Prevén impacto en el mercado de la miel por la emergencia
Para ayudar a los apicultores afectados se suplementó la alimentación de las abejas a través de comederos. La idea es mantenerlas vivas hasta la llegada del invierno.
Por Estefany Cisternas Bastías
Un aproximado de 30 mil colmenas, o también llamadas familias de abejas, han sido afectadas por los distintos focos de incendios y el humo que rodea al Biobío. Una cifra aún sin confirmar del todo debido a la continua reactivación del fuego.
En la Región hay 1.137 apicultores y unas 92 mil colmenas. Desde la Red Apícola dimensionan que son alrededor de 350 a 400 los apicultores afectados hasta el momento.
El presidente de la Federación Red Apícola Nacional, Misael Cuevas, explica que las cifras dependen de la evolución de la situación, porque "hay varios aspectos que considerar: apicultores que han perdido todo, desde sus casas, bodegas y apiarios; apicultores que han perdido apiarios y apicultores cuyos apiarios han sobrevivido, pero están en áreas sin vegetación, porque se ha quemado todo el entorno".
Efectos en la economía
El Biobío produce unos 22 kilos de miel por colmena, un total de 2.500 toneladas a nivel regional y cuya gran parte es exportada. En 2022, de hecho, se enviaron a otros países 946 toneladas.
El presidente de la Cooperativa de Apicultores de Santa Bárbara (Coasba), Leonardo Guiñez, dice que esta emergencia agrava la producción de miel, la que desde años anteriores viene debilitada por las sequías. "Ahora los niveles de producción van a ser más bajos. Fuera de eso, tenemos un problema de venta a nivel internacional, ya que no están comprando miel como años anteriores, por no decir que están paralizadas las ventas ahora", sostiene Guiñez.
Los apicultores locales estaban en proceso de cosecha al comienzo de los focos, pero lamentablemente las faenas fueron interrumpidas para defender sus propias colmenas ubicadas en zonas cercanas al siniestro.
"La producción de miel se verá afectada, porque es muy difícil cosechar en estos escenarios de emergencia, y no sabemos cuánto consumo va a requerir la propia familia internamente. Deberá tener un impacto en la circulación de la miel en el mercado", sentencia Misael Cuevas.
Agrega que si las abejas corren peligro, no solo se detiene la producción de miel, sino que toda la biodiversidad estaría en riesgo sin los servicios de polinización. Por consecuencia, "la industria de la producción de otros alimentos depende de estos polinizadores".
Acciones inmediatas
De momento, la emergencia mantiene a las abejas desorientadas por los efectos del humo, pero también sin alimentación por la vegetación quemada.
Además de ir a los terrenos a mejorar los corta fuegos, la primera iniciativa desde la Red Apícola para ayudar a las abejas fue crear comederos colectivos para que estos insectos puedan encontrar alimento fácilmente. Para ello contactaron a empresas frutícolas, quienes aportaron donaciones de fruta madura.
La destrucción del fuego acaba con el ecosistema de las abejas y con ello interfiere en el sustento de familias apicultoras, como la de Olivia Núñez, quien trabaja con abejas desde hace más de 20 años y cuyo terreno se vio rodeado por las llamas del incendio.
"Una como apicultora piensa siempre en sus abejas, más que en las cosas materiales. Como familia este es nuestro sustento y nuestro diario vivir. Lo primero que necesitaremos será alimentación y ver las alternativas que nos puedan dar para poder mantenernos", cuenta.
La producción de miel en la Región corre peligro, considerando que las abejas no pueden producirla a temperaturas sobre los 32 grados Celsius. Además, las abejas están desorientadas por el humo, alejadas de sus colmenas. Suplementar el déficit alimenticio es la única forma de mantenerlas vivas, a fin de que no lleguen débiles al invierno.
"Estamos coordinando con el Ejecutivo la logística para hacer entrega de alimentación, en comederos colectivos por la complejidad de abrir las colmenas. Y a partir de marzo ver si se trasladan a albergues apícolas o mantenerlas con alimentación artificial", agrega Cuevas.
"Es necesario coordinar acciones con Agricultura, porque este es un tema no solo de un gremio. Tenemos que verlo en conjunto con quienes están vinculados a la cadena apícola para tener una mirada coordinada cuyas medidas tengan el mejor efecto posible", concluye el dirigente.
El panorama futuro va de la mano con esperar la solidaridad de la cadena interior apícola y con aportar familias nuevas a aquellos apicultores que perdieron sus apiarios por el fuego. La urgencia, según dicen los represetantes del sector, es poder sustentar la próxima temporada.