En el año 1962 se crea la serie de dibujos animados Los Supersónicos. En ella, la familia Sónico vive en el año 2062, proyectando la "ciudad" del futuro. Los habitantes de esta ciudad viven en casas suspendidas en el aire, completamente automatizadas. Se suben en sus "aero-autos" diseñados a su medida, y se desplazan a sus oficinas que están también suspendidas en el aire.
De alguna manera, si uno quisiera comprender una "planificación" de esta ciudad, podría entenderse, en términos simples, como una planificación en torno a "objetos" dispuestos en el aire.
Desde un punto de vista urbano, este aire es inconsistente. Si uno quiere detenerse en cualquier punto y bajarse, y hacer algo tan cotidiano como caminar, simplemente no puede.
De alguna manera, nuestras ciudades contemporáneas han desarrollado un aire inconsistente, muchas veces centrados en el diseño y desarrollo de piezas específicas, con autos y autopistas modernas, que nos conducen de un punto "A", totalmente diseñado, a un punto "B", totalmente diseñado. Pero, ¿qué pasa entre ambos puntos?
Cómo es la consistencia de las veredas, desde su dimensión, su espacialidad, su interacción con los edificios y entre ellas. Cómo es la consistencia de las veredas de nuestras ciudades simplemente para caminar. Cómo es la consistencia de las plazas, cuando las hay, o de un parque, simplemente para encontrarse.
Sin duda, Concepción históricamente ha diseñado este aire, y le ha dado consistencia en varios de sus puntos, principalmente en su centro. El sistema urbano del Parque de la Universidad de Concepción, Plaza Perú, la Diagonal y Barros Arana, es consistencia pura. El Parque Ecuador. La calle Chacabuco. Las galerías del centro. Son espacios con carácter.
Y muchas de nuestras caletas o bordes costeros son de un aire consistente.
A su vez, ha habido proyectos importantes en los últimos años, que se han convertido en espacios urbanos significativos para nuestra ciudad, como el Parque Laguna Lo Galindo, al costado de la avenida Alonso Rivera, potenciando la geografía del cerro y del agua, y entregando una dimensión humana a la ciudad; también el Centro Cívico de Boca Sur, que provoca un encuentro e interacción social relevante para un barrio que carecía de esta consistencia.
Sin embargo, aún hay muchos desafíos importantes. El Mercado Central de Concepción, la ribera norte del río Biobío, los barrios periféricos, pero, fundamentalmente, lograr consistencia en las diversas comunas que componen el área metropolitana y carecen de espacios públicos relevantes.
Más allá de intervenciones puntuales, hay que pensar sistemáticamente el proyectar una ciudad que garantice una consistencia de aire en su territorio; desde sus veredas, esquinas, asomos, plazas y parques, y de una manera equitativa.
Si bien el diseño de edificios y los sistemas de transporte son muy importantes en la discusión urbana, la consistencia del aire es fundamental. Podremos cambiar el diseño de los edificios, podremos cambiar los sistemas de desplazamiento, pero el día que dejemos de caminar nuestra ciudad, por la inconsistencia del aire, es porque ya no estaremos habitando una ciudad, sino, simplemente objetos.