La movilidad del Gran Concepción puesta a prueba
Esta semana la congestión vehicular en las rutas de alto tráfico, los atochamientos hacia y desde la capital regional, la coincidencia en los horarios de ingreso y salida desde lugares de trabajo y estudio, así como también la gran cantidad de vehículos que circulan en el Gran Concepción conformaron el escenario más complejo que ha vivido la zona en cuanto a movilidad y su relación con la calidad de vida de sus habitantes.
Largas filas de vehículos, llegadas con retraso a recintos de educación y laborales, esperas prolongadas de transporte público y finalización de las jornadas diarias con un horario más allá de lo esperado complicaron a muchos habitantes de la zona, lo que se vio reflejado las calles de distintas comunas. Se trata de una situación que se preveía desde antes del inicio de la pandemia y que era tema central de las preocupaciones locales hasta 2019.
Si bien la pandemia, desde marzo de 2020 a la fecha, generó una pausa en las complicaciones cotidianas de movilidad, lo cierto es que las cifras indican que desde que se retomara la presencialidad en las distintas actividades la situación volvió y lo hizo con mayor impacto. Uno de los factores que incide en la alta congestión es el aumento en las ventas que tuvo el mercado automotor regional, que proyectaban un duro regreso a la presencialidad en el Gran Concepción.
Durante los últimos meses de emergencia no se habían palpado efectos tan extremos como los que se perciben hoy, ya sea porque aún la gente trabajaba o estudiaba de manera telemática y por la pausa que trajo consigo el período estival. Sin embargo, desde inicios de mes y especialmente en la última semana los tiempos de viaje se prolongaron con mayor intensidad y hubo tacos en diversos horarios en vías como avenida Pedro de Valdivia, la Costanera a Chiguayante, avenida Pedro Aguirre Cerda, la ruta 160, Collao, Los Carrera, la autopista Concepción-Talcahuano o la ruta 150, lo que ya levanta la preocupación de las autoridades y de expertos en la materia.
Según datos entregados por la Seremi de Transportes y Telecomunicaciones y publicados hace unos días en este medio, en dos años la movilidad vehicular del Gran Concepción se elevó 15% más de lo normal. Se precisó que si bien lo esperable es que año a año se crezca 10%, es decir, de marzo de 2020 a marzo de 2021 lo normal hubiese sido una elevación de 20%, los actuales registros dieron cuenta de que el porcentaje llegó al 35%.
A esta situación se suma la disminución de demanda del transporte público, que según la misma información, llega al 30%. En palabras simples, esto significa que hay más personas que se movilizan más en automóviles particulares, generando un mayor estrés vial en las distintas comunas.
De ahí que varios especialistas hayan planteado que se requieren medidas urgentes para la situación que se vive en las distintas rutas, lo que en el caso de Concepción podría traducirse en aplicar lo antes posible sistemas alternativos e intermodales que tengan como base al Biotrén. La implementación de algunos vagones especiales para que los usuarios que viajan hacia el centro de Concepción transporten sus bicicletas, por ejemplo, debiese ir acompañado con estacionamientos que sean seguros.
Otras opiniones plantean que derechamente hay que dejar de priorizar estrategias asociadas a automóviles, como las autopistas, corredores urbanos o mayores estacionamientos, ya que la implementación de estas iniciativas de mitigación invita, de alguna manera, a que se genere un panorama que igualmente termina con atochamientos.
La intermodalidad surge como alternativa, sobre todo por alto uso del servicio de Biotrén, que esta semana aumentó su demanda en un 15% respecto de la semana anterior, trasladando hasta 35 mil usuarios en una sola jornada. De hecho, muchos de ellos hicieron público que en ciertos días el ferrocarril no pudo parar en algunas estaciones, debido a que en horas punta trasladaba demasiados pasajeros.
Desde los municipios también han surgido otros planteamientos, especialmente de aquellos que sufren mayores complicaciones, como son quienes deben trasladarse al sur del río Biobío, comenzando por San Pedro de la Paz. Incluso, hay algunas voces que aseguran que la situación requiere una medida como la restricción vehicular, con el fin de disminuir la cantidad de vehículos en las calles.
El rol del Gobierno Regional es clave en esta situación, así como también las futuras autoridades locales de los ministerios de Transportes, Vivienda y Obras Públicas, ya que serán quienes deben asumir la definición de medidas que ayuden a mejorar la calidad de vida de quienes transitan el Gran Concepción y, además, obtener los recursos económicos que den pie para proyectar la zona de forma más sostenible, sustentable y equitativa.
Largas filas de vehículos, llegadas con retraso a recintos de educación y laborales, esperas prolongadas de transporte público y finalización de las jornadas diarias con un horario más allá de lo esperado complicaron a muchos habitantes de la zona.