Uno de cada cinco electores locales decidió no marcar una preferencia
Académicos de la zona precisan una serie de factores -entre ellos "un castigo a la política"- en un proceso que llevó a más de un millón de ciudadanos del Biobío a las urnas. Desde la vereda política coinciden y agregan que hubo otros elementos, como los incendios forestales.
Un fenómeno nunca antes visto en los procesos eleccionarios se registró ayer en el país y la Región del Biobío, luego de que una alta cantidad de electores se inclinara por anular o dejar en blanco su papeleta. De hecho, el 22,7% de los votantes locales apostó por estas alternativas, es decir, poco más de un quinto de quienes participaron.
El 18,2% marcó nulo, mientras que el 4,4% sólo fue a sellar el voto, según datos del Servel hasta las 22.30 horas. En instancias de definición anteriores, los nulos y blancos comprendían un margen que rondaba entre el 1% y el 5%. Por lo mismo, hay académicos de la zona que advierten que lo ocurrido este domingo es, derechamente, un castigo a la política.
"Creo que la gente está cansada y hay un agotamiento de la clase política. Este es un voto de castigo (...) Seguir con la hipótesis de que la gente es desinformada, en una segunda votación, no resiste", plantea Francisco Fuentes, académico de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales UCSC.
Lesley Briceño, analista UDD, comenta que la lectura no debe ser simple, entendiendo que el voto obligatorio y la inscripción automática lleva a tener una ciudadanía que, por un lado, está desinformada, que no quiere inclinarse por nadie, o que anula a último minuto. "El voto nulo también se explica por un cansancio electoral, porque llevamos muchos procesos y ya hemos perdido la cuenta de cuántos se han realizado desde 2020, pero también hay otra lectura que tiene que ver con la desafección política, en general", dice.
En términos de participación electoral, y al ser una instancia obligatoria, Biobío volvió a tener una participación relevante, al igual que en el plebiscito de septiembre de 2022, cuando se superó el millón de ciudadanos que se acercaron a las urnas (más del 88% del padrón electoral). Sin embargo, a diferencia de esa ocasión, esta vez hubo un porcentaje un poco menor que alcanzó el 82,3%.
Mirada política del fenómeno
Desde la política regional hay varias miradas. El presidente local del Partido Republicano (REP), Juan Pablo Mellado, afirma que el porcentaje de votos nulos fue algo sorprendente, aunque reconoce que todo es producto de que la gente no quería el proceso, "porque además no se les preguntó, pues el Rechazo ganó con el 62%, entonces la gente quiere ser escuchada y que se escuchen sus problemas, que no se resuelven con los cambios que propone una Constitución".
Su par regional de Revolución Democrática (RD), Aurora Benavides, plantea que en el proceso vieron a muchas personas cansadas de tantas elecciones en un período tan corto de tiempo. "Efectivamente, la gente no cree mucho en que las cosas pueden cambiar, y lo otro es que hubo una campaña a votar nulo, lo que perjudicó los resultados que son preocupantes".
De acuerdo a Benavides, es importante que los partidos profundicen el trabajo territorial y el diálogo con las comunidades "para que vuelvan a creer en la política".
En la UDI, en tanto, piensan que el 22,7% de nulos y blancos concentra a las personas que van a votar sin interés, ya sea por indiferencia en el proceso en sí, o porque no se ven representadas por ninguno de los candidatos. Advierten que en esta oportunidad faltó mayor publicidad de parte del gobierno para promocionar la elección.
Más allá de hacer una autocrítica, James Argo, vicepresidente regional de la tienda, insiste en que faltó un mayor ambiente electoral. "Siempre se puede hacer más (desde los partidos), pero era evidente que no había un ambiente de campaña y equipos grandes, y uno notaba que eso impactaba en que personas se decidieron a última hora o no se decidieron (nunca)", recalca.
Finalmente, el timonel regional del Partido Demócrata Cristiano (DC), Marcelo Yévenes, refuerza la idea de causas multifactoriales. A su juicio, el hecho de tener un universo electoral superior hace que haya una cantidad amplia de ciudadanos menos politizados o informados, "aunque también hay un rechazo múltiple a la situación actual".
"Creo que ni los militantes de los partidos tenían claridad del proceso en su conjunto. También es difícil hacer campaña en un período bien corto, que por lo demás estuvo mediatizado por los incendios, lo que hizo perder un mes de despliegue", puntualiza Yévenes.