Por Cristóbal Gaete

"Hija Ilustre" (La Pollera) es el primer libro no dibujado de Bernardita Olmedo, conocida ilustradora de las viñetas "Bruta". Ella, con el mismo lápiz con el que arma historias cuadro a cuadro, escribe sentidas líneas sobre Purén, pueblo ubicado en La Araucanía, lugar donde le tocó nacer. "Quisiera decir que extraño cada rincón de este lugar", inicia, para líneas después admitir que "siempre me quise ir".

Las páginas de "Hija ilustre" están compuestas por fragmentos. Sobre esta estructura, Olmedo explica que "primero fue una búsqueda: ¿cómo voy a decir lo que quiero decir? Empecé a escribir estos textos muy fragmentados, muy del punto seguido, porque es la forma en que yo me comunico, en la que hago viñetas o escribo en formato audiovisual mis webseries. Es mi manera, muy directa, muy concisa, muy al hueso. Con ese ritmo, cortado", explica Olmedo.

Varios relatos se van intercalando en las páginas: la historia del pueblo, la presencia indígena, microhistorias de personas que en general son mujeres.

Sobre si su labor de guionista le sirvió para armar el tejido de estos relatos, Olmedo responde que "metí mi oficio ahí porque hay mucho de montaje. Yo escribí estos textos sin orden cronológico, escribí no más. El que abre el libro sí fue el primero que escribí, con el tono que me gustaba, pero todo lo demás lo fui escribiendo de acuerdo a lo que me salía. Cuando ya los tuve todos, los ordené. Lo hice con mucha intuición".

Para Bernardita Olmedo algunos relatos sostienen el libro: "Escribía de la familia, también episodios del pueblo, que para mí son los principales y que estructuran el relato completo".

Crónica o ficción

"Hija ilustre" fue encargado a Olmedo como una crónica literaria, que se vuelve incluso poética con sus breves líneas que asemejan versos. Y si bien la crónica tiene, a priori, un compromiso con la verdad, Olmedo admite que "me tomé varias licencias, ficcioné, no fui tan obediente. No sé en qué género literario está, pero me gusta".

El libro está en la colección "Surcos del territorio", de editorial La Pollera, en el que invitan a autores de provincia a hablar sobre su origen.

Aún con esa distancia de la ficción, "Hija ilustre" sigue siendo un libro personal. "No me interesa mucho hablar de mí, todas las cosas que hago son ligadas a la ficción. Mis viñetas no son un diario ilustrado, no dibujo las cosas que me pasan. Quería escribir alejada de la postal turística. No me sentía preparada para hablar tanto de mí, y tampoco creía que tuviera algo tan interesante que decir y que este pueblo fuera tan importante", comenta.

En el proceso de escritura esa certeza se fue modificando: "Poco a poco me fui permitiendo abrir el mundo personal, meter imágenes reales, hablar de mi familia. Se fue ablandando esta distancia y eso me permitió valorar aspectos de este lugar que yo no veía antes", sostiene Bernardita Olmedo.

"Estas contradicciones siguen. Aún me siento como escribí en la primera página: como sea este lugar no me suelta. No sé por qué, no tengo respuestas, no las busco tampoco. Hay algo que siempre me hace volver. De hecho, ahora estoy acá (en Purén)", confiesa.

"Pero paradójicamente escribí el libro casi completo en Santiago. Sin embargo, este lugar siempre está presente en mi cabeza. A veces me genera rechazo, con todos los juicios que tengo sobre Purén, pero como sea hice un libro. Quiera o no, es un lugar que me marcó, me atrapó".

Terreno pantanoso

El Purén que escribe Olmedo va entrampando a sus personajes, en su mayoría femeninos. En el conjunto destaca Yenny: "La Yenny representa a muchas personas del pueblo, por lo menos es lo que creo. También representa juicios míos. Es un personaje excusa, que permite preguntarse ¿qué es un referente? Jugar con el título de Hija ilustre", detalla Olmedo.

Yenny resulta una especie de doble de Bernardita Olmedo, en tanto es la mujer que se queda en el pueblo, al contrario de lo que hizo la escritora. Estremecedor resulta cuando Olmedo dedica unas líneas al significado del nombre de Purén: "Terreno pantanoso".

Sobre la relación de ese significado y el destino de sus personajes, reflexiona que "todas estas cosas me hicieron sentido después, desde la distancia. Siempre supe lo que significaba Purén: no puedes salir de allí. O vuelves siempre. Es una sentencia".

Mundo de mujeres

La provincia de "Hija ilustre" resulta un mundo de mujeres. "No sé si fue tan pensado que todas fueran mujeres, me siento mucho más cómoda hablando de ese lugar que yo conozco. En mi caso familiar, es muy importante mi bisabuela. Todas las mujeres son muy importantes, llevan a la familia", subraya la escritora.

El libro decide rescatar también la memoria ancestral, algo que la autora explica: "Purén es territorio mapuche. Pasar de eso sería invisibilizar una parte fundamental. Este lugar está formado por cultura chilena, cultura extranjera y cultura mapuche, la que se ha dejado un poco de lado a veces tácitamente, generalmente se habla de la mezcolanza del chileno y el colono. Para mí era importante darle valor en la historia a esta cultura. No se puede hablar de Purén si no se habla del pueblo mapuche".

-¿Cuán importante es el viaje en "Calfucoy"? -El viaje es el motor clásico de muchas historias. En el caso de este libro, el viaje hace crecer a Eloísa Calfucoy, exponerla al mundo real y acercarla al origen de su propia familia. Si hablamos geográficamente, realmente se trata de un corto viaje. Creo que lo definitivamente difícil para Eloísa es atreverse a viajar. Su viaje es interno, para liberarse del miedo y de ese mundo protegido que la tiene encerrada en una gran ciudad. Para eso debe mirar sus miedos de frente, ponerse zapatos, buscar su mochila de aventuras y armarse de valor.

-¿Qué muestra este libro de la relación mapuche y chilena? -Daniela Catrileo, la escritora quien hizo la reseña de la contratapa, leyó "Calfucoy" como una historia de migración. Esta historia trata de hacernos reflexionar sobre nuestros orígenes y cuánto hemos cortado esa raíz. Cómo se vive como mapuche en la ciudad y cómo se van entretejiendo nuevas identidades como latinoamericanos. Simboliza la conexión directa con la sabiduría ancestral. Para mí, significa conectar con la abuela materna, quien me acerca a toda esa información valiosa del pasado para entender mejor para donde voy.

-¿Se puede vivir la infancia dentro de un departamento? -De todas maneras se puede, porque muchas veces no hay otra opción. Lo que sucede es que te pierdes de muchas cosas, pero también es un privilegio ir al mar, ir a la montaña, conocer el norte o el sur, puede ser imposible si estás en un contexto precario. Una de las formas de solución puede ser proyectar la vida en las ciudades desde otra perspectiva. Abrir nuevas posibilidades para la soberanía alimentaria, conocer y convivir con la biodiversidad urbana y de habitar nuestros espacios públicos con más confianza y autonomía.