Un importante ejercicio se vivió la semana pasada en el sector donde se emplaza la sede penquista de la Universidad del Bío-Bío. Docentes, estudiantes, personal administrativo y la comunidad aledaña concurrieron a la votación on line para priorizar las propuestas a ejecutar al alero del Proyecto Parque Urbano Campus Sustentable UBB - Concepción. Los y las participantes debían optar por tres de ocho o nueve iniciativas en cada una de las seis categorías en que se agruparon las ideas surgidas de los propios actores, en encuentros realizados durante noviembre y diciembre de 2022.

Las dimensiones consideradas fueron Un parque educativo; Un parque accesible e inclusivo; Un parque cuidador y generacional; Un parque sustentable, diverso y ecológico; Un parque recreacional y deportivo y Otros proyectos a futuro. Dentro de ellas y entre las posibles obras a ejecutar figuraban un anfiteatro, un circuito histórico, una plaza de esculturas, una ciclovía por el borde del estero Nonguén, un paseo por el bosque, juegos infantiles, espacios e implementación deportivos para distintas edades, una plaza techada y una piscina olímpica. En total 53 propuestas imaginadas por la comunidad universitaria y sus vecinos y vecinas.

La votación Elige tu parque se extendió por cuatro días y contó con la participación de más de tres mil personas. La convocatoria es parte del Proyecto Parque Urbano Campus Sustentable UBB - Concepción que, como señala su nombre, apunta a la implementación de un parque urbano en la sede universitaria de Collao y al fortalecimiento de la ciencia, la tecnología, la extensión y su vinculación con el entorno.

El proyecto es apoyado por el Gobierno Regional, a través de un convenio de programación, e implica una histórica inversión para el Campus. Una propuesta emblemática tanto por la cuantía de los fondos involucrados como por su impacto para la Universidad, los barrios aledaños y la ciudad. Que se conjuga, además, con las obras de mejoramiento vial del sector y otras iniciativas institucionales, como la instalación del Planetario Regional -recientemente aprobado por el Consejo Regional- y la integración a la Red de Campus Sustentables.

Para llevar a cabo la propuesta, se creó un modelo de gobernanza que incorpora al barrio y que aprovecha las capacidades de la Universidad. El modelo considera un comité asesor paritario y cuatriestamental (academia, estudiantado, personal administrativo y vecinos y vecinas) que está acompañando y colaborando en la elaboración de un plan maestro, que articule las distintas intervenciones, les dé coherencia y permita aprovecharlas sinérgicamente. El modelo promueve también la participación de la comunidad UBB y de los sectores aledaños, incentivando la identificación y adhesión a los valores de la Universidad y la consolidación de un imaginario urbano compartido con vecinos y vecinas.

Recientemente hemos visto como tras un largo desgaste de sus instituciones, el Estado democrático de Derecho se rompe en Perú. Sea cual sea el color político o la forma del quiebre, estas son siempre oscuras noticias para Latinoamérica.

La democracia como concepto político no siempre se ha entendido de la misma forma. Desde su origen griego, cuando los partícipes en ella eran solo unos pocos hombres con cierto estatus, excluyéndose mujeres, esclavos y otras personas sin riquezas, hasta nuestros días, en que significa algo muy distinto, donde el quién y el cómo se toman las decisiones democráticas apunta al pueblo en procedimientos con voto universal, con ampliación de la participación ciudadana y donde la protección de los derechos fundamentales se ha convertido en la sustancia de las democracias, en palabras de Ferrajoli.

Así, la democracia se ha convertido, más allá de un procedimiento, en un principio. Se trata de una aspiración jurídica y política para la regulación de la convivencia en sociedades complejas y, por tanto, de un consenso social.

Una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) da cuenta que pese a la desconfianza en las instituciones, en Chile aún un 61% de personas cree que este sistema es preferible a cualquier otra forma de gobierno, aunque un 53% estima que la democracia chilena funciona de manera solo regular (Estudio Nacional de Opinión Pública, agosto 2022).

Sin embargo, hay que agregar que la democracia no es un principio o una forma teórica de gobierno, sino que es también un proceso social y político, que se perfecciona y profundiza en tanto se le atribuya un valor central en el espacio público. Por ello, la valoración que le dé la sociedad es clave. Distintas actitudes pueden ir socavándola, desde quitarle valor o cuestionar la elección democrática en la configuración de órganos generadores de consensos políticos hasta la valoración de la fuerza por sobre el diálogo.

La democracia como principio debe ser valorada en la esfera pública y como mecanismo institucional puede y debe ser profundizada, para evitar caer en la deriva de la deslegitimación de las instituciones y procesos democráticos.

En los últimos años son cada vez más frecuentes los eventos, ferias, comercializadoras y tiendas que convocan a emprendedoras/es bajo consignas y principios como el comercio justo, la producción local, la economía circular y otras cualidades para diferenciarse de las prácticas económicas convencionales y dominantes.

Con seguridad un aspecto común en las personas que impulsan estos emprendimientos es la aspiración de desarrollar y sustentarse con un trabajo que permita vivir en armonía; tanto en lo material como en lo espiritual, en armonía con sus comunidades, y también con la naturaleza y el medioambiente. Iniciativas que plantean un trabajo en asociatividad, procurando el comercio justo, valorizando la sabiduría y recursos locales, relevando el diseño original, e instalando la economía de la solidaridad, de transformación o regenerativa como alternativa válida.

Todas esas experiencias económicas podemos englobarlas en el concepto del "Buen Vivir", mismos propósitos que históricamente han mantenido muchos pueblos originarios en su estilo de vida. Propósitos que resultan tan fundamentales hoy, en un contexto de crisis ambiental, humanitaria y económica; y las secuelas a tres años de desatarse la pandemia.

Esta tendencia se ha mantenido en muchas/o emprendedoras/es de nuestros territorios, que continúan involucrándose en iniciativas de pequeña o gran escala orientadas a una economía que asegure y considere la sustentabilidad social y ambiental. En su mayoría estos emprendimientos individuales son gestionados por mujeres y los son también las agrupaciones que les unen. Y los ejemplos son numerosos: Manos del Biobío, Cumelen, Hecho en Conce, Feria del Buen Vivir y otras experiencias que han logrado sostenerse a punta de esfuerzo y pasión, y que marcaron el camino a nuevos proyectos, ampliando el mercado de estos productos entre los consumidores.

De hecho, a inicios de 2022, Premios Verdes dio a conocer su ranking de los 500 mejores proyectos de impacto ambiental y social de Iberoamérica; donde un total de 28 iniciativas nacionales fueron destacadas, siendo Chile el tercer país con mejores resultados, detrás de Colombia y Argentina.

Al conocer numerosos emprendimientos del Buen Vivir, hemos visto que en nuestra Región la demanda es aún muy insuficiente para generar su adecuada sostenibilidad. En muchas ocasiones subsisten con un alto desgaste personal y familiar. Y aún con grandes virtudes y cualidades, competir en buena lid con la producción a gran escala, principalmente importada, es muy complejo y desafiante. Por no decir imposible. Muchas iniciativas interesantes, de factoría local, han cerrado sus puertas frente a estas limitaciones.

En este contexto los aportes que hacen los organismos públicos, gobiernos locales y entidades privadas son fundamentales para impulsar y mantener estas experiencias. Sin embargo, junto a este respaldo, resulta esencial fortalecer las capacidades individuales y colectivas de estos emprendimientos: su capacidad de autogestión, elaboración de propuestas y reivindicación de derechos.

Y para ello, la responsabilidad que debemos asumir las entidades externas, como Fundación Trabajo para un Hermano, Concepción, es ubicarnos continuamente como apoyo, respetando e impulsando la autonomía y los procesos internos de cada emprendimiento u organización.

En nuestros ya 35 años de vida, hemos colaborado con decenas de agrupaciones y cientos de emprendimientos, desde el llamado al desarrollo de una economía solidaria, que está en nuestro origen. Es así como nos motiva de sobremanera esta convergencia emprendedora hacia el desarrollo de unidades económicas que a la vez que buscan beneficios económicos, trabajan por una economía más humana y sustentable.

Observamos y apoyamos esta tendencia. Economías alternativas que emergen en los márgenes de nuestra economía hegemónica, aún tan centralizada, globalizada y oligopólica. Quizás en la vitalidad y conocimiento de las nuevas generaciones que están desarrollando estas alternativas económicas de transformación, está la esperanza de avanzar hacia una sociedad más solidaria con todos los seres que habitamos el planeta, y es la clave para superar las crisis financieras más profundas.