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Todos los y las constituyentes están estudiando y tratando de hacer de la mejor manera su trabajo. Partamos de un predicamento, las elecciones las ganó la izquierda. La ciudadanía le dio un mandato fuerte a la izquierda para el proceso constituyente y a nosotros nos dio uno de minoría y sobre la base de eso debemos comenzar a trabajar y construir.
-Se habla mucho de las dos almas de la derecha. ¿Usted lo cree así?
-En todos los sectores políticos hay estilos y énfasis distintos. Nadie me puede decir que la izquierda no tiene diferentes visiones, miradas, énfasis respecto de lo que consideran lo correcto para el desarrollo del país. En nuestro sector pasa exactamente lo mismo, si no seríamos un regimiento. Entonces, parto por desdramatizar que existan dos, tres, cuatro grupos dentro de la Convención que representen ideas de centroderecha. Como también hay cuatro, cinco o seis grupos que representan ideas de izquierda y no todas piensan lo mismo. Evidentemente para las grandes definiciones se producen alineaciones y votaciones más o menos similares, pero yo creo que lo más normal y lógico es que existan estos diferentes grupos porque permiten mayor coordinación, mayor oxigenación, permiten mejores y más ideas sobre la mesa. Son estilos distintos y, por lo demás, si no fuera así tendríamos un partido único y nunca lo hemos sido.
-¿Afecta a la Convención que en paralelo corra una disputada carrera presidencial?
-No he visto la campaña presidencial instalada en la Convención. Hay trabajo más que suficiente en la Convención como para distraerse con la campaña presidencial. Todos los constituyentes han sido prudentes, porque además no hay tiempo. Pero otra cosa que sí es importante es qué actitud van a tomar los que vayan a gobernar en un par de meses. Yo espero espero que cualquiera que gane vea en el proceso constituyente algo que le va a dar estabilidad al país y que contribuya a eso, porque además ese gobierno va a tener que implementar lo que se vaya resolviendo.
-Los candidatos prácticamente no han hablado del tema.
-Yo echo de menos eso. Echo de menos una definición política del futuro presidente o presidenta de Chile frente al proceso constituyente, porque van a asumir en marzo, cuando queden tres meses de trabajo. Yo esperaría que su intención sea colaborar, no interferir. Interferir, llevarse la Constitución para La Moneda a mi juicio sería un error histórico. Lo que requiere la ciudadanía hoy es el cambio, pero también estabilidad. Y esa estabilidad la tiene que dar el proceso constituyente, pero el Gobierno también. Yo creo que a este gobierno al principio le costó acomodarse, mi gobierno, del cual formé parte, y a todos nos costó. Pero hoy se ve una relación madura, institucional, de respeto recíproco, y que ha ido caminando de muy buena manera. Recordemos cómo partió y cómo está ahora la relación Gobierno-Convención. Esa es la actitud que debe tener el que venga.
-¿Cómo evalúa a la mesa?
-Yo creo que hay luces y sombras. En lo administrativo, bien, porque literalmente partimos en un jardín, con una desconfianza brutal, con pandemia y desde la nada tuvimos que empezar a sesionar, conocernos, elaborar un reglamento, confiar en un secretario. Y todo eso lo indujo fuertemente la mesa y eso hay que reconocerlo. En lo administrativo ha cuajado bien. Pero yo creo que en lo político y en lo que dice relación con participación ciudadana, involucramiento de la ciudadanía, estamos todavía al debe. Creo que la mesa tiene que hacer un esfuerzo mayor para provocar el diálogo, el entendimiento y generar relaciones políticas que permitan ir tomando definiciones que generen mayoría. La mesa tiene que jugar un rol ahí. No solo de árbitro, sino que tiene que contribuir a que el proceso termine bien. Y también creo que se está al debe, y hay que empujarlo fuertemente, en cómo involucramos a la ciudadanía en la constituyente. Porque todos hablamos de participación y sabemos de algunas medidas que se están implementando, pero yo creo que se requiere mucho más músculo y fuerza en empujarla.
-¿Qué tema le gustaría priorizar?
-Yo aspiro sinceramente a que comencemos a conversar desde ya sobre un estado regional, con una descentralización efectiva no solo en lo administrativo, como es hoy, sino también en lo político y en lo fiscal. Cuando digo político digo ¿qué tiene que hacer un delegado presidencial compartiendo funciones con un gobernador que lo elige la gente? Evidentemente, debe haber cierta economía fiscal para que ciertos impuestos se cobren y queden en las regiones. Y esto debe ir de la mano con gobiernos locales fuertes, con mucha democracia directa. Hay que empoderar a la ciudadanía para que ayude a tomar mejores decisiones en su comuna. Hay que dar un paso profundo en manera de descentralización, porque esto es como el cuento del tío, todos lo dicen, pero no se concreta. Esta es una tremenda oportunidad para hacerlo.
"Creo que la mesa (de la Convención) tiene que hacer un esfuerzo mayor para provocar el diálogo, el entendimiento y generar relaciones políticas que permitan ir tomando definiciones que generen mayoría".