"Vamos a ser una oposición dialogante, constructiva, pensando en el bienestar del país"
"Si hay algo que quedó claro en esta elección es que el camino de la izquierda no era nuestro camino", explica la legisladora DC, quien descarta una nueva aventura en primarias internas y aborda su gira por La Araucanía.
Por Mauricio Ávila C.
El 24 de enero de este año, la senadora Ximena Rincón ganó las primarias de su partido, la Democracia Cristiana, con lo que su nombre iba a representar a la Falange en las primarias legales con los de los demás candidatos de los partidos de la centroizquierda. Pero luego la directiva de la DC optó por desconocer ese resultado y nominar a Yasna Provoste, en ese momento presidenta del Senado.
La historia posterior es conocida: no hubo primarias legales, sino una consulta posterior en que se impuso la senadora de la Región de Atacama. Finalmente, en primera vuelta Provoste resultó quinta y hoy Rincón es la titular del Senado.
-¿Qué camino inicia Chile mañana, cómo amanecerá políticamente?
-Va a depender mucho de quién gane. Son dos escenarios absolutamente distintos. Creo que viene un tiempo de muchos desafíos, para cualquiera que gane, de lograr consensuar, construir, articular mayorías, porque no las tienen ninguno de los dos en el Parlamento. Por lo tanto, a partir del lunes viene un esfuerzo de construcción de mayorías, porque cualquiera que gane tendrá un gobierno de minoría. Y mira lo paradójico de la vida. Se criticaron los últimos 30 años y terminaron los dos candidatos haciendo un reconocimiento a lo que se hizo en esos 30 años y cualquiera que gane va a tener que gobernar con la política de los acuerdos, algo que se criticó por mucho tiempo.
-El Congreso va a ser vital para cualquier de los dos.
-Sin lugar a dudas, va a ser vital el Congreso, va a ser muy importante el rol que jueguen algunos, que juguemos algunos de lograr construir acuerdos, de ayudar a construir mayorías en los temas específicos, porque esto va a ser de discusiones específicas.
-¿Y cuál va a ser el rol de la DC? Usted ha dicho que van a ser oposición sea quien gane…
-No es que lo diga yo, es el acuerdo de mi partido. Creo que vamos a ser una oposición dialogante, constructiva, pensando en el bienestar del país, de las personas. Apoyaremos las cosas que vayan en beneficio de la ciudadanía, del desarrollo del país, de sumar voluntades y rechazaremos aquellas que no recojan ese espíritu.
-¿Puede ser una oportunidad para la DC, que viene perdiendo peso paulatinamente?
-Puede ser. Lo dije una vez y no me pescaron mucho en mi partido. Cuando sacamos solo dos constituyentes, un independiente por nuestra lista en Maule y el ex presidente del partido (Fuad Chahín) por La Araucanía, dije que teníamos una oportunidad, porque en el fondo quedamos fuera de la Convención y debimos tomar el rol de haber quedado fuera para opinar desde fuera. Lamentablemente, la dirección partidaria no lo entendió así y hemos estado absolutamente ausentes del debate como partido político. Creo que eso es una pena, porque es un proceso demasiado importante para el futuro de nuestros hijos y nietos.
-¿Y qué pasa al interior de la DC? Hay varios DC y exDC que manifestaron su apoyo a Kast. ¿Dónde está su partido?
-En la oposición.
-¿Pero en la centroizquierda? ¿O en el centro-centro?
-Mira, yo creo que si hay algo que quedó claro en esta elección donde salimos quintos, casi sextos, es que el camino de la izquierda no era nuestro camino. Ese discurso no lo reconoce la ciudadanía como un rol o un discurso de la Democracia Cristiana y creo que esas son lecciones que debieran aprenderse en esta vuelta. Cuando miras lo que fueron los gobiernos exitosos de la DC, como los de Eduardo Frei Montalva o don Patricio Aylwin, lo fueron porque ambas marcan una posición. Frei Montalva fue revolucionario en cuanto a sus planteamientos. Fue revolucionario en el sentido de hacer la promoción popular, la sindicalización campesina, las mujeres… eran gobiernos, entre comillas, moderados, desde el punto de vista de lograr aunar voluntades tras objetivos concretos. Y en el caso de Patricio Aylwin, que fue el líder de la gran oposición a la dictadura, él logra también entender que su rol era de transición y creo que jugó un rol muy importante en el país en ese minuto. Hoy, en un país polarizado, con qué mejor ejemplo que los dos que pasan a la segunda vuelta, la Democracia Cristiana tiene que ser un partido político que ayude en los tiempos que vienen a sacar adelante al país. Por eso he sido muy cuidadosa al decir que vamos a ser una oposición muy constructiva, pero crítica. Porque obviamente tenemos que llamar la atención de aquellas cosas que no compartamos. Con identidad, pero colaborando a sacar adelante una serie de cosas que de verdad tienen que solucionarse, porque las personas no pueden seguir esperando. La DC tiene que sacar lecciones de la derrota de la elección de primera vuelta. Su discurso no logró convencer, cautivar, atraer el apoyo de la ciudadanía. Además, cuando uno mira el 2013 y 2017 y este, la verdad es que es una caída libre demasiado brutal.
-¿Muy dolorosa en lo personal esta caída?
-A mí me da mucha pena. Porque para mí la vida de partido es muy importante y obviamente que me da mucha pena. Yo me había recorrido el país para la primaria que ganamos, y la estaba recorriendo para ganar la primaria legal. Pero obviamente cuando las cosas se hacen mal, el resultado no puede ser bueno. Tengo pena, pero soy optimista, positiva y espero que podamos hacer las evaluaciones que correspondan y reconocer los errores cometidos y caminar de nuevo hacia adelante.
-¿Está cerrada esa herida?
-Sí, no soy de las que guardan rencor. Pero sí aprendo, aprendo de las cosas. Obviamente no me había tocado nunca ganar una elección y que no se reconozca esa elección. Y eso yo creo que es parte del costo que se pagó en esta vuelta. Y nada, hay que ver cómo caminamos hacia adelante, cómo son capaces de recuperar la confianza de la ciudadanía y creo que ese es el mayor desafío de la Democracia Cristiana. Recuperar la confianza de la ciudadanía.
-Cuando ve el nivel de las campañas y de los candidatos, ¿no cree que usted habría sido más competitiva?
-(Suspira) Prefiero pasar...
-¿Se presentaría otra vez como candidata a la presidencia?
-¡Uf! Hay una cosa que tengo clara, no iría a una primaria de nuevo, porque no se respetan sus resultados. Sí sería candidata en una primaria legal con otros, sí. Pero no participaría de otra primaria en el partido, no hay garantías y el desgaste físico, emocional y económico no me lo devuelve nadie, y nadie me ha dado ninguna explicación hasta el día de hoy. Entonces, la verdad es que no.
LA ARAUCANÍA
Durante la última semana, la presidenta del Senado realizó una intensa gira por la región de La Araucanía, reuniéndose con distintos actores de una zona que se acostumbró a sufrir la violencia diaria y que lleva 20 meses bajo estado de excepción, ya sea por la pandemia o porque es la única forma que vio el Gobierno para aplacar ataques incendiarios, enfrentamientos y otros hechos policiales que tienen a la zona bajo estrés y dolor permanentes.
-¿Qué sensaciones le dejó este viaje?
-Uf. Primero, me reafirmó en mi postura respecto de que el problema en la zona claramente no se va a solucionar con más o menos estados de excepción, y que el estado de excepción es una herramienta, pero que no será efectiva si no va a acompañada de la búsqueda de un camino que dé respuestas a dos grandes ejes. Porque uno es la demanda de las comunidades respecto de su reconocimiento, respeto a condiciones que no son solo para las comunidades indígenas, sino que también para las personas que viven en ese territorio, desde el punto de vista de la infraestructura, la conectividad, el agua potable, los temas de salud y educación… si no hacemos algo ahí, la verdad es que vamos a seguir con este abandono del Estado que es muy, muy brutal. Hay territorios que llevan 10 ó 12 años detrás de un proyecto de agua potable. O no hay caminos. Falta conectividad o tienen problemas de movilización. Eso como un gran, gran tema. De hecho, La Araucanía es la región más pobre del país; o sea, algo no está bien y piensa qué es. En el otro eje el gran tema es la violencia, que lo que hace es servir a un negocio, al negocio del robo de madera, del narcotráfico y que usa la causa mapuche como un gran escudo. Pero lo que hay ahí es un negocio. Por lo tanto, esos dos temas tienen que ser abordados con una mirada desde arriba de los temas y con trabajo con el territorio y los alcaldes. Los alcaldes no han sido considerados en nada. O sea, no se les ha llamado, no se les ha incorporado, no hay una mesa de trabajo. La verdad, es bien impactante. Pero hay que ver cómo organizar el trabajo para comenzar a construir no sólo un buen diagnóstico fino de las necesidades, sino también una buena propuesta de empezar a trabajar con todos los actores un camino de solución en ambos temas, y vas a tener que hacerlo con estado de excepción, como herramienta, pero si no haces nada de lo otro, el estado de excepción se te va a agotar como herramienta y ya no te va a servir.
-Todos los últimos gobiernos han anunciado algo. ¿Por qué no se ha avanzado?
-Porque lo que ha pasado es que todos estos intentos han sido en caso de abordar la problemática solo con reasignación de recursos y eso no funciona. O tú te pones metas y haces un levantamiento de los principales problemas en vivienda, en agua potable, salud, infraestructura de caminos, temas productivos y los abordas, en un cronograma acotado, o la verdad es que lo único que vas a hacer es acelerar y potenciar el nivel de conflicto que existe en el territorio, porque ya no le creen a la autoridad. Porque una autoridad que se demora tres años en licitar un camino, que se demora dos años en ponerse en marcha, no habla de sentido de urgencia y lo que hay es la falta de sentido de urgencia.
-¿El nuevo gobierno va a tener que tener una mirada distinta?
-Va a tener que tener una actitud distinta. Yo no dejo de tener la esperanza de que este gobierno reaccione y arme una mesa transversal y estén todos los actores que tienen que estar para que el que asuma en marzo no tenga que partir de cero y tenga una base. Porque los actores políticos de la región, los actores sociales, económicos, académicos, son los mismos, no van a cambiar con un nuevo gobierno y por lo tanto se podría hacer un trabajo desde ahora que permita que cuando llegue el próximo gobierno, que además vamos a saber este domingo cuál va a ser, tenga tiempo adelantado porque de verdad esto es urgente.
-¿Cómo se recupera la confianza y cómo se sienta a la mesa a quienes no lo quieren hacer?
-Creo que hay muchas ganas. Voy a hablar desde mi experiencia. No soy senadora por esa región, pero soy la presidenta del Senado y quiero decir que fue una tremenda gira. Nos faltó tiempo para reunirnos con más organizaciones, grupos, alcaldes, y nos comprometimos a ir de nuevo del 13 al 16 de enero y creo que es fundamental establecer que acá no está Impuestos Internos, no está aduanas, hay muchas cosas que hacer. Quizás por mi experiencia de trabajo pasado y por el hecho de conocer del aparataje estatal y de región, eso me da una ventaja para poder aportar con mucha sencillez y humildad, porque acá nadie se las sabe todas y nadie tiene la solución perfecta. Pero yo al menos me siento en la obligación de aprovechar este tiempo que me queda en el cargo de empujar un inicio de camino.
-El Gobierno envió 27 proyectos para discusión inmediata al Congreso. ¿Se alcanzará a aprobarlos?
-Mira, cuando el Gobierno te pone 27 discusiones inmediatas, la verdad es que no sabes cuál es la agenda. No sabes cuál es la prioridad del gobierno. Tiene una lista interminable de proyectos y discusiones inmediatas, y lo cierto es que quedan sólo seis semanas para poder abordar su agenda legislativa y si yo fuera Presidenta, pensaría en cuáles de estos son prioritarios como beneficios para la ciudadanía. Sólo como dato, se anunció la Pensión Garantizada Universal, que es lo mismo que la Pensión Básica Universal que estábamos pidiendo nosotros, y resulta que todavía no entra al Congreso. Y tiene que pasar por (la comisión del) Trabajo, pensemos que son súper rápidos, en una semana; luego tiene que pasar por Hacienda, una semana; lo votamos en el Senado y ya nos quedan tres semanas para que lo vote la Cámara. O sea, quizás tampoco logre sacar ese proyecto que es tan importante para la gente.
-Ni hablar de los otros 26…
-Yo lo que puedo decir es que nosotros acá en el Senado vamos a trabajar de la manera más seria y responsable posible sin presiones, porque ni el Senado ni la Cámara son un buzón. Haremos todo por sacar adelante proyectos que son importantes para los chilenos, pero necesitamos más claridad del Gobierno. El Gobierno nos tiene que decir en estas seis semanas cuáles son sus urgencias reales.