Partida de maestra Belén Álvarez fue muy sentida en la danza local
A los 81 años dejó de existir la bailarina y maestra de ballet clásico, quien dejó un tremendo legado en las generaciones que colaboró a formar en Concepción.
Vital, apasionada y una enamorada de toda la vida, la danza movió y conmovió a Belén Álvarez hasta ayer, cuando a primeras horas de la mañana el cáncer terminó por ganarle a esta bailarina clásica y formadora, a los 81 años.
Con dos etapas de residencia en Concepción, la artista fue relevante en la formación de bailarinas, quienes mostraron su pesar por la triste partida de una mujer vital en sus dimensiones escénicas y de enseñanza.
"Estuvo con nosotros hasta el año 2018, haciendo clases y entregando sus conocimientos, siempre de manera cariñosa y amable, a niñas y niños -entre los tres y 15 años- de nuestros talleres de ballet clásico", resumió María Angélica Ojeda, gerenta de la Corporación Cultural de San Pedro de la Paz.
A través de emotivas palabras, la representante cultual recordó que la coreógrafa y bailarina local estuvo ligada a la entidad prácticamente desde su partida en 2006 (la entidad inició sus funciones el año anterior). "Con nosotros impartía dos talleres de ballet de las mismas características, con 15 alumnas y alumnos por curso", indicó Ojeda en su cargo desde diciembre de 2008.
Con estudios formales en la Escuela de Danza Clásica del Teatro Municipal de Santiago, entre los años 1963 y 1967, bajo la tutela de los profesores Vadim Sulima y Octavio Cintolesi, Belén Álvarez inició su relación con Concepción a partir de 1973, cuando deja el elenco estable del Municipal, del cual fue parte durante cinco años.
En la capital regional crea al año siguiente el Ballet Contemporáneo de Concepción, acogiendo bajo su dirección a 30 estudiantes como parte del cuerpo estable. Con este grupo emprenderá giras por varias ciudades de Chile en los años siguientes, entre Valparaíso y Puerto Montt, siendo reconocida con sus repertorios clásicos y modernos.
"Ella fue una tremenda coreógrafa en su época, yo te diría una revolucionaria y vanguardista con sus audaces coreografías para la época incursionando especialmente en la danza contemporánea", recordó Paola Aste, bailarina y directora de la compañía Calaucalis desde su inicio en 2009. "Durante los años 60, Belén también conoció y tomó clases con Joan Turner Jara, con quien tuvo una formación en la danza moderna", contó Aste, reconociendo que Álvarez fue una inspiración para ella en su anhelo de convertirse en profesional de la danza.
"Fue mi maestra en el ballet contemporáneo, me encantaba cuando ella coreografiaba, me llevó a decir a los 12 años que yo quería hacer eso", dijo la también profesora de la carrera de Danza y Coreografía en Uniacc desde 2009.
DULCE MAESTRA
Uno de los aspectos destacados por Paola Aste, fue el gran dominio de la técnica logrado por su formadora. "Manejaba los cuerpos, produciendo una verdadera arquitectura espacial. Ella me abrió una ventana y me dio la posibilidad de dedicarme a la danza como creadora y no como una intérprete", comentó Aste.
-Sin duda, una presencia clave en la danza local.
-Así es, tremendamente trascendente. Belén será recordada como una gran maestra en Concepción. Ella mostró y fundó el Ballet Contemporáneo cuando acá no había nada, montando obras o enseñando en San Pedro y en nuestra ciudad. Dejó su semilla como gran maestra, además, siempre muy dulce para enseñar. Su alegría va a quedar en sus bailarines y generaciones que formó.
Al momento de nombrar algunos de los montajes en los que estuvo involucrada, Aste citó "La consagración de la primavera" con música de Igor Stravinsky (1976) y "Coppelia", ballet montado junto a la Orquesta Sinfónica el año anterior, en el Teatro UdeC.
Con un regreso a Santiago entre 1982 y 1992, Belén Álvarez vuelve a instalarse en Concepción en 1993 acompañando a su marido, Dragomir Yankovic, en el marco de la fundación de TVU.
Ese mismo año la maestra comienza a formar en la técnica de la danza en el Taller Pucalán, donde comparte sus conocimientos con una nueva generación de bailarinas y bailarines, varios de los cuales darían forma al Calaucán.
Son precisamente estos pasos escénicos ligados a la enseñanza, lo es destacado por Juanita Toro al recordar a su colega. "Sin duda tiene una gran importancia en la danza en Concepción con una presencia muy potente. Fue una persona muy preocupada y seria en su profesión y en la forma de transmitir la danza clásica, cuando no habíamos muchas", comentó la también formadora con más de 50 años de carrera.
-¿Por dónde crees va su legado?
-En danza clásica, pero también en la formación de la danza contemporánea, además es muy significativo que haya elegido Concepción para radicarse. Sin duda, le hizo muy bien a la escena local, especialmente, para quienes gustaban y son amantes de la danza.
Precisamente, esa entrega y labor, que desarrolló en torno a la danza, motivó a la corporación cultural sampedrina para postular a Belén Álvarez al Premio Regional de Arte y Cultura de la seremi del área, galardón que le es otorgado en 2009 y que recibió con gran orgullo en su momento.