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Para resolver su adicción, a pedido de su familia se internó en la Clínica UC.El tratamiento duró 18 meses
"Los dos primeros estuve encerrado como en una cárcel: sin cordones de zapatos ni cinturón. Las ventanas no se podían abrir (...) había otras doce personas haciendo el tratamiento, yo era el más viejo y pensaba: '¿Qué hacen estos cabros aquí?' (...) Después del tratamiento me vino una nueva vitalidad. Pasé de marcar el paso, reaccionar y cumplir solo con mi deber a volver a ser proactivo. Me puse más productivo y dispuesto, porque antes prefería estar bebiendo a participar de una reunión -lo que no significaba que fuera un zombi-, porque yo daba conferencias o hacía preguntas estando sobrio o curado. Pero con el alcohol me había desactivado.Lo que hacía era beber, leer, rumiar, pensar y repensar. Ahora estoy de nuevo en la acción, movilizando a los demás y generando iniciativas.Ese fue el cambio".
"El tratamiento me costó 24 millones de pesos.Pero como a mí siempre algo me salva, en agosto de 2018 me gané el PremioNacional de Ciencias Naturales, que incluía un desembolso único de 21 millones de pesos. Con ese premio pagué la terapia. La fortuna me sonrió de nuevo", concluye Jaksic en sus memorias.
IRRACIONAL, JAMÁS
Como el científico que es, Jaksic ancla su ser en la razón. "No soy religioso, sino científico, no tengo fe pero sí tengo razón, y al final pienso que mientras todos lleguemos a una buena conclusión, no importa el punto de partida ni la ruta recorrida, sino la conclusión alcanzada. Ahondemos sobre lo que compartimos, no sobre lo que nos separa", dice casi al final de estas memorias.
-¿Cuáles son las situaciones donde no ha podido ser racional?
-Siento desilusionar, pero no he sido irracional jamás. Esto puede ser una pesada carga, porque la razón cuestiona todo, incluyendo las creencias místicas o religiosas y las ideologías. Bienaventurados los que creen, porque encuentran refugio para sus dudas. Los que piensan demasiado tienen poco consuelo, excepto considerar que todo puede ser peor.
-¿Cuál es su relación con el arte?
-No tengo ningún talento artístico, pero lo reconozco en los demás. Me encanta la música, la cinematografía, las caricaturas y la literatura en prosa. Carezco de aprecio por la pintura abstracta o la poesía. Yo nomás me las pierdo...
-¿Tiene planificado algo para este 9 de julio?, ¿cómo celebrará sus 70 años?
-Mi idea es irlo a pasar a mi lugar de origen, Punta Arenas, y gozar de la vista amplia que da la ausencia de la Cordillera de los Andes, del aire fresco que se mueve en ráfagas y de las nubes que pasan raudas. Santiago es encerrado, caliente, con pocas nubes, rara vez sopla el viento y ya ni llueve. ¡Me carga!