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Reabierto luego de 12 años

Museo Histórico de Arauco: un "oasis cultural" en pleno centro de la ciudad

El espacio alberga la historia de la comuna desde la prehistoria hasta la época moderna, pasando por su ignorado, pero relevante pasado como centro de la Guerra de Arauco.
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espectaculo@diarioelsur.cl

Ubicado a media cuadra de la Plaza de Armas y al lado de la icónica Parroquia San José, el Museo de Arauco resguarda verdaderas reliquias de la historia comunal.

Y es que en seis salas temáticas -paleontológica, mapuche, del fuerte, Arauco antiguo, Arauco costumbrista, y cine y teatro- se relata el pasado de la ciudad, a través de su cronología.

De carácter privado, el lugar es administrado por la Corporación Museo de Arauco con el apoyo del municipio, quienes -a través de un trabajo conjunto- facilitaron su reapertura, luego de 12 años cerrado al público.

Fundado en febrero de 1993 por cuatro profesores araucanos, el museo funcionó de manera continua hasta 2010, cuando el terremoto obligó a la reconversión del espacio en oficinas municipales.

Recién en 2019 la corporación vuelve a barajar la reapertura del lugar. Desde ese entonces a mayo de 2022, se trabajó con ese objetivo, logrando habilitar un museo mucho más grande del que había antes, con más objetos y salas.

"La gente queda maravillada por la nueva colección, antiguamente habían menos objetos. Partió con tres salitas de exhibición y gracias a las colecciones que trajeron los integrantes de la corporación ya logramos habilitar seis", señala Juan Fuentes, guía del espacio, recalcando la reapertura en la pasada edición del Día de los Patrimonios.

Actualmente, el museo recibe público de lunes a sábado de 10 a 13 horas y luego de 15 a 18 horas. También está abierto para delegaciones de colegios que se interesen en visitarlo.

Recorrido

Al ingresar al lugar, lo primero es la Sala del Fuerte, la que sorprende con diversas piedras de gran tamaño y valor histórico.

Dedicada al Fuerte San Felipe de Arauco, el cual data del siglo XVII, alberga piedras recogidas de los cimientos de las antiguas casonas de la zona y otras que han salido a flote en mejoras públicas.

"Hay piedras que datan de los años 1600 y que con el paso del tiempo han sido nombradas por historiadores como Ignacio Domeyko, quien en 1845 -en sus relatos- menciona que las observó", señala Fuentes.

Precisamente, el exrector de la Universidad de Chile presenció en el siglo XVIII casi intacto el fuerte, sus trincheras, fosos y murallas. Le llamó la atención una piedra con un león de Castilla, misma que custodia el museo.

La Sala Mapuche alberga diferentes instrumentos de guerra, platería, imágenes, vasijas y un wampo (canoa), la última gran adquisición del museo y que data de los años 1980.

La pequeña Sala Paleontológica contiene diversas conchas y fósiles de la formación geológica Tubul, predominante en la zona.

Siendo una de las habitaciones más grandes del lugar, la Sala de Arauco antiguo muestra diversos objetos de la vida cotidiana de los araucanos en el siglo XIX y XX.

En ella se observan monedas y billetes nacionales antiguos, incluyendo papel moneda emitido por el desaparecido Banco de Arauco. También mantiene armas, utensilios de hogar y fotografías de personalidades como Luis Aguirre Mercado y el francés Carlos Lozier.

La Sala Arauco costumbrista se centra en el pasado agrícola y la vida común de los araucanos. Uno de los puntos más interesantes son las fotografías de su antigua iglesia. Ubicada frente a la plaza con su icónica torre, el templo cayó con el terremoto de 1939 y su torre lo hizo luego del 27F.

Finalmente, está la Sala de cine y teatro, la que da cuenta de dos importantes espacios: los famosos teatros Municipal y del Cura. Todo con fotografías de época, proyectores, afiches y entradas que dan testimonio de la vida social.

Dificultades

Al recorrer el museo salta a la vista el principal problema al que se enfrenta: se hace pequeño para mostrar su colección. "Hacemos harto énfasis en salir a recolectar cosas, motivar a la gente a donar, pero estamos copados con el espacio. Estamos almacenando casi todo en bodega", dice el guía.

Tienen la idea de postular a los Fondart para mejoramiento y ampliación. "Es lo más a mano que tenemos, además de las subvenciones municipales", agrega.

La idea de contar con algo más grande permitiría ampliar la colección, ya que en su actual instalación también se realizan labores de investigación y restauración.

Al mismo tiempo, se reconstruye la historia de la comuna con archivos que están abiertos a la comunidad. "Lo ideal sería un trabajo conjunto con la municipalidad y el gobierno. La historia en Arauco es muy importante, más de la mitad de la historia de Chile ocurre en esta zona", apunta Fuentes.

6 salas temáticas tiene el espacio histórico fundado en 1993, y que reabrió en mayo pasado.

Comentario de literatura

Michel Houellebecq: el regreso del "niño terrible"

En "Aniquilación", su más reciente novela, el autor francés vuelve sobre sus temas preferidos de manera directa.
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Profesor de Literatura, UFRO

De noche y frente a un espejo leemos "Aniquilación" (2022), la última novela de Michel Houellebecq, "enfant terrible" de las letras francesas.

Por "niño terrible" se entiende a "un escritor brillante, rebelde y transgresor, cuyas opiniones y creaciones se apartan de la ortodoxia, son innovadoras o de vanguardia" (Wikipedia). Claramente, la rebeldía y transgresión se marca en la obra del autor.

En la novela encontramos el sexo desatado, la crítica política, religiosa, la denuncia radical de las sociedades capitalistas y neomarxistas, la revelación del cinismo de la sociedad actual y, esencial, su mirada desesperanzada del devenir de la humanidad en el siglo XXI.

Pero esto no solo lo encontramos en "Aniquilación", sino ya en su primer texto está presente. Hablamos de "Ampliación del campo de batalla" (1996).

Allí leemos: "En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas; otros se hunden en el paro y la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante; otros se ven reducidos a la soledad".

Claramente, se compara la vida de consumo ilimitado y su contraparte, la cesantía, con la vida sexual plena y variada de unos pocos frente a la sexualidad solitaria de millones de seres humanos abandonados a sí mismos entre la furia del concreto y del cristal.

El éxito de esta primera novela fue absoluto. Un best seller o superventas. Los agoreros de siempre pronosticaron que sería debut y despedida, que nada más podría dar el autor.

Y también como siempre, los desalmados se equivocaron, pues pronto vendría otro superventas titulado "Las partículas elementales" (1998). En este texto extraordinario nuevamente aparecen las obsesiones, las temáticas que recorrerán toda la obra del escritor y que ya describimos. Pero el asunto no se agota en el paso por lo prohibido, pues no nos olvidemos que los enfants terribles son brillantes.

Construcción y obra

Aquí se abre el comentario a una cuestión puramente artística: la dimensión estética de la obra de Houellebecq, es decir, como construye sus textos.

Tal construcción la comenta en su opera prima: "Para alcanzar el objetivo que me propongo, mucho más filosófico, tengo que podar. Simplificar". Encontramos una característica de la narrativa del autor: su simpleza. Textos sencillos de leer, lineales, despojados de todo artificio técnico como cambios de la estructura temporal o diálogos superpuestos. Se cuenta una historia de la manera más sencilla posible.

El mismo lo dice en otra obra: "Las páginas que siguen constituyen una novela; es decir, una sucesión de anécdotas de las que yo soy el héroe".

La cita nos sirve para anotar una segunda característica, la narración autobiográfica también usada en "Aniquilación". Esta elección no es casual, pues como me comenta el Dr. Gerson Mora, profesor de Literatura en la U. Católica de la Santísima Concepción, permite al lector comprometerse con la lectura, acceder a una especie de confesión de un sujeto contemporáneo perdido, desolado en una sociedad que avanza hacia su propia, valga la redundancia, aniquilación.

Terrible asunto, propio de la literatura transgresiva: esa obsesión por la sexualidad, la violencia, los horrores, tiene una función, traspasar el límite para poder hablar de los verdaderos problemas, los que nos atañen como especie, como seres humanos aparentemente sin esperanza.

Y decimos en apariencia, pues esta última novela se abre hacia una posibilidad de salvación que se funda en un sentimiento muy hermoso: el amor. Y quizás eso nos quiere decir el enfant, bastaría con que nos amásemos para eludir el destino que se levanta frente a todos nosotros.

Encontramos el sexo desatado, crítica política, religiosa, la denuncia radical de las sociedades capitalistas y neomarxistas.