El año no comenzó bien para la industria salmonera nacional. En febrero, Rusia restringió el ingreso del producto por la supuesta presencia de oxitetraciclina, algo que fue descartado por el sector. Ante ese escenario, viajó a ese país la directora de Sernapesca, para lograr un acuerdo que se daría tras cumplir ciertos compromisos.
Sin embargo, entre el 70% a 80% de las plantas de Biobío y Los Lagos siguen sin exportar a esa nación europea. Solo se levantó la restricción para un par de productores, según comentó Gerardo Balbontín, gerente general de Blumar, quien, además de eso, anticipó un año complejo para el sector debido a la pandemia. Pero remarcó que siguen adelante tomando todas las medidas de resguardo sanitario posible para los trabajadores.
-Entonces ¿hacia qué mercados están apuntando? Porque el ministro de Agricultura comentó a este medio que las exportaciones de alimentos no han tenido problemas.
-Estamos recién en abril y han pasado muchas cosas. Partimos con una problemática social que se suponía enfrentaríamos con otro tipo de desafíos, pero cambió todo tan rápido y a la vuelta del verano nos encontramos con este enemigo que se llama covid 19 y que no esperábamos. Dentro de todo, hemos podido seguir operando y gracias a un gran esfuerzo de todos. Somos productores de alimentos y hemos tenidos que ajustarnos para mantener las operaciones para prevenir los contagios y cuando han aparecido vemos cómo superarlos. Hemos dado confianza a nuestros colaboradores a que irán a un lugar y no se contagiarán o que al menos el riesgo será mínimo. También le hemos demostrado a las comunidades donde operamos que cumplimos los protocolos.
-¿Qué medidas han adoptado al respecto?
-Por ejemplo, en Punta Arenas, toda la gente que trasladamos lo hace con el test de PCR antes de salir y con su certificado. Estos mismos protocolos lo hacemos en otras partes, como bajar la densidad de personas, tomar temperatura, haciendo chequeo, ver si alguien tiene alguna sintomatología, hemos excluido a la gente de mayor riesgo, como adultos sobre los 65 años, embarazadas o con enfermedades de base. Este mes tuvimos una serie de contagios en la planta de salmones de Talcahuano, por lo que reforzamos todas las medidas. Fue un turno completo que se fue a cuarentena durante dos semanas y hoy está volviendo, pero previo a eso la Seremi de Salud hizo un chequeo exhaustivo a todas las acciones que nos habían dejado. Hoy nos sentimos un poco más seguros y ya operamos con dos líneas. Hemos hecho más de 500 test PCR en forma directa, aparte de lo que se hacen en el sistema de salud.
DESAFÍO
- A pesar de estas acciones, ¿de todas formas van a tener un año complicado, sobre todo en producción y ventas respecto a 2019?
-Sí, muy complicado. Como empresa tenemos dos áreas, la de pesca y salmones. Por fortuna, la primera se encuentra operando prácticamente normal al igual que las plantas con todas las medidas respectivas. Los mercados están funcionando bien en cuanto a la posibilidad de exportar los productos a través de los puertos y los precios se han mantenido casi normales. El problema lo estamos viendo en salmones, donde aproximadamente un 40% de este pez que consume el mundo se hace fuera de la casa y eso hoy no existe, no hay restaurantes, cruceros o líneas áreas. Hay un porcentaje importante del canal de distribución que no está operando. Por ende, vemos que lo que queda de este año, y no sabemos hasta cuándo, como de un gran desafío para poder penetrar con nuestro producto, algo que será con un sacrificio importante en los precios y prevemos que los resultados de las compañías salmoneras en general van ser a ser difíciles este año.
-Por ende ¿existe la posibilidad de potenciar más el consumo interno?
- Sí, creo que es posible de potenciarlo aún más, pero somos un mercado tan chico que en verdad no mueve la aguja. Tratamos de generar tiendas donde la gente pueda comprar salmón, pero alimentamos a la industria completa mundial, como Estados Unidos, Brasil, México o Rusia, por lo que el mercado nacional no es relevante para generar un cambio.
-El año pasado, Blumar en Talcahuano recontrató casi una línea completa. Para este 2020, ¿qué pasará con los empleos, la idea es mantenerlos dentro de esta situación?
-Sí, lo estamos viviendo. En la planta de salmones trabajan más de 700 personas y la idea es darles seguridad como lo detallé anteriormente con la intención de mantener todos los puestos, porque vamos a tener mucho salmón que procesar, pero al final va depender mucho que este contagio logre prevenirse hasta que llegue una cura, una vacuna o un test rápido que nos permita que la persona antes de salir de su casa sepa si está positivo o negativo, sobre todo porque mucha gente es asintomática.
NIVEL ACEPTABLE
-Sobre las exportaciones, en especial desde Carriel Sur, ¿esas se han mantenido o por las restricciones de vuelo han caído?
-A fines de marzo y los primeros días de abril hubo dificultades, porque no se sabía cómo se operaría, pero hoy, si bien no estamos al 100%, me atrevo a decir que tanto los puertos, las carreteras y los aeropuertos están a un nivel aceptable. En todo caso, esto nos ha aumentado los costos, porque sacábamos nuestro salmón por medio de los vuelos de pasajeros, que iban a EE.UU., pero esos viajes se han reducido a nada y la carga la estamos sacando desde Santiago en vuelos cargueros. Desde Carriel Sur no debe estar saliendo nada, porque vuelos casi no hay.
--Pero a pesar de este escenario, ¿avizora una recuperación para el segundo semestre?
-Ojalá, es lo que esperamos, pero estamos con un escenario que nadie puede predecir. Seguimos las estadísticas de los contagios en el mundo y nos ponemos contentos cuando bajan, pero es difícil saber si esto es de 2 o 3 meses. Lo que sí, de acuerdo a lo que se observa, es que en términos relativos en Chile las cosas se están haciendo bien.