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Cifras históricas del Servel indican que el 18,2% de los votantes anuló y 4,4% dejó en blanco

Uno de cada cinco electores locales decidió no marcar una preferencia

Académicos de la zona precisan una serie de factores -entre ellos "un castigo a la política"- en un proceso que llevó a más de un millón de ciudadanos del Biobío a las urnas. Desde la vereda política coinciden y agregan que hubo otros elementos, como los incendios forestales.
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Por Nicolás Álvarez Arrau

Un fenómeno nunca antes visto en los procesos eleccionarios se registró ayer en el país y la Región del Biobío, luego de que una alta cantidad de electores se inclinara por anular o dejar en blanco su papeleta. De hecho, el 22,7% de los votantes locales apostó por estas alternativas, es decir, poco más de un quinto de quienes participaron.

El 18,2% marcó nulo, mientras que el 4,4% sólo fue a sellar el voto, según datos del Servel hasta las 22.30 horas. En instancias de definición anteriores, los nulos y blancos comprendían un margen que rondaba entre el 1% y el 5%. Por lo mismo, hay académicos de la zona que advierten que lo ocurrido este domingo es, derechamente, un castigo a la política.

"Creo que la gente está cansada y hay un agotamiento de la clase política. Este es un voto de castigo (...) Seguir con la hipótesis de que la gente es desinformada, en una segunda votación, no resiste", plantea Francisco Fuentes, académico de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales UCSC.

Lesley Briceño, analista UDD, comenta que la lectura no debe ser simple, entendiendo que el voto obligatorio y la inscripción automática lleva a tener una ciudadanía que, por un lado, está desinformada, que no quiere inclinarse por nadie, o que anula a último minuto. "El voto nulo también se explica por un cansancio electoral, porque llevamos muchos procesos y ya hemos perdido la cuenta de cuántos se han realizado desde 2020, pero también hay otra lectura que tiene que ver con la desafección política, en general", dice.

En términos de participación electoral, y al ser una instancia obligatoria, Biobío volvió a tener una participación relevante, al igual que en el plebiscito de septiembre de 2022, cuando se superó el millón de ciudadanos que se acercaron a las urnas (más del 88% del padrón electoral). Sin embargo, a diferencia de esa ocasión, esta vez hubo un porcentaje un poco menor que alcanzó el 82,3%.

Mirada política del fenómeno

Desde la política regional hay varias miradas. El presidente local del Partido Republicano (REP), Juan Pablo Mellado, afirma que el porcentaje de votos nulos fue algo sorprendente, aunque reconoce que todo es producto de que la gente no quería el proceso, "porque además no se les preguntó, pues el Rechazo ganó con el 62%, entonces la gente quiere ser escuchada y que se escuchen sus problemas, que no se resuelven con los cambios que propone una Constitución".

Su par regional de Revolución Democrática (RD), Aurora Benavides, plantea que en el proceso vieron a muchas personas cansadas de tantas elecciones en un período tan corto de tiempo. "Efectivamente, la gente no cree mucho en que las cosas pueden cambiar, y lo otro es que hubo una campaña a votar nulo, lo que perjudicó los resultados que son preocupantes".

De acuerdo a Benavides, es importante que los partidos profundicen el trabajo territorial y el diálogo con las comunidades "para que vuelvan a creer en la política".

En la UDI, en tanto, piensan que el 22,7% de nulos y blancos concentra a las personas que van a votar sin interés, ya sea por indiferencia en el proceso en sí, o porque no se ven representadas por ninguno de los candidatos. Advierten que en esta oportunidad faltó mayor publicidad de parte del gobierno para promocionar la elección.

Más allá de hacer una autocrítica, James Argo, vicepresidente regional de la tienda, insiste en que faltó un mayor ambiente electoral. "Siempre se puede hacer más (desde los partidos), pero era evidente que no había un ambiente de campaña y equipos grandes, y uno notaba que eso impactaba en que personas se decidieron a última hora o no se decidieron (nunca)", recalca.

Finalmente, el timonel regional del Partido Demócrata Cristiano (DC), Marcelo Yévenes, refuerza la idea de causas multifactoriales. A su juicio, el hecho de tener un universo electoral superior hace que haya una cantidad amplia de ciudadanos menos politizados o informados, "aunque también hay un rechazo múltiple a la situación actual".

"Creo que ni los militantes de los partidos tenían claridad del proceso en su conjunto. También es difícil hacer campaña en un período bien corto, que por lo demás estuvo mediatizado por los incendios, lo que hizo perder un mes de despliegue", puntualiza Yévenes.

Votos nulos y blancos locales en procesos electorales recientes (Región del Biobío)

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Plebiscito nacional 2020

Nulos: 0,5% Blancos: 0,2%

2da vuelta gobernadores 2021

Nulos: 1,4% Blancos: 0,5%

Senatoriales 2021

Nulos: 5,2% Blancos: 6,5%

2da vuelta presidencial 2021

Nulos: 0,9% Blancos: 0,3%

*Plebiscito nacional de salida 2022

Nulos: 1,5% Blancos: 0,6%

*Consejeros constitucionales 2023

Nulos: 18,2% Blancos: 4,4%

*Votación obligatoria.

Opinión

Voto obligatorio y el giro hacia la derecha

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En los últimos dos años, hemos vivido numerosas votaciones. Con el rechazo en el plebiscito, parecía que íbamos de un extremo a otro, visibilizando que el electorado chileno es complejo y multifacético. Esta impredecibilidad, se puede explicar por la introducción del voto obligatorio combinado con la baja identificación con partidos políticos (cercana a 75%) y el bajo interés en la política (cercano a 63%) arrojadas en las últimas encuestas del Centro de Estudios Públicos.

Ayer, dos resultados llaman la atención: el éxito electoral del Partido Republicano y el porcentaje de votos nulos y blancos. Para comprender estos resultados, es fundamental considerar el impacto de reintroducir el voto obligatorio y la desconfianza en los partidos tradicionales.

Como vimos en el plebiscito de salida, el voto obligatorio introduce una lógica distinta con la inclusión de los no votantes. En este sentido, el voto obligatorio fortalece la democracia, manteniendo una tasa de participación cercana a 80%. No obstante, muchos de ellos tienen bajo interés en la política y tienden a favorecer una posición que busca estabilidad por sobre cambio. El Partido Republicano supo atraer a muchos de estos no votantes, dejando al Partido de la Gente sin representación en el Consejo Constitucional.

El Partido Republicano, con el voto obligatorio, aumentó de manera significativa su votación: de 11% en las elecciones parlamentarias de 2021 al 33% en 2023. En contraste, los partidos de Chile Seguro bajaron su porcentaje de votación de 26% en 2021, logrando solamente 21% del voto ahora. Estos resultados fortalecen a la derecha y producen una reconfiguración en la derecha política, obligando a los partidos tradicionales de la derecha a negociar con el Partido Republicano para definir su posición en el Consejo Constitucional. Debilita la posición ideológica defendida por Chile Seguro en la Comisión Experta.

En la centroizquierda, los partidos de Unidad para Chile mantuvieron la votación de 28% obtenida en 2021, lo cual significa que aumentó el número de personas que los votaron. Así, tendrán al menos 15 consejeros / as. En contraste, a pesar de que los partidos de Todo por Chile lograron cercano a 9 % del voto, un valor similar al porcentaje recibido en 2021, parece que no lograrán un representante en el Consejo Constitucional.

La gran cantidad de votos nulos y blancos demuestra que se requieren acciones para fortalecer la democracia. El voto obligatorio aumentó la participación electoral en relación con la elección de los y las convencionales de 2020, pero el alto porcentaje de votos nulos y blancos demuestra que hay un número importante personas decepcionadas con el actual proceso, desinteresadas en la política y/o desinformadas sobre los programas y las candidaturas.

Con la probable configuración del Consejo Constitucional, la nueva propuesta de Constitución seguramente presentará importantes continuidades con la actual.

Jeanne W. Simon, Universidad de Concepción

Opinión

Participación ciudadana y la consolidación republicana

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La jornada de este domingo va a dar espacio para una serie de análisis políticos en diferentes sectores. El primero está asociado a la gran cantidad de votos nulos y blancos, alcanzando un 21,45% de la votación total. Estamos hablando del grupo de ciudadanos y ciudadanas que no se sintieron motivados por algún candidato o candidata, o de aquellas personas que habiendo votado no están de acuerdo con el proceso constitucional en su nueva lógica: menos deliberativo y más centrado en el consenso de corto plazo.

Los nulos y la alta dispersión de votos se explicarían por el desconocimiento ciudadano de la importancia de este hito en el proceso constitucional y por la alta dispersión de candidatos. Este grupo debe ser estudiado en profundidad, de cara al escenario del 17 de diciembre.

Un segundo análisis está centrado en el cambio en la correlación de las fuerzas políticas. Claramente el Partido Republicano se consolidó como el principal partido político de la derecha, alcanzando un 35,6% de los votos, desplazando a los partidos más tradicionales. Para los republicanos esta elección fue una exitosa prueba de fuego para su musculatura electoral, pensado en la elección presidencial.

Por otro lado, los resultados evidencian que la coalición de Todo por Chile está en una crisis prolongada, producto de la lejanía con la ciudadanía y la escasa renovación de liderazgos. La coalición de partidos integrada por el PDC, PPD y PR sólo alcanzó el 8,97%. La misma necesidad de recolocación en el "arco político" la vemos en los partidos de Chile Seguro (UDI, RN y Evópoli), los que pierden la centralidad en la derecha, alcanzando el 21,7% de los votos.

Y el gobierno ¿Cómo queda finalmente?

La suma de las listas Todo por Chile y Unidos por Chile (FA, FRVS, PC, PS) no han logrado alcanzar el 38% de los votos, quedando en un 37,22%. No llegan a los 21 consejeros, quedando con muy poca capacidad deliberativa, ante la propuesta de la Comisión de Expertos. Todo indica que tendremos un proceso constitucional muy conservador que sintetizará y actualizará la Constitución del 80. Tampoco debemos descartar el escenario de una victoria del rechazo el próximo 17 de diciembre, lo que le pondría la lápida definitiva a la intención de tener una nueva Constitución para Chile.

Hay que esperar a ver cómo se desenvuelve el trabajo del Consejo Constitucional. Posiblemente tendremos un camino menos deliberativo y más pragmático que concluirá en una propuesta que se aproximaría bastante a lo que ya tenemos.

Dr. Francisco Gatica Neira Analista Observatorio de Corbiobío Académico UBB