"En Enap ha habido mucha separación, existe una división social"
La titular de la cartera que ha oficiado como negociadora en Bocamina II y Enap analiza las demandas del mundo laboral en Biobío.
Pese a que lleva un mes y medio en el cargo, Sandra Quintana Rodríguez reconoce que su llegada a la Secretaría Regional del Ministerio del Trabajo y Previsión Social ha sido intensa fundamentalmente por las demandas que han enarbolado gremios de trabajadores.
"Ha sido intenso el trabajo que se ha hecho en este tiempo, con muchas demandas desde el mundo de los trabajadores principalmente. Eso me ha impedido tener más contacto con el mundo empresarial, con mucho más tiempo para ver el funcionamiento y necesidades que hay, salvo un par de reuniones que he tenido. Me ha absorbido más tiempo abordar conflictos que poder analizar la realidad de la Región", comenta la profesora de Historia y Geografía, que hasta antes de asumir sus funciones era la presidenta del Colegio de Profesores comunal de Lota.
Experiencia dirigencial que le ha permitido tomar el pulso de distintas movilizaciones que se han dado estas semanas, incluso asumiendo un rol negociador en varias de ellas representando al Ejecutivo.
Sobre la realidad laboral de la Región, Quintana reconoce que al escuchar las demandas de los trabajadores, "uno siente que esa precarización del mundo laboral es una soledad, el trabajador se siente solo frente a un empleador que no lo respeta. Y tiene miedo, funciona el miedo también, el temor a quedarse sin trabajo, a que si forman parte de un sindicato el empleador lo va a castigar o seguir".
Además, destaca que los dirigentes sindicales "tienen mucha fuerza, ya que, finalmente, pese a todo esto es tanta la acumulación de quejas y dolores que reciben, se empoderan y salen a buscar alternativas de cómo resolver sus problemas. Lo que tenemos como Estado es la Dirección del Trabajo y ahí uno busca hacer el nexo para ayudarlos; y en otros casos ellos recurren a Tribunales o Contraloría, cuando el trabajador siente que la situación los colmó y la suma de atropellos ha sido demasiada".
-¿Por qué considera usted que se llega a este punto en que el trabajador debe buscar la ayuda de terceros para resolver aquellas diferencias en el ámbito laboral?
-Son múltiples factores. Uno, los diálogos no funcionan o no se quiere escuchar, que eso es fundamental. Muchas veces, la voluntad de diálogo existe por parte de los trabajadores, pero falta escuchar. Es uno de los elementos que genera estos conflictos, es tan grande la división porque faltó la parte intermedia para resolver estas situaciones con voluntad. Eso siento que, a veces, no existe o no está, o a veces nos sentamos a conversar para decir que lo hicimos, pero la participación es real cuando consideran las opiniones, y soy capaz de plantear la opinión, finalmente sumando ideas, compromisos e intenciones. Quizás tengamos temor.
Rol negociador
En estas semanas, Sandra Quintana ha debido liderar la presencia del Ejecutivo en varios conflictos entre trabajadores y empresas relevantes para la Región, como es el caso de Enel o Enap.
Sobre su rol "negociador", dice no sentirse complicada, ya que "si llegaron aquí a tocar una puerta es porque en ningún lado se la abrieron. Creo que es muy poco lo que se necesita hacer para que las cosas resulten, porque se logra construir voluntades y es mínimo lo que se hace, porque todo sigue un curso propio. Pero hay otras en las que uno debe hacer más negociación, profundizar más y permitir acercar. Escucho por un lado a los trabajadores, también a las empresas para ver qué podemos hacer y acercar posiciones".
-¿Qué evaluación realiza de los acuerdos logrados tras la movilización de los trabajadores de Bocamina II durante abril y que se prolongó por 12 días ?
-Hay momentos en que estos conflictos se dan porque las partes se alejaron mucho, y ahí viene este asunto en que uno entra a mediar. Finalmente, se logra el acuerdo, y un elemento fundamental planteado por los trabajadores está asociado a su futuro tras el cierre de la mina -que se prolongó un poco, pero se concretará este año- y quedamos en que se le realizarán los exámenes de salud, por los que responderá el Estado. Estamos abordando con la Seremi de Salud el detalle de los listados y hemos ido viendo cómo resolveremos con ellos esta situación junto a Energía, viendo si necesitan capacitaciones o certificaciones necesarias. Pero también está la parte de Enel, relacionada con lo económico y viendo algún tipo de indemnización para que el tiempo que el trabajador encuentre un nuevo trabajo pueda sustentarse. Estamos afinando el listado, pero ellos confían en nosotros, en que el Estado sí les va a responder; Energía está mediando con Enel, y estamos en la etapa de responder a los compromisos para ayudarlos en el futuro a insertarse en el mundo laboral.
-Tras la resolución de movilización de los trabajadores de Bocamina, se levantan los trabajadores subcontratistas de Enap con una movilización que hasta ahora no tiene término.
-Creo que había mucha distancia entre los trabajadores y la empresa. Ha costado más el generar ese diálogo sacándonos de encima prejuicios y todo eso. Como eso ha costado, el sentarse a la mesa se ha ido estirando, generando esta complejidad de que cada uno entienda que efectivamente el diálogo es la manera. Hubo mucha separación allí. Esta división, que es como una división social y una foto de la sociedad en que vivimos, uno la mira y la gente abrió los ojos al darse cuenta de que esto no se tiene que tapar, se tiene que conversar y mejorar. Durante esta semana hemos estado en la etapa negociadora con la Dirección del Trabajo, siendo protagonista de este encuentro entre trabajadores y Enap, y creo que lo está haciendo muy bien. Ha logrado juntar a toda la mesa, porque también están los contratistas que son primeros empleadores del trabajador, Enap y los trabajadores con el conflicto. En esta semana, nos hemos sentado con todos a la mesa, algo que no había ocurrido y estamos todavía sin poder decir que se sacó un acuerdo. Estamos en un proceso que hay que cuidarlo, para no tener estas distancias y no volver a las trincheras, para potenciar estos consensos.
-¿Qué le pareció lo que ocurrió con el desalojo de los subcontratistas el día lunes? Generó molestia entre los trabajadores e incluso el Partido Comunista, donde usted milita, rechazó enérgicamente el despliegue policial.
-A todos nos dolió, fue un dolor grande para todos nosotros ver eso. Era una situación complicada respecto al suministro de combustible, y desde ese punto de vista se tomó la decisión, pero lo que causa dolor es el hecho mismo del desalojo como tal. Me quedo con esa sensación de que podía haberse resuelto antes de llegar a eso, pero desgraciadamente se juntaron elementos como la falta de una conversación para tener avances y el desabastecimiento por otro lado, poniendo en jaque mate al conflicto mismo. Hubo circunstancias que se juntaron desgraciadamente y generaron un escenario que nunca debió haber pasado. No debió haber sido.
-¿Considera usted que lo que ha ocurrido con Enap demanda una solución de más largo plazo, mirando a fondo la estructura organizacional de la empresa?
-Ese análisis debe hacerlo Energía. Uno puede tener la misma opinión, pero lo vemos desde afuera y en base a un conflicto no puedo evaluar lo que está pasando adentro. Tengo mi percepción, pero no puedo indicar que tiene que hacer o no Enap, y es Energía quien debe revisar qué hacer. Nosotros estamos comenzando el gobierno, pero se debe mirar cómo está la situación y qué puede esperar uno de una empresa como Enap.