Conectividad y resiliencia al sur del río Biobío
Complejos días vive la conectividad vial en la zona del sur del Biobío, donde una vez más se han sucedido hechos que no sólo enlutan a la Región, como la tragedia ocurrida el viernes en San Pedro de la Paz, sino que además generan efectos en la vida cotidiana de los miles de habitantes de las comunas ubicadas al sur del río Biobío.
El reciente cierre del puente Ferroviario es uno de los factores que complican a gran parte de la población del Gran Concepción, ya que se trata de una pieza clave en la infraestructura del transporte de pasajeros y carga, uniendo las comunas de Coronel, San Pedro de la Paz y Concepción. La decisión de suspender el uso del viaducto es comprensible y justificada ya que, tras las intensas precipitaciones de hace dos semanas, el nivel de las aguas del río Biobío creció a niveles históricos, lo que provocó que dos cepas perdieran soporte por efecto del fuerte arrastre de las aguas.
El cierre preventivo posterior a las lluvias, los estudios realizados en terreno y finalmente la decisión de realizar trabajos de refuerzo de la estructura se condicen con la permanente voluntad que ha demostrado la empresa ferroviaria en la búsqueda de soluciones y de evitar riesgos innecesarios. Hay que recordar que, según las estadísticas entregadas por la misma compañía, sólo entre enero y junio de este año el servicio de Biotrén movilizó a 4,8 millones de pasajeros, una alta cifra considerando que los primeros meses no hubo operación del puente Ferroviario y se debió realizar trasbordo permanente a través de buses entre las estaciones ubicadas en Concepción y San Pedro de la Paz. La última información entregada esta semana indica que el puente estará cerrado por 60 días, con el fin de realizar las obras pertinentes para volver a ponerlo en uso.
A esto se suma la colisión entre un taxibus y el Biotrén, ocurrida el pasado viernes, que cobró la vida de siete personas, además de dejar a una decena en estado de gravedad, algunas de ellas en estado crítico, incluidos dos menores. El accidente es un hecho profundamente doloroso, que además revela una suma de situaciones que demuestran la fragilidad de la conectividad vial en las comunas al sur del río Biobío, que desde hace más de dos décadas viven con promesas de una mejor calidad de vida que no llega.
El accidente, además de la pérdida de vidas de quienes iniciaban su rutina diaria como cualquier habitante de la zona, muestra una serie de situaciones irregulares, como la falta de documentación del vehículo de transporte público, la constante posibilidad de evadir las medidas de seguridad de los cruces ferroviarios, la fragilidad de las vías principales de la zona ante una situación de emergencia, la falta de servicios médicos de urgencia cercanos al área afectada y, de fondo, la falta absoluta de preocupación real de las autoridades por aplicar soluciones de fondo y a largo plazo.
El viernes por la tarde se realizó una reunión de la mesa de trabajo intersectorial Más Movilidad, integrada por distintos actores relacionados con esta materia. Se adoptaron medidas, según se informó, enfocadas principalmente a mitigar los efectos que pueda producir, tanto en el traslado de personas como de carga, los daños que tiene el puente Ferroviario y las vías del tren, por lo que la línea 2 del Biotrén, que llega hasta Coronel, se mantendrá cerrada inicialmente hasta mañana lunes 2.
Dentro de las primeras decisiones informadas están aplicar mejoras para habilitar la ruta a Patagual que se destinará a los vehículos de carga pesada, el refuerzo en las medidas de seguridad para los cruces ferroviarios y fiscalizaciones del Ministerio de Transportes. A esto se sumó la restricción vehicular que se comenzará a aplicar en la Ruta 160 a partir de mañana, lo que incluirá desde el límite comunal de Coronel hasta Concepción y, en una medida a largo plazo, concretar dos cruces ferroviarios desnivelados.
Por último, y en algo que se ratifica, se planteó la implementación del perímetro de exclusión del Gran Concepción a partir de octubre, ordenamiento del transporte público que se ha planteado como una forma de actualizar la actual operación de los servicios en la zona.
Si bien todas las medidas responden a una correcta definición de las autoridades, la larga data de las complejidades de la conectividad vial de la zona están lejos de ser resueltas, ya que responden a años de indecisiones, falta de voluntad política en la inversión para nuevos proyectos y una débil capacidad para defender las iniciativas necesarias para la Región.
La resiliencia demostrada por los habitantes de las comunas del sur del río Biobío ante las constantes promesas y el escaso avance de las soluciones es destacable, pero no por eso debe ser habitual y menos cotidiana. Quienes tienen la posibilidad de impulsar y exigir recursos para poner en marcha soluciones a largo plazo deben responder a esa responsabilidad y evitar que el peso de esta ausencia de soluciones deba ser llevado por la ciudadanía.
El accidente es un hecho profundamente doloroso, que además revela una suma de situaciones que demuestran la fragilidad de la conectividad vial en las comunas al sur del río Biobío, que desde hace más de dos décadas viven con promesas de una mejor calidad de vida que no llega.