Delincuencia e inseguridad
En la ciudadanía hay preocupación por la violencia, delincuencia e inseguridad que se vive en el país. El último informe de la Fundación Paz Ciudadana, reveló que el temor a ser víctima de un hecho delictual en 2022 alcanzó un 28%, la mayor cifra en las más de dos décadas en que se ha realizado la medición.
También un reciente informe del centro de estudios Libertad y Desarrollo dio a conocer que durante 2022 el número de homicidios, violaciones, robos violentos de vehículos alcanzó sus cifras más altas de los últimos años. Esto se tradujo en que cada día en Chile se registró un promedio de dos homicidios, ocho violaciones, 35 portonazos o encerronas y 88 robos de vehículos. Asimismo, un reciente balance anual entregado por Carabineros indicó que en el ejercicio del año pasado ocurrieron 459.783 delitos de mayor connotación social, superando con creces los registros de 2020 (365.829) y de 2021 (316.406).
El poder de fuego que tienen las bandas y el avance del crimen organizado inciden también en el alza de los homicidios. En 2022 se registraron 822 homicidios, con un aumento de 43% respecto a 2021. Muchos de ellos correspondieron a conflictos de bandas rivales, que son saldados con armas de fuego, en los ajustes de cuentas. Las rencillas pendientes y las riñas están principalmente conectadas a deudas por tráfico de drogas y enfrentamiento de bandas rivales. También influye el control territorial que pretenden ejercer estos grupos, lo que los lleva a tratar de imponerse mediante este tipo de delitos.
La delincuencia y los homicidios son los problemas que más preocupan a la población, sobre todo cuando se ven videos que muestran la frialdad con que delincuentes rematan a otras personas, lo que deja una sensación de inseguridad que ya no se da sólo en los tradicionales barrios peligrosos, sino en todas las comunas. Se entiende entonces la preocupación que existe entre los habitantes por la extremada violencia de la delincuencia. Éstos señalan que la violencia es frecuente en las poblaciones y muchas tienen que ver con el consumo y tráfico de drogas. Así, la inseguridad se ha transformado en una constante en algunos barrios.
También es alarmante ver cómo en las redadas realizadas por las policías se decomisan armas, lo que indica que pese a la destrucción de material, queda mucho más en circulación o que así como salen, se van reponiendo. La comunidad tiene conciencia del esfuerzo que realizan las policías, pero también es legítimo que la gente se exprese para requerir la ayuda cuando ven que los delitos comienzan a mostrar un aumento desmedido, sobre todo en niveles de violencia. Si se realiza un seguimiento de las informaciones sobre delitos graves que se publican en los medios de comunicación, se llega a la conclusión de que la mayoría de estos son cometidos por reincidentes y sujetos que habían pasado por los tribunales pero fueron dejados en libertad. Por una parte, se aprecia una mayor violencia en los delitos, y por otra, la participación de menores de edad, que saben que resultarán inimputables o tendrán bajas penas, amparados en leyes que los protegen. La inquietud pública ante la delincuencia se acrecienta cuando quienes delinquen son niños o adolescentes que quedaron al margen de sus familias, de la escuela y del Estado.
Más allá de los números, cada vez hay más personas interesadas en fortalecer su seguridad personal a la hora de transitar por la calle, llegar a sus domicilios, o incluso, retirar grandes sumas de dinero. De esta forma, el mercado de armas y elementos para combatir la criminalidad no deja de crecer. La naturaleza del crimen ha cambiado en los últimos años en el país y se debe avanzar en las capacidades de investigación de las policías y las capacidades con las que cuenta el Estado para poder perseguir el patrimonio de las organizaciones criminales.
Un balance entregado por Carabineros indicó que en el 2022 ocurrieron 459.783 delitos de mayor connotación social, superando con creces los registros de 2020 (365.829) y de 2021 (316.406).