Llamado a retomar el diálogo
Una ceremonia austera y con pocos invitados, considerando los protocolos sanitarios necesarios para evitar contagios por covid, fue la que se realizó el viernes pasado en el Salón Mural del Gobierno Regional en Concepción, donde la nueva delegada presidencial de Biobío, Daniela Dresdner Vicencio, asumió el cargo, a doce días de haber sido designada por el entonces futuro Presidente de la República Gabriel Boric.
La autoridad, que asume un rol que ha sido ampliamente criticado por Apruebo Dignidad, el conglomerado de partidos políticos que inicia sus primeros días en el Gobierno, asumió una vez que se realizó el cambio de mando presidencial y se dio tiempo para entregar sus propios simbolismos y mensajes, marcando de inmediato su interés por delinear algunos aspectos claves de lo que será su gestión.
De hecho, en el marco de su instalación y de la definición que el nuevo gobierno ha tomado en torno a la figura del delegado presidencial, Dresdner confirmó la intención de dejar las dependencias del Gobierno Regional para instalarse en el edificio de la exgobernación frente a la Plaza de la Independencia. Una señal que reforzó con lo dicho el mismo viernes, en que aseguró que es clave separar funciones, ya que el inmueble es del Gobierno Regional y corresponde que lo ocupen sus equipos.
Por otros lado, y en el ámbito de las prioridades que comenzó a definir en su cargo, las primeras señales se dieron el mismo viernes de su llegada al cargo. La primera de ellas y menos difundida fue que su primera actividad fue seguir el cambio de mando en Valparaíso junto a una veintena de dirigentes sociales, en la sede de Infocap en Concepción, espacio que se convirtió en su centro de operaciones de forma previa a que asumiera el cargo.
En forma posterior se trasladó a la sede del Gobierno Regional, donde se realizaría la ceremonia, que por motivos de salud, no pudo contar con la participación del anterior delegado presidencial, Patricio Kuhn, cuyo rol fue desempeñado por el exseremi de Gobierno, Daniel Garcés.
La organización del acto de traspaso estuvo netamente a cargo de las nuevas autoridades, por lo que los 80 invitados correspondieron a personas elegidas directamente. En el Salón Mural se reunieron alcaldes, dirigentes de partidos políticos del conglomerado oficialista, representantes de universidades, de trabajadores de distintos gremios y también de organizaciones sociales.
Durante su breve discurso, la militante de Revolución Democrática realizó sus primeras definiciones asegurando que "nuestro país y nuestra Región se merecen algo mucho mejor que eso", al referirse a situaciones en que llamó resultados de malas políticas que implican no escuchar a las personas, anteponer los intereses propios por sobre los colectivos e, incluso, megocios familiares por sobre el bienestar común.
Por ello, en su primer discurso la delegada presidencial aseguró que la Región del Biobío debe retomar el diálogo, acción que debe extenderse entre quienes piensan distinto, porque el bienestar de la zona compete a todas y todos. También incluyó palabras para referise a los problemas de inseguridad que afectan a algunas comunas, mostró su preocupación por el crecimiento económico y el incentivo al empleo.
La autoridad, que que usó en su muñeca un pañuelo con el tradicional color morado del feminismo, llamó también a que la Región se declare feminista, con el fin de que la perspectiva de género esté siempre presente para que sus habitantes cuenten con "ambientes sanos, libres de violencia y con oportunidades de verdad".
Se trata de una definición esperable y que mantienen coherencia con la forma en que el propio Presidente Boric ya había anticipado su forma de gobierno, con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género por primera vez integrando el comité político y con la intención de mantener una mirada trasnversal para todos los ministerios.
Especialmente importante fue la mención realizada por Dresdner respecto de la probidad en la función pública, respecto de lo cual aseguró que será fundamental para la gestión y llamó a aislar a quienes no entiendan el privilegio de poder trabajar en el Estado, asegurando que quienes opten por el camino del provecho personal en el mundo público no deben ser parte del nuevo gobierno.
Su disposición al diálogo y los objetivos definidos deberán avanzar en paralelo con lo más inmediato, como es la designación de quienes se harán cargo de las 20 Secretarías Regionales Ministeriales, así como también las urgencias dadas por la pandemia y el estado de excepción que rige en las provincias de Arauco y Biobío, medida que acaba de cumplir cinco meses en vigencia. Es preciso analizar si será posible abordar estos temas, sin descuidar lo que busca la propia coalición.
La labor a enfrentar es intensa y requiere, siguiendo las mismas definiciones dadas a el viernes, de la búsqueda de acuerdos, la participación de todos los sectores representantivos de la sociedad local y, sobre todo, de cumplir con la meta de generar un trabajo conjunto que ayude a impulsar la Región en distintos ámbitos y con la mayor unidad.
En su primer discurso, la delegada presidencial aseguró que la Región del Biobío debe retomar el diálogo, acción que debe extenderse entre quienes piensan distinto, porque el bienestar de la zona compete a todas y todos.