran premura para el pago del impuesto. Eso va a generar una gran incerteza e inseguridad desde el punto de vista jurídico y tributario en muchos inversionistas y empresarios, que es muy probable que comiencen a pensar en residir fuera del país para manejar sus inversiones y patrimonio en el exterior, y así no enfrentar este tipo de cargas impositivas en nuestro país. Además, es probable que muchos contribuyentes afectados deban liquidar activos o inversiones para poder generar la caja suficiente para pagar el impuesto, lo cual, a su vez, dará lugar probablemente a impuesto a la renta que tales personas deberán pagar por haber liquidado o enajenado tales activos, lo cual significa una cascada de impuestos.
-Pese a ello, ¿ve algo positivo en esta propuesta?
-Nada positivo, por las mismas razones antes señaladas. Me parece que es una propuesta inoportuna. Por lo tanto, es absolutamente inefable en su contenido, y que tampoco se justifica desde el punto de vista de su oportunidad.
-La idea es generar más ingresos y si no es este tributo ¿qué otra opción podría existir?, ¿cree que los que tienen mayores ingresos deberían pagar más?
-Respecto de la necesidad de generar más ingresos, me parece que cuando se piensa en eso desde el punto de vista fiscal, no hay que pensar solamente en subir impuestos. También hay que pensar en generar incentivos para reactivar la economía, de tal manera de poder producir mayor crecimiento económico y por esa vía obtener mayor recaudación. Me parece que eso es lo que corresponde hacer y más aún en las circunstancias que estamos viviendo. En tiempos de crisis, donde las economías de todo el mundo están deprimidas producto de la pandemia, las protestas y las revueltas sociales. En ese sentido, creo que lo más recomendable es entregar incentivos sobre todo a aquellos rubros expuestos a estos problemas y para la generación de nuevos proyectos que puedan producir empleo y necesidad de mano de obra.
"Si este proyecto se llega a aprobar, va a tener muchos efectos negativos en la economía, porque la tasa propuesta es de un 2,5%, sumamente alta".