Medidas para evitar fraude de tarjetas
El pago con tarjetas de crédito o débito es actualmente una de las formas más usadas en las transacciones, con lo que se evita el uso de dinero en efectivo, como medida de precaución. Se estima que en los últimos siete años la cantidad de plásticos en circulación aumentó de 16 millones a 50 millones, lo que también atrajo a las bandas delictuales que se dedican a la clonación.
En Chile hay una red de cajeros automáticos instalados en bancos, centros comerciales y supermercados, para que los clientes del sistema financiero puedan operar las 24 horas. Sin embargo, los delincuentes se han percatado de que hay formas de cometer ilícitos rentables y de baja penalidad. Hace unos años se arrancaban cajeros recién cargados con dinero, pero ahora es más frecuente timar a los clientes mediante la colocación de elementos extraños, o forzando bajo amenaza a las víctimas para retirar dinero.
Ley 21.234 de 2020 limitó la responsabilidad del usuario de medios de pago y transacciones electrónicas ante el caso de extravío, hurto, robo o fraude. Detalla que a partir del momento en que el titular de una tarjeta reporta el extravío, hurto, robo o desconoce una operación realizada con el plástico, el emisor deberá abonar al titular dentro de los cinco días hábiles siguientes al aviso el monto defraudado, hasta 35 UF ($ 1,3 millones). Pero esto también ha llevado a simular robos. La obligatoriedad de abonar los recursos exigidos, sumado a la dificultad de acreditar dolo en casos de sospecha de una operación fraudulenta por parte del cliente, ha levantado las alertas en la banca y ha generado una creciente judicialización. Los bancos han presentado 18.000 denuncias en juzgados y 2.000 querellas por fraudes con tarjetas.
No obstante estas posibilidades de dolo, los clientes deben ser precavidos. La PDI ha llamado a los usuarios a evitar transacciones en cajeros aislados, sin cámaras de vigilancia, mal iluminados, y desconfiar de las personas que ofrezcan ayuda ante algún problema con un cajero. Lo ideal es acudir a aquellos que se encuentren en sucursales bancarias o tiendas, ya que hay cámaras y personal de vigilancia. Si la tarjeta queda atrapada en la ranura conviene no perderla de vista y llamar al banco o caja para comunicar la incidencia.
También al comprar en tiendas, centros comerciales o estaciones de servicio, no hay que perder de vista la tarjeta bancaria. Es imprescindible cuidar la privacidad de la clave secreta y cambiarla periódicamente, utilizando códigos difíciles de adivinar. Se ha sugerido también que las personas esperen su turno en el uso del cajero automático, a una distancia prudente de quien lo está utilizando. También se debe evitar hacer operaciones mientras hay personas desconocidas muy cerca, y en lo posible bloquear la vista de terceros cuando se digita la clave. Asimismo, asegurarse de retirar la tarjeta, esperar que la pantalla vuelva al inicio y guardar los comprobantes obtenidos, para evitar que sean mal utilizados.
Las investigaciones indican que marzo, septiembre y diciembre han sido tradicionalmente los meses con más fraudes de información bancaria, debido a las aglomeraciones que se producen en el comercio por las compras de útiles escolares, el ajetreo para pagar cuentas luego del período de vacaciones, así como las compras previas a las Fiestas Patrias, la Navidad y el Año Nuevo. Esto genera una mayor cantidad de transacciones con tarjetas, por lo que se crean las condiciones para cometer variados delitos, como su uso malicioso y la suplantación de personas en las casas comerciales.
Cada año en el país se registran miles de delitos de este tipo. Las autoridades insisten en la importancia de que los consumidores tengan conductas de autocuidado, y por eso periódicamente realizan campañas preventivas, porque el mal uso del dinero plástico es un delito que va mutando y los delincuentes actualizan las tecnologías para vulnerar la seguridad.
Hace unos años se arrancaban cajeros recién cargados, pero ahora es más frecuente timar a los clientes mediante la colocación de elementos extraños, o forzando a las víctimas para retirar dinero.