Participación para un proceso electoral inédito
Un proceso electoral inédito y que algunos han calificado como el más importante de las últimas tres décadas es el que se vivirá hoy a nivel nacional y que viene a ser el cierre de una etapa que comenzó en 2020, con el plebiscito de entrada para determinar si la ciudadanía optaba por una nueva Constitución, que siguió con el trabajo de la Convención Constituyente electa para la labor de redacción y luego con la entrega de la actual propuesta a votar. A riesgo de que sea reiterativo, pero respondiendo a la magnitud de la decisión, esta vez la importancia de votar durante esta jornada es una realidad que se ve reforzada en virtud de las singulares características que han configurado el actual proceso.
Chile ha experimentado a partir de 2019 -y por circunstancias diversas- un fenómeno de creciente polarización e inestabilidad que se expresa no solo en el clima político, sino también en la economía, las relaciones sociales y hasta la forma en que se discuten en los ámbitos más íntimos, como la familia y los amigos, los temas centrales asociados a la agenda pública. Es en este escenario que se requiere reforzarla relevancia de ejercer el deber y derecho ciudadano de votar, legitimando esta opción como una fórmula central para fortalecer nuestra democracia, que a veces parece tambalear debido a brotes de violencia que suelen justificarse como método de acción política, con nefastas consecuencias posteriores.
En esta línea, hay que enfatizar que las votaciones de hoy, que se realizan todavía en un periodo de pandemia por el covid-19, son mucho más seguras que los procesos inmediatamente anteriores. Esto porque se cuenta con una gran parte de la población con su esquema de vacunación, así como también con las correspondientes dosis de refuerzo, lo que da un ambiente distinto en torno a los aforos, los procedimientos para realizar el acto de votar, así como también la posibilidad de acudir a los recintos con mayor seguridad sanitaria que en las elecciones de los últimos dos años.
Adicionalmente, es significativo que por primera vez desde 2013, casi una década, el voto vuelva a ser obligatorio, lo que sin dudas será un factor más durante la jornada, no solo por un mayor flujo de personas en los locales de votación, sino también por el efecto que podría tener en los resultados finales. Hay un número creciente de electores que ha dado señales de tener interés en votar por su preferencia, lo que también dar un mayor sentido de responsabilidad a quienes actualmente están en el escenario político, de las distintas tendencias, y que deberán revertir, en parte, la sensación de incertidumbre y de incipiente polarización que está dejando el proceso de campaña, en especial las últimas semanas.
Desde el punto de vista de las expectativas, no hay duda de que se trata de una votación muy singular, con opciones que son consideradas por algunos como absolutamente irreconciliables y con además han dado origen a organizaciones o coaliciones con tintes ciudadanos y que sobrepasan los límites de la política partidista, aunque no necesariamente aseguran un trabajo a largo plazo en el camino que continúe a partir de mañana.
A ello debe sumarse, eso sí, la incertidumbre que existe respecto de los resultados, ya que el descrédito de las encuestas y la volatilidad de las preferencias que han marcado este periodo pueden hacer que fenómenos como el denominado "voto escondido" y la "espiral del silencio" pudieran derivar en más de alguna sorpresa a la hora del conteo de las preferencias. A nivel global, esto ha ocurrido así especialmente en medio de campañas polarizadas, donde se suele "castigar" a las personas que expresan sus preferencias públicamente, por lo que muchos prefieren mantener escondidas sus verdaderas opciones y expresarlas solo en el momento de concretar el sufragio.
A nivel regional también hay elementos que hacen de ésta una jornada muy especial. Como nunca, la campaña de propaganda previa tuvo menos carteles, pero más debates, charlas y conversatorios protagonizados por los defensores de una u otra opción, lo que llevó a tener continuas actividades con juntas de vecinos, gremios, universidades, etcétera, es una apertura distinta a la tradicional de las elecciones de cargos públicos, más todavía considerando que muchas fueron también telemáticas y marcadas por el diálogo de las figuras más representativas.
Hoy, desde las 8 horas, habrá 3.456 mesas dispuestas en 288 locales de votación habilitados para que 1.344.181 potenciales electores escojan entre las opciones Apruebo o Rechazo. En esta jornada, serán 17.280 los vocales de mesa que tendrán la responsabilidad de contribuir a que el proceso se desarrolle con la transparencia y eficiencia que caracteriza a las jornadas electorales en Chile.
Esperamos, entonces, que por el significado para nuestra democracia, la ciudadanía responda a la obligación de votar y ser parte de un proceso que marcará, sin duda, un nuevo hito en la historia de nuestro país.
Como nunca, la campaña de propaganda previa tuvo menos carteles, pero más debates, charlas y conversatorios protagonizados por los defensores de una u otra opción, lo que llevó a tener continuas actividades con juntas de vecinos, gremios, universidades, etcétera.