Axel Kaiser explora sus sombras a través de una novela fantástica
El abogado y filósofo está presentando "El libro de Asgalard. La travesía de Valah", un viaje entre el bien y el mal a través de la naturaleza, con inspiración en los textos de Tolkien.
Por Valeria Barahona
Conocido por sus columnas y libros sobre economía y política, el presidente de la Fundación Para el Progreso (FPP) Axel Kaiser, publicó "El libro de Asgalard. La travesía de Valah", en Editorial Minotauro, volumen donde, en clave ficción, da algunas luces sobre sus lecturas, inspiraciones y métodos de trabajo. "Comencé a escribir esto en 2015: algunos me dijeron que estaba loco, a otros les gustó la idea y me pasaron un manual (de redacción de este género), pero no lo leí. Fue una volada bastante especial, hay mucha gente que no puede creer que haya escrito este libro, están desconcertados, porque me conocen más por otro tipo de obras", ríe.
El también autor de "El economista callejero" luego reconoce que la escritura de su primera novela "tuvo mucho que ver con inspiración, bastante repentina, una especie de llamado de mi psiquis a escribir la historia que estaba fluyendo", donde "no pensé en los personajes antes de escribir la novela, sólo pensé en uno, Lohgrin", el brujo que lidera la oscuridad.
-Él siempre vivió en tu cabeza.
-Él habita en mi cabeza, desde hace muchos años.
-Es el malo, ¿cómo te llevas con él?
-Exacto. Lucho con él permanentemente, pero puede reflejar, hasta cierto punto, algo de la sombra que también llevo, todos los seres humanos portamos una sombra. En esta novela lo estoy encarando y planteando para ver de lo que es capaz, junto con qué enemigos se va a encontrar. Lohgrin es una persona que termina por abandonar la luz, las fuerzas del bien, y se corrompe porque pierde la fe en los seres humanos y en su propia misión, como protector de los humanos, ahí hay un punto que es importante: la pérdida de la fe conduce a la corrupción, al mal, porque el bien nunca es algo garantizado.
El libro de Kaiser rememora pasajes bíblicos como la anunciación, como le sucede a la heroína: durante "la noche en que atacaron los geister, un murmullo emergió en el sueño de Valah, llamándola tres veces por su nombre", tras lo cual la joven ingresa a un bosque onírico y sagrado, cuyo guardián le dice "a través de tu espíritu corre la energía de Faria, que ha detenido el efecto del veneno introducido por los geister, pero no tienes mucho tiempo. Antes del inicio del próximo ciclo lunar, tu vientre estará corrompido y el espíritu que envíe Faren no podrá entrar a este mundo".
El abogado reconoce que "es una novela muy teológica, si quieres, basada en los arquetipos junguianos (del psicoanalista Carl Gustav Jung, recordado por "El libro rojo"), de los cuales La Biblia está repleta. Efectivamente hay una defensa implícita del cristianismo como filosofía, como una fuerza capaz de alimentar positivamente el espíritu, en su interpretación más sana, porque hay lecturas torcidas del cristianismo. También el libro tiene influencias de pensadores como Platón ("La República"), Adam Smith ("La riqueza de las naciones"), Martin Heidegger ("El ser y el tiempo"), Friedrich Nietzsche ("La gaya ciencia") y Hannah Arendt ("Eichmann en Jerusalén").
-¿Por qué elegiste el viaje del héroe como fórmula narrativa?
-Fue algo bien intuitivo. No planifiqué ni diseñé la forma de escribir, dejé que fluyera espontáneamente, los personajes comenzaron a brotar, la historia tomó vida propia y resultó en el viaje del héroe (modelo propuesto por Joseph Campbell, autor de "El poder del mito") porque creo que mi novela refleja profundas verdades psíquicas, válidas para todos los seres humanos. El viaje del héroe no es algo que inventaron eruditos o académicos, sino que descubrieron la existencia de muchas historias con ese patrón que los analistas, más en términos psicológicos de la literatura, lo detectaron, teorizaron y teorizaron, pero yo tenía fe en que, si dejaba fluir las fuerzas más oscuras de mi psiquis, que creo que está conectada con el inconsciente colectivo de todos los seres humanos, del que hablaba Jung, iba a salir algo bueno, entonces evité leer libros que te dicen cómo escribir una novela de fantasía, por ejemplo. Alguien me regaló uno y le dije "no lo voy a leer", porque quiero que sea totalmente sin sesgo ni influencia de nada, que sea lo que tenga que salir.
-¿Cómo fue armar los paisajes, que recuerdan mucho al sur de Chile?
-El sur chileno, la Patagonia, fue una inspiración fundamental para la novela, todo ese entorno de naturaleza, con bosques vírgenes, montañas, lagos y el clima también está impregnado en el texto no sólo como realidad geográfica, sino también como elemento estético y parte del mensaje que el libro quiere transmitir, ya que está situado en un mundo muy tolkiano (en referencia a J. R. R. Tolkien, autor de "El señor de los anillos"), donde se describe un escenario parecido, inspirado en el norte de Europa, pero que no es tan distinto a lo nuestro.
-Como cuando decían que salía más barato filmar las películas acá.
-Sí, exacto, más barato acá que en Nueva Zelanda, donde las grabaron al final. Es muy parecida toda esa estética que, a mi juicio, le da un toque claramente de mitología nórdica y tiene todo el sentido por el tipo de historia. Me sirvió de mucha inspiración, ya que pasé mi niñez y adolescencia en el sur, lo que me dio una sintonía con el entorno en que creció y vivió Tolkien, lo cual le influyó bastante, así como sus actividades diarias para retratar a sus personajes: a él le gustaba ir a pescar truchas, los esteros… Era una especie de ambientalista, se podría entender, yo también lo soy, aunque no como los locos que hoy bloquean las carreteras y les tiran pintura a las obras de arte clásicas, o que creen que el Apocalipsis está a la vuelta de la esquina. No es eso, vemos un valor estético y casi moral en la naturaleza, sin atribuirle poderes mágicos ni una consciencia superior a la humana, no, no se trata de eso, pero nos gusta tener esa posibilidad de conectar con las fuerzas vírgenes del planeta, y los seres humanos lo necesitamos, el contacto con la naturaleza sana a las personas cuando tienen distintas patologías.