Deficiencias de la locomoción colectiva
Desde hace meses los usuarios de la locomoción colectiva del Gran Concepción se han quejado de un notorio descenso en el número de taxibuses y de colectivos que circulan al atardecer. Esto significa largas esperas para poder llegar a sus domicilios, buses llenos de pasajeros y una baja frecuencia, que se ha acentuado en el último año.
Comentan que desde hace tiempo hay dificultades en los sectores de Cerro Verde Bajo, Montahue, Millahue, Lomas del Sol y toda la parte alta de Penco,donde después de las 21.30 ó 22.00 horas ya no pasan los buses, lo que complica el retorno de los vecinos que por razones de trabajo se desplazan desde otras comunas. Situación similar se vive en sectores de Talcahuano, como Los Lobos y Tumbes; en Hualqui y Chiguayante, desde Valle del Sol a La Piedra.
Dirigentes vecinales han señalado que antes de la pandemia había una frecuencia de aproximadamente 15 minutos, como promedio, hacia diversos barrios, pero en la actualidad deben esperar hasta 45 minutos y probablemente en la noche quedarse sin buses de retorno.
Por años se ha dicho que la locomoción colectiva de la zona funciona mal. La primera licitación del transporte público del Gran Concepción ocurrió el 2002 y se mantuvo por tres años. Después no se realizó un nuevo proceso, sino que se fue prolongando la vigencia mediante decretos. Con frecuencia los lectores hacen ver mediante cartas a El Sur, su malestar por la forma cómo operan los recorridos, que se encuentran entre los más caros del país. Pero el tema no se reduce sólo a una cuestión de precios. Si los usuarios percibieran que el servicio es de buena calidad, pagarían con agrado el valor. La cuestión es que el público se queja por la mala calidad, con máquinas en mal estado, a tal punto que es una interrogante cómo pasan las revisiones técnicas. Tampoco se cumplen los horarios y ya se ha hecho frecuente que abandonen el servicio al atardecer, en algunos casos, para prevenir asaltos al llegar a determinados barrios. Asimismo, los conductores tienen largas jornadas de trabajo y se disputan los pasajeros, ya que parte de su ingreso se sustenta en los boletos cortados.
Algunos empresarios de buses estiman que hay una merma de casi un tercio de la flota, y que ello se debe a que faltan conductores y que la intercomuna de Concepción tiene graves problemas de congestión de las calles, por lo que el flujo se hace lento y no se puede cumplir con todos los recorridos. Asimismo, la inflación y las alzas del dólar han elevado en forma considerable los precios de repuestos, neumáticos y sobre todo los combustibles. Los atascos siguen siendo un problema para el transporte público, por lo que sería importante despejar las vías para privilegiar el funcionamiento de la locomoción colectiva.
Pero no solo los usuarios de microbuses han reclamado por la baja frecuencia de los recorridos, sino que también lo hacen quienes usan los taxis colectivos. Se estima que la flota ha bajado en un 50% desde la pandemia, en la intercomuna Concepción-Talcahuano. Los empresarios del sector confirman que varios factores han influido en la merma, como los altos precios de los combustibles y los repuestos, que encarecen el costo de los recorridos. Asimismo, con la gran congestión que hay en las calles el conductor debe hacer menos vueltas, lo que baja su rentabilidad y el negocio deja de ser atractivo. De ahí que algunos colectiveros han decidido desempeñar otras actividades más rentables, y estiman que en la medida que estos factores no se resuelvan, continuará el éxodo.
Es indudable que estamos en presencia de un sistema de locomoción que requiere de urgentes cambios. Se ha debatido por años la relación contractual entre los empresarios del transporte y los conductores, el mal estado de los buses y la insuficiente fiscalización de los entes estatales, sin mayores avances.
Empresarios de buses estiman que hay una merma de casi un tercio de la flota, porque faltan conductores, hay graves problemas de congestión y no se puede cumplir con todos los recorridos.