Por Felipe Cuevas Mora
Con la velocidad que demanda subirse a una locomotora en movimiento. Así define el doctor en Ingeniería Eléctrica, Juan Yuz, su arribo a la rectoría de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), cargo que asumió a inicios de octubre, y que lo tiene inmerso en una serie de tareas tanto a nivel interno como de vinculación.
"La instalación ha sido bien intensa, estamos bien entusiasmados y ha sido mucho de armar equipos junto con echar a correr distintas iniciativas. Además, nos tocó la presentación final del proceso de reacreditación ante la CNA, estamos en proceso de negociación colectiva. Son muchas cosas, pero son parte del quehacer de la rectoría y si a uno no le gusta, no se mete en esto", dice en diálogo con Diario EL SUR, para minutos más tarde profundizar en que parte de los primeros esfuerzos están en el proceso de admisión 2023, enmarcados por la rendición de la nueva Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES).
"Buscamos reforzar nuestra campaña de difusión, marcando más presencia en los colegios, lo que contribuye a la decisión final. En 2023 ofreceremos por primera vez la ingeniería en Biotecnología, y esperamos en 2024 ofrecer dos o tres ingenierías más. Hay harta inquietud y entusiasmo de los colegas de la sede, y el proceso de renovación que ha habido ha ayudado a potenciar y abrir nuevos caminos de desarrollo", dice junto con señalar que "la idea que tenemos es armonizar ese crecimiento, apalancando los cuerpos académicos e infraestructura adecuada para velar los estudiantes y sus procesos de aprendizaje".
-¿Qué desafíos visualiza como prioritarios para su gestión, y como estos podrían impactar en la sede Hualpén, que recibe a cerca de tres mil alumnos?
-Si bien la articulación y desarrollo continuo ha estado presente desde un inicio, hay disciplinas en que no se ha logrado cultivar de la mejor forma. Nos interesa de sobremanera que en algunas disciplinas haya diferentes niveles en cada una de las sedes y que la oferta académica esté articulada, para que a su vez los colegas se conozcan, se desarrollen proyectos conjuntos y no se produzca el fenómeno de los islotes.
Es una experiencia satisfactoria que se ha visto en nuestro equipo de Informática trabajando con el Doctorado en Inteligencia Artificial que llevamos adelante con las universidades del Cruch Biobío-Ñuble. Esas experiencias debemos replicarlas, potenciarlas y reconocerlas adecuadamente, porque finalmente redundan en un desarrollo personal para los profesores, la institución y el país.
Al abordar el rol que debe jugar el Consejo de Rectores Biobío-Ñuble, que presidirá durante este año, el rector Yuz menciona como clave la vinculación entre instituciones educativas, pero también con la sociedad y el mundo productivo. "No somos la única universidad que participa en estas instancias, y en mi experiencia, la relación con los rectores ha sido muy cordial. Cuando bajemos las barreras artificiales, las oportunidades de trabajo en conjunto se abren. Siempre habrá una discusión en torno a la entrega de recursos, pero conversando y poniendo en valor la contribución que cada una hace al desarrollo del país, debiéramos ser capaces de ponernos de acuerdo por un bien superior".
Junto a ello, recordó la posición que tomó la red de Universidades Públicas no Estatales (G9) en el marco del proceso constituyente, e indicó que "allí manifestamos que debía existir una consideración especial, pero también que el Estado se debía hacer cargo de definir qué es lo público, cuando una universidad es pública. Eso apunta a la medida en que genere bienes públicos, se preocupe por el desarrollo del país, que tenga prácticas de probidad y transparencia. Esa distinción sí permea en la percepción de las familias".
Relación con el estado
-¿Qué opinión le merece la relación que el Ejecutivo y el Mineduc ha establecido con ustedes como universidades del G9? En estas páginas, la subsecretaria Figueroa indicó que la preferencia siempre la tendrían las universidades del Estado, reabriendo el debate sobre la definición de "público" en la Educación Superior.
-No se puede desconocer la historia de más de cien años de universidades que han contribuido al país, y aquellas que se crearon la primera mitad del siglo 20, junto a las católicas. Por mucho tiempo, el país no ha hecho distinción y ha reconocido su labor estableciendo estándares implícitos respecto a cómo el Estado supervisaba su quehacer.
La distinción que se agudizó en un momento entre las universidades del Estado y privadas ocurre por la desconfianza y los estándares de transparencia y probidad que, algunas veces, las universidades privadas mostraron al país. El Estado tiene una responsabilidad de velar por el desarrollo de las universidades que le pertenecen, y cumplan un rol social y público en las zonas donde se emplazan.
Yuz indica que "el problema es cuando eso ocurre en desmedro de los planes de desarrollo de mediano y largo plazo de los planteles que hemos hecho una contribución similar, y también tenemos complejidades y falencias en algunos lados, pese a ser parte del país por varias décadas. Las universidades del G9 hacemos un aporte, no se puede desconocer al solo pensar en la figura jurídica".
-¿Cree que se buscan dar ciertas señales con esas afirmaciones, más allá de efectivamente leer la composición del sistema?
-Sí, se ha intentado dar señales fuertes. Nadie puede desconocer la importancia de preocuparse por el sistema de educación pública, pero la realidad e historia del país no solo tiene a las universidades estatales contribuyendo a ese rol. Ahí está el desmedro del que hablo.
-¿Se muestra conforme con la discusión presupuestaria que se ha dado? Esta semana en el Consejo de Rectores se mostró molestia por la baja asignación de recursos.
-Las agrupaciones de universidades hemos actuado dentro de nuestro margen de acción, manifestando nuestra preocupación sobre la significativa baja en los aportes basales por parte del Estado, como aquellos que vienen a las instituciones y aquellos que vienen por Gratuidad.
Entendemos que estamos en una época compleja, pero preocupa que se sacrifique lo que debiera ser la siembra en el país, la educación como proyecto a largo plazo. Esperamos que la situación se revierta el próximo año, considerando que la Ley de Presupuestos está finalizando su tramitación, y algo bueno es que el Gobierno nos ha dado la facilidad de flexibilizar el uso de otros fondos. Seguirá siendo un desafío año a año, porque necesitamos más recursos, y nosotros como instituciones debemos cumplir la tarea de adaptarnos al escenario actual.