"Hay un tema político permanente con cierta forma de violencia, respecto de la cual se trata de obtener provecho"
Tras la histórica visita a Biobío del órgano redactor de la nueva Constitución, el doctor en Derecho analizó las temáticas abordadas con foco en el conflicto en Arauco, el estado de avance del proceso y las polémicas que rodearon los días previos a la visita, tanto sobre los costos del despliegue como la relación con la Universidad de Concepción.
felipe.cuevas@diarioelsur.cl
Con la Bahía de Talcahuano de fondo y el sonido constante de gaviotas y microbuses que repercute en las imponentes paredes del Palacio del Deporte, la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional sesionó los días miércoles y jueves de esta semana, en su inédita salida territorial a la Región del Biobío -la primera que realiza el órgano redactor de la Nueva Constitución- en sus casi cinco meses de trabajo.
Uno de sus protagonistas es el abogado y doctor en Derecho Jaime Bassa Mercado, que además es el vicepresidente del órgano constituyente, quien camina tranquilamente por los pasillos del remozado edificio tras el terremoto de 2010, antes de abordar las principales conclusiones que dejó la histórica visita a la Región, donde el órgano estuvo en más de 16 comunas y recibió sobre 140 audiencias.
"Ha sido una experiencia bien importante, bien potente. Me atrevería a decir que es la primera vez que un órgano, una institución de la envergadura de la Convención Constitucional, por su significancia política e histórica y por su tamaño, sesiona fuera del centro del país. Hemos desplegado un esfuerzo bien importante para desplazar a toda la Convención a trabajar fuera: esta no es una visita protocolar o institucional. Lo que hicimos fue generar espacios institucionales de trabajo, normales, regulares y ordinarios, pero fuera de Santiago", introduce.
Bassa expone que "lo que hemos hecho aquí es exactamente lo mismo que haríamos en Santiago, con el mismo estándar técnico, de participación, de apoyo logístico y administrativo que se requiere, pero en la Región del Biobío, con la gente de Concepción, Talcahuano, Lota, Los Ángeles, y ha sido una experiencia muy importante. Creemos que la descentralización en el país ha sido abordada desde una perspectiva demasiado administrativa, como si solo se tratara de configurar el mapa del país de una manera distinta, y no como lo que realmente debiera ser, a juicio nuestro, como una forma de redistribuir el poder político de una manera más equilibrada".
"Esa distribución no pasa por discursos bonitos, o anhelos ciudadanos, sino que por hechos, actos, acciones concretas de descentralización. Eso es lo que hemos hecho esta semana, estamos actuando de manera descentralizada, sesionando de manera ordinaria fuera del centro", añade.
-¿Qué le deja la Región del Biobío a la Convención Constitucional, en materia de propuestas y sobre todo reflexiones? Temas como la descentralización, cuidado medioambiental o interculturalidad se han repetido en las intervenciones durante esta semana.
-El centralismo en Chile es un fenómeno bien estructural y transversal, en el sentido que da forma y que configura y condiciona distintos tipos de relaciones políticas y sociales. No es un problema entre Santiago y Concepción, sino que existe dentro del Biobío, lo que hace que se viva de distintas formas dentro del país y sus territorios. Son demandas por participar en las decisiones políticas que surgen de contextos sociales, económicos y culturales distintos. Y por eso, para nosotros como constituyentes es tan importante venir a sesionar fuera del centro, porque nos permite conocer de primera mano cómo se vive el centralismo, y también generar ese efecto simbólico que tiene el traslado de una entidad compleja como esta.
Ahora, ¿qué nos deja específicamente? Primero, la identidad y forma en que el centralismo se vive en el Biobío, algo que solo podemos ver y escuchar aquí. Eso es clave, pero lo otro relevante es que la Región del Biobío y Concepción han sido uno de los pilares a partir de los cuales se ha construido la República, pensando en la importancia de la Región durante el siglo XIX, como eterna frontera. Las luces que trajo la Universidad de Concepción durante el siglo XX, la forma en que esa progresiva industrialización del país le dio forma a la Región, y como ese proceso muto a que esta sea una región más de servicios, que se repite en otras regiones con otros colores, otros tonos. Eso transforma la vida cotidiana, las relaciones sociales, el trabajo que le da forma a la vida individual, familiar y social. Y eso, hay que verlo, vivirlo y recibirlo de la gente que lo siente. Para eso es clave entender que esta no es una visita protocolar; vinimos a trabajar.
VIOLENCIA EN ARAUCO
-En el pleno de apertura se dedicaron varios minutos a abordar las implicancias de la violencia rural que se vive en la provincia de Arauco, lo que derivó en que un grupo de convencionales UDI se descolgaran de la agenda oficial de actividades para visitar Cañete y Contulmo y reunirse con víctimas de violencia. ¿Qué opinión le merece aquello?
-La constituyente fue elegida precisamente para esto, para escuchar a la ciudadanía, pero a toda la ciudadanía. De esa perspectiva, a mí me parece muy bien que haya sectores de la Convención que desplieguen esa capacidad de escucha activa y comprometida con todos los sectores de la sociedad civil que sufren abusos, que tienen vidas precarizadas, que se encuentran al otro lado de una sociedad marcada por la mercantilización de la vida y por muchas formas de inseguridad. No veo nada negativo que haya un grupo de constituyentes que se haya descolgado de las actividades oficiales para realizar una agenda de participación ciudadana, porque es parte del mandato que tenemos.
-¿De qué forma ustedes como órgano entienden la violencia al sur del río Biobío, considerando que existen distintas miradas relacionadas al conflicto, tanto desde la violencia armada y también de las reivindicaciones históricas?
-Efectivamente, hay un tema permanente con cierta forma de violencia respecto de la cual se ha tratado de obtener provecho político. Hay ahí una forma de politización de la vida y la muerte, del conflicto que atraviesa al pueblo mapuche y al Estado de Chile, que no sé si ha sido llevado adelante de la mejor manera. La Constituyente se ha visto atrapada por aquello, y muchas veces da la impresión de que hay más ánimo de obtener provecho político del conflicto que estamos viviendo que de solucionarlo. Una muestra de ello es esta constante interpelación a la Convención a que se pronuncie condenando la violencia, en circunstancias que hemos condenado la violencia cada vez que hemos podido, en nuestro reglamento de ética, en nuestras declaraciones, yo personalmente, la presidenta personalmente.
A pesar de aquello, pareciera que hay un sector del país, representado en la Constituyente, que o no quiere escuchar esas condenas porque no les conviene o lo que sea, o no las puede escuchar, porque no reconoce el lugar de enunciación desde el cual nosotros hablamos. Ese matiz es clave para entender la profundidad del problema y lo difícil que ha sido encontrar una solución.
-En las comisiones que sesionaron en la zona y durante el trabajo de la convención estos meses se ha discutido largamente sobre plurinacionalidad, violencia rural y reconocimiento constitucional...
-Exacto. Por lo pronto, por ejemplo, acá en Talcahuano han ocurrido cosas interesantes, como la conmemoración del Día contra la Violencia de Género, donde se presentó una propuesta de norma constitucional por un grupo de mujeres constituyentes expresamente contra la violencia de género. Pero también la comisión de Régimen Político, en la que participo, inició la discusión en torno al reconocimiento constitucional de los pueblos originarios y el carácter plurinacional del Estado. Y eso marca el contenido y la discusión constituyente, y cómo los conflictos sociales que arrastramos forman parte de esa discusión.
El reconocimiento constitucional es una cuestión que se viene arrastrando de hace mucho tiempo, Chile es el único país de América Latina que no reconoce constitucionalmente a sus pueblos originarios y junto con ello hay que generar las condiciones institucionales que permitan el diálogo intercultural, cuestión que atraviesa a distintas comisiones, y estará permanentemente presente en la discusión. Uno esperaría que los distintos sectores que tienen representación en la constituyente y tienen una preocupación genuina por estos temas, desde la perspectiva que sea, tuvieran más capacidad de escucha y no solo capacidad de interpelación.
LOS TIEMPOS DE LA CONVENCIÓN
-Considerando el escenario actual que vive el país y los plazos de trabajo que maneja la Convención Constitucional, ¿de qué forma evalúa el ritmo de trabajo que lleva el proceso constituyente?
-El trabajo que hemos realizado hasta ahora ha ido cumpliendo estándares bien interesantes en materia de eficacia, en el sentido de cumplir las etapas y plazos propuestos. Y, sobre todo, darle continuidad al proceso. Es muy importante establecer y reconocer que aprobamos los reglamentos tempranamente en agosto y septiembre, y ya son implementados regularmente. Durante octubre aprobamos el cronograma de trabajo, que contempla una serie de etapas y procesos que se están llevando adelante y cumpliendo satisfactoriamente, y que prevén que la Convención termine su trabajo a mediados de junio. Lo establecido en el cronograma se ha cumplido, con los mecanismos de participación ya andando, el sistema de audiencias públicos ha funcionado bien y los participantes han perfilado los márgenes bajo los cuales se trabajará la nueva Constitución. Hay buenas razones para pensar que los meses siguientes serán de trabajo fructífero y provechoso, y que nos permitirán cumplir con los plazos informados a la ciudadanía.
-El trabajo de la convención está marcado por el escenario electoral que ha generado un cargado año con elecciones, entre ellas la presidencial y el retraso en su puesta en marcha. ¿De qué forma la Convención Constitucional podrá garantizar su óptimo funcionamiento a la ciudadanía, sin que aquellos elementos externos impacten?
-El proceso constituyente estaba pensado para terminar originalmente dentro del actual periodo presidencial, y la pandemia ha generado una cuestión anómala en la historia de los procesos constituyentes, que es que en el medio haya elecciones generales. Eso es una rareza que nos tomamos con mucha responsabilidad, sabemos que con total independencia de quien ocupe el cargo de Presidente de la República, la Convención Constitucional tiene que cumplir con el mandato que le entregó la ciudadanía. Tenemos un compromiso inquebrantable; nosotras (sic) vamos a llevar adelante este trabajo garantizando la continuidad del proceso constituyente, considerando que en el medio hay cambios de los poderes constituidos. Eso se hace manteniendo el cronograma de trabajo y llevando adelante con normalidad las tareas que le da forma al trabajo de la convención. El trabajo esta semana se ha llevado adelante a pesar del resultado de las elecciones, porque en realidad para la Convención Constitucional el resultado debiera ser irrelevante.
-Es necesario un balance desde el financiamiento que tuvo esta visita, con apoyo logístico del Gobierno Regional, de los municipios y las fuerzas vivas de la Región, principalmente por las críticas que se realizaron al costo del viaje. Según su mirada, ¿valió la pena disponer los recursos para el traslado a Biobío?
-Nosotros hemos destinado recursos a la participación ciudadana que nos parece dan cuenta del eje primordial que tiene el proceso constituyente, que surge desde la ciudadanía y que tiene de alguna manera que dar cuenta del mandato popular recibido, generar condiciones para garantizar mayores derechos, mejorar las condiciones de vida. Y esos esfuerzos requieren trabajo, y hay mucho detrás de un despliegue como este, trabajo de los equipos técnicos que apoyan el sistema de transmisión, de secretariados para cada comisión, los traslados de las y los constituyentes, y todo ese trabajo debe ser reconocido y remunerado. En ciertos sectores de la ciudadanía hay sorpresa respecto a los gastos en los que incurre la Convención Constitucional, pero se olvidan que esto nunca antes nadie lo había hecho. Ningún órgano de representación popular en la historia de Chile se había desplazado fuera del centro para sesionar de forma regular. Creo que ese dato es súper relevante, porque no hay punto de comparación. Y vale la pena preguntarse por qué hay tanto interés en desprestigiar lo que se está haciendo desde la perspectiva del gasto, cuando ese gasto es necesario para remunerar todo el trabajo detrás.
-¿En qué pie está su relación con la UdeC y con el rector Carlos Saavedra? De público conocimiento fue el conflicto que sostuvieron por el rol que el plantel jugaría en la visita de la Convención. Incluso, el rector dijo que conversó con usted "sobre los roles que juegan cada uno".
-Hubo una serie de malentendidos en torno a la salida de la Convención a la región y la posibilidad de sesionar o tener actividades en la UdeC. Nosotros no tenemos ninguna objeción a la UdeC, reconocemos las luces que ha traído a la República y el foco de investigación, colaboración, conocimiento, integración y cohesión social que es en esta gran zona del país. Con el rector hemos tenido una serie de conversaciones para aclarar los malentendidos, que la constituyente no quería desconocer el mérito o incluso entrometerse en sus decisiones, pero también coordinar las actividades que tuvimos esta semana con ellos, que fueron muchas. Se instaló de manera artificial, en parte por responsabilidad nuestra, pero también por la sobrereacción de ciertos medios o ciertas personas en torno a los matices que queríamos poner para analizar todos los antecedentes antes de tomar una decisión. Se terminaron enredando las cosas, pero del principio el diálogo con el rector fue muy fluido. Él fue a la constituyente, se reunió con nosotras, he estado en permanente contacto con él, y tengo muy buenos vínculos con académicos de la universidad, como Ximena Gauché, Amaya Álvez, o Fabián Huepe.
"Hubo malos entendidos respecto a la visita de la Convención"
Jaime Bassa es doctor en Derecho y académico de la Universidad de Valparaíso. Desde mediados de año es vicepresidente de la Convención Constitucional.