"Hay cosas que no dependen de los recursos, sino de la articulación"
La primera autoridad del ministerio más joven analiza la puesta en marcha e indentifica aquellos desafíos emergentes del cargo.
"Cuando llegué acá, me di cuenta de que me gustaba el servicio público, generar acciones que mejoren la vida de las personas. Me pasó con muchas iniciativas que articulamos, como el reciclaje de las mascarillas o como comenzó el monitoreo de aguas servidas. ¿Te digo la verdad? Yo nunca me imaginé ser seremi de Ciencias, y hay gente que está esperando mucho el llamado. Yo, al principio, no sabía muy bien que hacía un seremi".
En reiteradas ocasiones, la astrofísica Paulina Assmann Segura trae a la conversación ejemplos de cómo una simple llamada o una consulta le permitió al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación articular distintas iniciativas, varias para el combate a la pandemia en la Región.
Y es que, para la primera secretaria ministerial macrozonal del territorio Centro Sur -que reúne a las regiones de O'Higgins, Maule, Ñuble y Biobío- de la cartera de gobierno más nueva, los dos años y cuatro meses en el cargo significaron naufragar en distintas adversidades, como el estallido social y la pandemia: "Tuvimos una oportunidad como ministerio de plantearnos si éramos para los científicos solamente, o bien que el Estado se preocupara de que todo es para todos. Y este ministerio llegó en buena hora, porque necesitamos articular el mundo científico, que se construyó con distintas políticas públicas, y la pandemia consiguió instalar todo esto a disposición de la gente, y se pueden dar soluciones al territorio".
-¿Cree usted que la implementación del ministerio en un contexto de pandemia le dio un carácter aún más articulador respecto de otras carteras?
-Hay que dividir el proceso de implementación en dos partes. Primero, tuvimos la instalación como tal y apoyar la labor científica, con más financiamiento para hacer ciencia, más becas. Pero todo eso tiene sentido cuando hay desarrollo para el país y se traspase a sociedad tanto en conocimiento como en transferencia tecnológica. Ahí, el ministerio es como la piedra 'rosseta' entre los distintos mundos, ya que el científico por si solo no traspasa su trabajo y se debe generar la vinculación con la empresa. Como ocurrió con el ventilador mecánico que elaboró Asmar y la UdeC, y la iniciativa "Un respiro para Chile", que permitió tener resultados y las sociedades médicas permitieron validar estas iniciativas. El ministerio también vino a dar confianza.
Nos ocurrió con los laboratorios universitarios que apoyaron la toma de muestras de exámenes, y cumplían otras labores. Tuvimos tres laboratorios en Concepción, y de ahí surgió el estudio de aguas residuales. El ministerio articuló a los científicos, facilitando el vínculo tanto desde entregar el financiamiento de forma correcta a laboratorios creados con recursos de ANID, lo que finalmente permitió generar el convenio para la red de Laboratorios Universitarios. Chile ganó una articulación tremenda, porque las capacidades estarán instaladas ante una catástrofe y eso es lo que hace un ministerio.
-¿Cómo evalúa la implementación administrativa del ministerio a nivel macrozonal?
-Tengo una deformación, y creo que se pueden haber hecho muchas más cosas. Esta fue la primera secretaría ministerial de una macrozona bien importante, que tiene un polo de desarrollo científico tecnológico y de innovación en Biobío, y otras regiones que están en desarrollo como Maule, O'Higgins que está tratando de desarrollar cosas y Ñuble que es el hermano menor que quiere independizarse y crecer. Para poder hacer algo, debemos conocer que hay en la macrozona, desde el lado del conocimiento, del desarrollo científico y hacer un mapeo para ver las oportunidades de hacer transferencia.
En esa línea, la astrofísica implementa un concepto que califica como clave para entender el desarrollo interregional en materia de ciencia e innovación, al hablar de la idea del "campamento base", para que no todos los emprendimientos de base tecnológica partan de cero: "Es clave ver cómo podemos construir ese campamento base para las regiones, y cuáles son los "mínimos habilitantes", porque Biobío es una región universitaria con desarrollo, pero en Ñuble no hay tanto. Estos años, nos dedicamos a reconocer aquellos elementos donde podemos instalar la idea del campamento base, articulando a distintos organismos para después materializar todas aquellas ideas que sean necesarias, con algo estandarizado que no dependa de la voluntad de la gente".
EL ROL INSTITUCIONAL
-Al nacer el Ministerio de Ciencia, una de las grandes expectativas que se generó fue que se eliminara la burocracia para, por ejemplo, asignar más recursos para hacer ciencia. ¿Sigue siendo difícil hacer ciencia en un país como Chile, o más bien la discusión no es solo sobre financiamiento?
-Soy científica, y para mí la solución era tener más plata, más financiamiento, y de eso no hay duda. Cuando nos comparamos con otros países, la diferencia es muy grande, pero otra de las cosas que aprendí en este puesto es que en muchas cosas no depende tanto del financiamiento, sino de la articulación. El saber donde tener que ir, y por otro lado, que las leyes en Chile se adapten a la innovación, por ejemplo las universidades para acreditarse necesitan papers, y le exiges al académico que haga innovación, y cuando lo evalúas, lo hacer en base a sus papers. Ahí debe haber un cambio.
Nos pasó con el tema de las aguas residuales, veíamos que la glosa para gastos de emergencia solo permitía financiar un estudio, y no pues, si era detección del estado de salud de la población. No hay una cultura de innovación dentro del propio sistema legislativo y es ahí donde debemos avanzar en actualizar las leyes, que la innovación sea parte del ADN. Ese sería un gran avance, y en el proceso de nueva constitución estoy viendo eso, que la ciencia está ocupando un espacio importante. Ojalá se diga que "la ciencia y tecnología debe ser considerada para mejorar la calidad de vida de las personas".
Assmann destaca los avances que se han generado en la última década, y recuerda que "yo pude estudiar ciencia gracias a una política pública como Explora, que me llevó a ser científica desde muy chica. Sin ello, habría estudiado medicina u otra cosa, porque no conocía la ciencia. En mi familia no había científicos, y se ha avanzado en el ecosistema de ciencia y tecnología. Pasamos desde los primeros científicos hace cuatro décadas, hoy hay infraestructura y se puede hacer transferencia tecnológica, hay más científicos".
"Está institucionalidad que puede avanzar en mejorar los problemas y espero que en 10 años más la conversación sea otra. Hoy tenemos una política Inteligencia Artificial, de Ciencia y Tecnología y también una de Género, que cambiará todo a futuro. Estamos en un punto de inflexión, una ANID con más autonomía, y desde el lado de la ciencia existe la frustración porque al estudiar en el extranjero veían los centros tecnológicos. Hoy están esos centros, y eso fue parte de la masa crítica que dio origen al ministerio", añade.
-El plan original contempla que, a diez años, cada Región tenga su secretaría ministerial. A la hora de su salida, ¿comparte la idea de que sea así, o más bien que prevalezcan las macrozonas?
-No lo sé aún. Sabía que sería así, pero para mí no se tiene que gastar tanta plata en la autoridad, sino que en el aparataje técnico que esté presente en cada Región, con el asesor científico y los equipos que atiendan las problemáticas, con articulación de cada territorio. Si hubiese sido así, habríamos avanzado mucho más, porque una cosa es la identidad regional, y la autoridad macrozonal, porque es quien tiene el conocimiento de articular las distintas regiones para ser más eficientes.