La instrucción militar que fortaleció el ethos de Los Cóndores
Durante 18 horas, recibieron instrucción en el Centro de Entrenamiento Básico del Cuerpo de Infantería de Marina en el Fuerte O'Higgins.
felipe.cuevas@diarioelsur.cl
"Hace días le quería escribir, y comentarle que los chicos que trabajaron con ustedes son buenos representantes del ethos (valores) que nos han compartido. Se notan compenetrados en cada una de las misiones, y también lo notan los rivales se dan cuenta que compiten con jugadores más convencidos".
El comandante del Centro de Entrenamiento Básico del Cuerpo de Infantería de Marina, capitán de Fragata Jaime Gómez saca su celular y lee en voz alta el mensaje que recibió de parte del Head Coach de Los Cóndores, Pablo Lemoine antes del decisivo duelo ante Estados Unidos en Denver, que le dio la histórica clasificación a la Selección Chilena de Rugby al mundial que se realizará en Francia en 2024.
Un mensaje que simboliza la mancomunión que se generó entre los representativos nacionales y los infantes de marina que los recibieron en abril en el Fuerte O'Higgins de la Segunda Zona Naval de Talcahuano, para un corto pero intensivo entrenamiento.
18 horas en que vivieron el rigor militar y forjaron aún más su carácter competitivo, aunque para el comandante Gómez la instrucción solo reforzó capacidades que ya traían los doce jugadores: "Nosotros acá no fuimos a descubrir nada, aportamos en su proceso esperando que fuera provechoso y quizás reforzamos algunas cosas que tenían. Lo más bueno fue que ellos se quedaron con parte de esa instrucción para entregársela a quienes no fueron".
Llegada sorpresa
El comandante Gómez cuenta desde su oficina en el Fuerte O'Higgins que en el marco de la preparación que realizaron los Cóndores en distintos puntos del país, se contemplaba una visita a la Región y ante esta planificación, un directivo de la Federación de Rugby los contactó para que los jugadores pudieran recibir una instrucción militar, que finalmente fue autorizada por el Alto Mando de la Armada de Chile.
Tras el visto bueno, comenzó la planificación para que fuese una instrucción focalizada pero que tuviese un elemento sorpresa, pues los jugadores no tenían conocimiento de lo ya planificado: "Coordinamos un treking al sector Parque Tumbes y buscamos un lugar donde pudieran entrar a los terrenos de la Armada, como para hacer un atajo. Cuando estén ahí, los vamos a sorprender que están en terreno militar y los vamos a llevar".
El día llegó, y en el recorrido por los cerros, los efectivos militares los interceptan y en medio de la incertidumbre, la instrucción comenzó.
"Cuando llegaron al patio de entrenamiento, el entrenador me dice 'comandante, le dejo a mi equipo, cuídelo'. Ahí les cuento que están en el centro de entrenamiento y les presenté a los instructores que rápidamente los mandaron a equiparse para entrar en la disciplina militar", rememora.
Acto seguido, se reúnen en un círculo central y tras la arenga de los instructores, comienza a resonar el himno de Estados Unidos y una bomba lacrimógena desamó al grupo. La instrucción había comenzado.
A prueba de todo
Gómez cuenta que la instrucción se volcó fundamentalmente a los aspectos físicos y sobre todo a fortalecer el trabajo en equipo. "Cada vez que tenemos un curso les entregamos un banderín, que significa que ellos cumplieron el curso y se entrega al principio para que ellos sepan que ese es su símbolo y no lo pueden perder. En el curso se los vamos quitando, y ellos lo tienen que recuperar", cuenta el comandante Gómez, destacando la buena disposición de los jugadores y parte del staff técnico para someterse al régimen militar.
Luego de realizar varios circuitos en medio de la lluvia y el frío en la noche, la comitiva vivió uno de los momentos más emotivos, que rememora el capitán de fragata: "Luego de que los hicimos dormir en la intemperie cerca de las 5 de la mañana y los despertamos sorpresivamente, nos juntamos los dos grupos que teníamos en el Fuerte Borgoño. Ahí, ellos tienen que tirar con la cuerda un camión que tenemos al fondo y ellos batieron el récord que teníamos. En eso, recuperaron el banderín que les habíamos quitado cuando durmieron".
En medio de la actividad, la delegación liberó tensiones y así lo recordó el comandante. "En el camión que tiraban también les pusimos un parlante con el himno de Estados Unidos y los instructores les decían que era lo que iban a escuchar siempre. Cuando lo lograron, se pusieron a llorar y cantamos el himno nacional todos emocionados", dice.
En la última parte de la instrucción en la playa de Arsenales, hicieron una navegación hasta la barcaza Rancagua donde realizaron el salto de confianza a las 7 de la mañana, y tras ello, se realizó una ceremonia donde llevaron los botes, recibieron un anclote que es símbolo de la Infantería de Marina y a cambio, los Cóndores entregaron su ropa autografiada y se inmortalizaron con los instructores. El lazo se volvió permanente.
Un lazo permanente
Para el comandante Gómez, las 18 horas que vivieron los Cóndores en el centro de entrenamiento también sirvieron para formar un vínculo que se mantuvo en el tiempo hasta hoy. Por ejemplo, algunos de los instructores viajaron a Santiago a acompañar a la selección al duelo ante Estados Unidos en Santa Laura, donde varias de las lecciones que dejó el paso por Talcahuano sirvieron.
"Ese partido fue con lluvia, la única del mes que cayó en Santiago. Yo le dije al preparador físico -que también asumió toda la dinámica que hicimos-, que íbamos viajando a Santiago y que estaba pronosticada lluvia, pero no creía que se suspendiera. Él me dice "me extraña mi comandante, porque nosotros somos combatientes básicos anfibios, y nos graduamos en la lluvia", y yo vi que estaban preparados", rememora.
Pero también elementos que se mantuvieron. "El teniente 2° infante de Marina Luis Videla, que fue jefe del curso, les fue metiendo varios input de nosotros y les enseñó varias de nuestras canciones para entrenar. Ellos después bajaron estos audios, los guardaron y se los aprendieron. Cuando salen a la cancha ellos repiten estos cánticos", cuenta, mientras suena "Somos los Cóndores, somos lo mejor. Somos los Cóndores, somos lo mejor. Somos lo mejor de nuestra nación. Somos lo mejor de nuestra nación. Todo está en la fuerza mental, todo está en la fuerza mental", en el computador de Gómez.
Para el comandante, la relación que se forjó es una amistad que perdura en el tiempo con mensajes constantes entre los instructores y los distintos miembros del equipo técnico y jugadores, el cual quieren mantener en el futuro: "Si necesitan hacer un paso por acá antes del Mundial del próximo año, hay tiempo para hacerlo. Nos gustaría mucho y hay jugadores que no pasaron por acá, y sería bueno que pasaran".