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Cómo consumir y almacenar la miel para aprovechar sus propiedades

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Se estima que en Chile, el consumo anual de miel es de 700 gramos per cápita, según cifras del INDAP. Este alimento ha ido tomando protagonismo en los últimos años, encontrándose en las alacenas de la mitad de los hogares del país y en otros tantos a través de sus derivados medicinales. Su popularidad radica precisamente en la fórmula de sabor y beneficios que la caracterizan.

Se trata además de un producto de identidad cultural, que da trabajo a pequeños y medianos emprendedores y que se exporta a los principales mercados del mundo. Por todo esto cada 6 de agosto se celebra el Día Nacional de la Miel.

María Cristina Escobar, directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, detalla que la miel es un alimento esencialmente energético, "caracterizándose su gran poder edulcorante (1,2 a 1,3 veces superior al de la sacarosa). Posee propiedades cicatrizantes, antibacterianas, antisépticas, antipiréticas y antiinflamatorias, además de reforzar el sistema inmunológico".

La composición de la miel corresponde aproximadamente a un 80% de hidratos de carbono, 17% de agua y 3% de sustancias aromáticas, pigmentos, cera y granos de polen. Las vitaminas predominantes de la miel son de tipo hidrosoluble y los minerales potasio, hierro y calcio, todos en cantidades pequeñas.

Pero no todo es miel sobre hojuelas, como todo lo dulce debe ser consumida con prudencia. La especialista UNAB señala que el contenido calórico es de 318 kcal por 100 gramos, lo que traducido a 1 cucharadita de miel corresponde a aproximadamente 20 calorías. "Su consumo dependerá del estado nutricional y de salud de la persona. Aquellas diabéticas, insulino-resistentes o con malnutrición por exceso deben evitarla o moderar su ingesta".

¿Y los niños? Es importante destacar que está prohibida para los menores de 1 año, ya que se relaciona con el botulismo del lactante, que consiste en un trastorno neuroparalítico, causado por la acción de la neurotoxina Clostridium botulinum presente en la miel.

Este puede ser consumida de manera natural o incorporada en algunas preparaciones reemplazando el azúcar. Respecto a su conservación, lo ideal es en un envase hermético, a temperatura ambiente y alejada de la luz solar.

En cuanto a su duración, no se considera un alimento perecible, sin embargo, existe literatura que recomienda un tiempo de duración de 2 años.

Es necesario derribar prejuicios para lograr la inclusión de niños con TEA

Pese a muchos estudios, es poco lo que se sabe acerca de esta condición. Profesionales coinciden en que dejar de lado mitos y entender la conducta de niños con este trastorno, resulta primordial.
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"Hoy se ha convenido que el Trastorno del Espectro Autista, TEA, tiene un origen multifactorial, un gen 'dormido' que 'despierta' por causas exógenas, ambientales, con una fuerte base neuronal". Así lo sostiene el fonoaudiólogo Alejandro Soto Fuentes, magíster en docencia universitaria y académico de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián, quien ha dedicado gran parte de su carrera profesional al estudio de esta condición que, para la ciencia, aún no tiene muchas respuestas.

Los Trastornos del Espectro Autista son un grupo de alteraciones del desarrollo que pueden provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos. Su diagnóstico precoz será fundamental a la hora de conseguir avances en quienes lo presentan, especialmente en materia de aprendizaje/educación.

"Todos los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista tratan de comunicarse, aunque a su ritmo y de acuerdo con sus capacidades. Y se mueven desde la sinceridad. Nunca conoceremos nadie más honesto que un niño con TEA", cuenta Alejandro Soto.

La primera certeza que el profesional desea instalar es que, quienes ostentan este trastorno, sí poseen "cualidades" que, de una u otra forma, los condicionan positivamente para ejercer papeles diversos en la sociedad. "Tienen alto grado de compromiso, gran capacidad de trabajo, buenos niveles de concentración y rendimiento, capacidad viso espacial, memoria a largo plazo, meticulosidad y perfeccionismo, destreza manipulativa y competencia en tareas repetitivas y mecánicas, con alto rendimiento laboral. Además, facilidad de cálculo y retención de datos, y memoria de repetición extraordinaria", establece Soto.

El mito más importante que se asocia comúnmente al TEA es una reacción adversa al mercurio y/u otros componentes de las vacunas, lo que ha desencadenado una acción mundial no menor ante el tema, liderada por grupos antivacunas. "La ciencia nunca ha podido determinar una relación entre las vacunas y TEA, ni tampoco con dietas que presentan ciertos perfiles lipídicos, otro mito de este trastorno", dice el fonoaudiólogo.

AGRESIVIDAD

Dificultad para incorporar alimentos nuevos a la dieta, sensibilidad a ciertos sonidos y/o luces, u otros estímulos, sí son propios de niños, niñas y personas que han sido diagnosticada con algún Trastorno del Espectro Autista. "Vemos niños que hacen pataletas, que gritan… porque ignoramos que este niño es un aprendiz visual: un leve sonido proveniente del computador, o del exterior, lo puede irritar. Pero eso no quiere decir que sean, de por sí, agresivos", explica Karina Sanhueza Silva, educadora diferencial mención Discapacidad Intelectual, Lenguaje y Comunicación, y académica de la Universidad San Sebastián. "Lo que debemos hacer es buscar el camino para llegar a ellos, según sus propias características sensoriales", narra.

La académica agrega: "Siempre hay una causa. Estas 'conductas disruptivas' son solo la punta del iceberg. No son niños malos ni malcriados; sus respuestas son solo resultado de su forma sensible de relacionarse con el mundo. Son concretos, se les deben dar órdenes concretas, minimalistas, ir de a poco. Se puede llegar muy lejos en su enseñanza".

DIAGNÓSTICO TEMPRANO

"La única forma de diagnosticar la concurrencia del trastorno es analizando la presencia o ausencia de la conducta propia de los niños con TEA. Profesionales como psicólogos o neurólogos deberán entrevistar al niño muchas veces, para ir descartando comorbilidades. Y los scanners, resonancias magnéticas, exámenes de sangre, serán solo de apoyo, para confirmar el diagnóstico, pero no esenciales", refiere Alejandro Soto, a la vez que indica que la detección "lo más temprana posible" es el mejor aliado de esta característica.

"El TEA es una condición de origen temprano, y el diagnóstico se puede confirmar entre los tres y los seis años. Hablar de estos plazos son muy importantes, ya que permitirá avanzar mucho en su desarrollo a través de la educación adecuada", manifiesta el profesional.

Karina Sanhueza, como docente, enfatiza en que sí se puede crear vínculo con niños con TEA, solo que siempre será diferente y único. "No podemos ser invasivos y debemos darnos el tiempo de conocerlos. No se trata de que rechacen a priori: ellos son selectivos", aclara.