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Anuncio trastoca el calendario de la pandemia en ese país

El coronavirus pudo expandirse en EE.UU. en enero o incluso antes

La primera muerte ocurrió 20 días antes de lo que se creía.
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Nuevos datos obligaron a los estadounidenses a asumir ayer que el coronavirus empezó a expandirse por su país en enero o incluso antes, mientras que el presidente Donald Trump se disponía a firmar un decreto que suspenderá la emisión de permisos de residencia a extranjeros.

Un anuncio del condado de Santa Clara (California) cambió el cronograma que los estadounidenses tenían en mente sobre la expansión del coronavirus, al confirmar que la primera muerte conocida por covid-19 en EE.UU. ocurrió el 6 de febrero, 20 días antes de lo que se creía.

Esa revelación trastoca el calendario que se manejaba hasta ahora e implica, según expertos, que el coronavirus podría haber llegado al país en enero o incluso antes, algo que pone todavía más en tela de juicio la lenta respuesta oficial en el país, donde el Gobierno federal no recomendó medidas para mitigar los contagios hasta el 16 de marzo.

Hasta ahora se creía que la primera muerte relacionada con el coronavirus en EE.UU. se produjo el pasado 29 de febrero en el área de Seattle, en el estado de Washington, el más afectado en la primera fase de la pandemia en el país, aunque luego se descubrió que dos personas que fallecieron el 26 de febrero también habían contraído el virus.

Sin embargo, las autopsias de dos pacientes que murieron en sus hogares los pasados 6 y 17 de febrero en el condado de Santa Clara han revelado que enfermaron del COVID-19, según el comunicado de las autoridades de ese territorio.

Esas muertes son "probablemente la punta de un iceberg de tamaño desconocido", dado que los fallecidos no tenían antecedentes de viajes conocidos y se entiende que contrajeron el virus en ese condado, explicó la directora médica del condado de Santa Clara, Sara Cody, en una entrevista con el diario The New York Times.

Al cierre de esta edición, Estados Unidos sumaba otra jornada con más de 2.000 muertes y en total llegaba a los 846.692 contagios.

Analistas lo interpretaron como una jugada geopolítica

El petróleo se recupera cuando Donald Trump amenaza a Irán

"He ordenado a la Armada de EE.UU. que derribe y destruya todos y cada uno de los cañoneros iraníes si llegan a hostigar nuestros barcos", dijo el mandatario.
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El precio del petróleo rebotó al alza ayer, sobre todo el crudo de Texas, justo cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó a su Armada la destrucción de naves iraníes si se sentía amenazada en el Golfo Pérsico, lo que los analistas han interpretado como una jugada geopolítica en una zona clave para el abastecimiento de crudo.

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se recuperó un 19,1% tras el desplome de las jornadas anteriores y cerró en 13,78 dólares el barril, mientras que el Brent para entrega en junio ascendió hasta los 20,39 dólares, 6,92% más.

Los precios del oro negro en Estados Unidos llegaron a dispararse durante la jornada de ayer en hasta 40%, y si bien después se moderó, pudo recuperar una parte de las pérdidas que venía acumulando.

En lo que va de año, los precios del WTI se han desplomado cerca del 70% y se sitúan muy lejos de los 60 dólares el barril de enero.

Las últimas sesiones han sido especialmente volátiles y han dado pie a situaciones sin precedentes, como la cotización en negativo de los últimos barriles del contrato de mayo, lo que obligaba a los productores a pagar a los compradores por llevarse el crudo de sus instalaciones.

Según los analistas, el mercado se enfrenta a un grave problema de saturación, con la capacidad de almacenamiento escaseando ante el desplome de la demanda motivado por el frenazo económico en buena parte del mundo para combatir el coronavirus.

En Estados Unidos, la situación del almacenamiento es especialmente grave y se espera que las instalaciones en el principal punto de entrega del país, en Cushing (Oklahoma), se llenen en cuestión de semanas. Según el Gobierno, las reservas de petróleo estadounidenses aumentaron en 15 millones de barriles al 17 de abril.

LICENCIA PARA DISPARAR

No obstante, hay analistas que achacan el rebote de ayer sobre todo a la presión de Trump en una zona sensible para el suministro mundial de petróleo, el Golfo Pérsico.

El presidente de Estados Unidos anunció que ha ordenado a la Armada de su país "derribar y destruir" buques iraníes si llegan a hostigar embarcaciones estadounidenses en el Golfo Pérsico.

"He ordenado a la Armada de EE.UU. que derribe y destruya todos y cada uno de los cañoneros iraníes si llegan a hostigar nuestros barcos en el mar", tuiteó el mandatario.

Las declaraciones de Trump se producen después de que hace una semana el Pentágono denunciara que once embarcaciones de la Guardia Revolucionaria iraní -designado como grupo terrorista por Washington- se aproximaron a buques de guerra estadounidenses en el Golfo Pérsico y calificó los movimientos de "peligrosos".

Además, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, criticó al lanzamiento con éxito del primer satélite militar de la República Islámica. "Creo que Irán debe rendir cuentas por lo que ha hecho", dijo el titular de Exteriores, que consideró que Teherán ha violado una resolución de Naciones Unidas que prohíbe el lanzamiento de misiles militares.

Irán tiene 85.996 contagios de covid-19 y 5.391 muertes.

Hay 2.270 casos confirmados y 193 muertes que han hecho ampliar el cementerio de Manaos

Fosas comunes y hospitales al límite: la capital de Amazonas entra en colapso

Los funerales se han triplicado en Manaos, lugar castigado por el covid-19.
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En el mayor cementerio de Manaos, los ataúdes han comenzado a ser depositados en fosas comunes. Los servicios funerarios no dan abasto y los hospitales públicos han entrado en colapso ante el aumento de muertes y casos por coronavirus en el estado de Amazonas, uno de los más castigados por la pandemia en Brasil.

Antes de la llegada del coronavirus a la Amazonía, Manaos (norte) registraba un media de 20 a 35 entierros diarios, pero los sepelios se han triplicado y ya hay cerca de un centenar por día, según explicó a Efe el alcalde Arthur Virgílio Neto.

Las cifras oficiales hablan de 2.270 casos confirmados y 193 muertes en Amazonas, pero el movimiento en el mayor camposanto de Manaos demuestra que las cifras son mucho mayores que las que recogen las estadísticas del gobierno regional.

Desde hace días las excavadoras avanzan en el cementerio para abrir trincheras con la que hacer frente al aumento de víctimas, mientras que en los hospitales de Manaos funcionarios equipados con trajes blancos, máscaras y guantes trasladan sin pausa los cuerpos sin vida de pacientes que han fallecido por el covid-19.

Según constató Efe, en tan solo una hora al menos cinco cadáveres fueron sacados de los frigoríficos instalados en las inmediaciones del Joao Lucio, uno de los tres hospitales que dependen del gobierno regional, para su transferencia al cementerio.

Los frigoríficos fueron instalados recientemente después de que salieron a la luz imágenes del interior de un hospital en las que aparecen enfermos de covid-19 siendo atendidos a escasos metros de cadáveres.

"Es una escena lamentable", señala el alcalde Virgilio, quien advierte que la capital de Amazonas se encuentra en una situación de "calamidad pública". Por ello, ha pedido auxilio a los países europeos para salvar ese estado y su "principal patrimonio", la selva amazónica, que durante meses estuvo en el centro de la noticia ante el aumento de la deforestación y los incendios.

Con 1,8 millones de habitantes, Manaos concentra cerca de la mitad de la población del estado de Amazonas. "Las ciudades del interior tienen poquísimas camas para los casos graves, por lo que la mayoría tiene que desplazarse hasta Manaos. Es un escenario desolador", asegura Fernando Merloto, fiscal del Ministerio Público Federal del estado. El sistema de salud ya se encuentra en colapso y la situación probablemente se agravará en las próximas semanas, para cuando se espera el peak de la pandemia en el país, donde ya se han registrado cerca de 2.906 muertes y más de 45.757 casos.