Este año se debería erradicar uso de mercurio en dispositivos de medición
Según una iniciativa impulsada en 2013 con la firma del Convenio de Minamata, los países deberían terminar con el empleo de termómetros y tensiómetros con este elemento químico en 2020, debido a los graves peligros que implican.
En 2013, con la firma del Convenio de Minamata, en Japón, se dio vida a la iniciativa "Atención en Salud sin Mercurio", impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entidad que da muchas de las directrices que siguen los expertos, autoridades sanitarias y sistemas de salud del planeta, junto a la agrupación "Salud sin Daño".
La meta propuesta fue que los países erradicaran gradualmente el uso de dispositivos médicos de medición con mercurio metálico idealmente este 2020, estableciéndose que para este año se dejaran de fabricar, importar y exportar todo tipo de termómetros y tensiómetros (miden la presión arterial) que contengan este elemento químico que, tradicionalmente, han sido de los más usados en el ámbito de atención en salud. Y con certeza hasta hace algunos años también en lo doméstico; seguro que en muchas casas, quizá ya guardado en una caja, haya un termómetro de vidrio con mercurio metálico.
Es que tanto la presión como la temperatura corporal son importantes indicadores del estado de salud y su disminución o aumento pueden ser el signo de alerta de múltiples patologías o complicaciones que requieren atención y manejo urgente.
ALTA TOXICIDAD
El desafío global ha sido que los recintos asistenciales, profesionales de la salud y también la comunidad en general, reemplace los dispositivos médicos con mercurio metálico por aquellos libres de éste, y por tanto, mucho más seguros. Esto, porque la OMS ha definido al uso y exposición al mercurio como un severo problema de salud pública mundial, ya que la inhalación de sus vapores, que entre otros motivos puede ocurrir por fugas en los equipos o el derrame de termómetros rotos, es neurotóxico y está vinculado con "una serie de graves efectos, como daños cerebrales y neurológicos, sobre todo en los jóvenes. También, puede provocar daños en los riñones y en el aparato digestivo", según detalla el organismo en su sitio web. Además, se han descrito daños en los pulmones.
Y no es una posibilidad muy reducida la de estar en contacto con los vapores de este elemento si se considera que, por ejemplo, está dentro de un frágil artículo de vidrio como son los hoy antiquísimos termómetros, que con una manipulación inadecuada pueden quebrarse o caer y romperse fácilmente. Y así derramarse el contenido.
Marcela Sanhueza, académica de Enfermería de la Universidad San Sebastián de Concepción, sostiene que la toxicidad es tan alta que, incluso, en caso de que un artículo con mercurio se quiebre, la primordial recomendación para limpiar y eliminarlos es no manipularlos directamente.
Por eso, si es que se tenía un termómetro de este tipo en casa, se manipuló, cayó y destrozó, afirma que "para limpiar una superficie, las personas tienen que usar guantes de goma o látex. Luego, tomar el mercurio con cartón o papel y depositarlo en una bolsa hermética o botella plástica con tapa". Para la eliminación de los restos del termómetro de vidrio roto, enfatiza que "se deben desechar en un contenedor que indique que es un termómetro de mercurio quebrado". Por último, apunta que se debe "ventilar el área de derrame por 24 horas".
DISTINTAS ALTERNATIVAS
Lo importante a considerar es que existen varias alternativas de implementos exentos del mercurio y al hablar de la toma de temperatura la pandemia de covid-19 ha servido para demostrarlo. En esta enfermedad, la fiebre fue uno de los síntomas que más tempranamente se evidenció y se transformó en uno de los parámetros de sospecha, y por tanto la forma de hacer controles más masivos.
Así, es que hay países como China y España que han optado por implementar sistemas de cámara en sus calles o centros comerciales para medir la temperatura de sus ciudadanos y así aislar al potencial contagiado para derivarlo a un centro de salud que lo monitoree. En otros, como Chile, los aparatos digitales e infrarrojos, de medición frontal, son los más empleados para controlar la temperatura de las personas en sitios de alto tráfico como aeropuertos, centros comerciales, supermercados y hasta trabajos, para así detectar casos potencialmente sospechosos de la infección y tomar las medidas precisas.
Justamente, hay termómetros digitales o infrarrojos especializados para tomar la temperatura en los oídos o la frente, además de aquellos que continúan con los métodos más tradicionales (toma en axilas, boca o recto), según cuenta Marcela Sanhueza. Y por muy innovadores que parezcan si se comparan con el antiguo y ya obsoleto termómetro de mercurio o las formas más ortodoxas para medir la temperatura pueden ser también adquiridos en farmacias y otros comercios para tenerlos en los hogares. Incluso se han diseñado "banditas" que se pueden pegar en la frente de los niños y rápidamente indicar su temperatura.
Pero, ¿cuál será el mejor? La enfermera aclara que "según la comunidad científica, los termómetros para el oído tienen una mayor precisión en niños mayores de un año". Pero, reconoce que estos artículos son también más invasivos, por lo que plantea que "si se quiere evitar algún tipo de infección, recomiendo usar los infrarrojos frontales, ya que toman la temperatura a 15 centímetros de distancia".
Respecto a la mantención de esos artefactos, se deben seguir las indicaciones del fabricante y revisar el estado de las baterías en el caso de los digitales e infrarrojos. "La desinfección se logra limpiándolos con tórulas de algodón, las cuales deben estar empapadas con agua y jabón. Luego, se deben desinfectar con otras tórulas, pero que contengan alcohol de 70 grados o más", finaliza la especialista.