Secciones

  • Portada
  • Opinión
  • Actualidad
  • Nacional
  • LOS NEGOCIOS SON NOTICIA
  • Economía y empresas
  • Tendencias
  • Deportes
  • Clasificados
  • Defunciones
  • Página del lector
  • Espectáculos
Marcos Rivas, presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile, Asech:

"Lo que esperamos de los candidatos no son solo los discursos, sino que se vistan de pymes"

El líder de uno de los gremios más golpeados por la crisis económica pide "borrón y cuenta nueva" para evitar quiebras, revela las dificultades del sector con el centralismo y los bancos, y les pone tarea al Gobierno y a los postulantes a La Moneda.
E-mail Compartir

Por Mauricio Ávila C.

Que las pymes y los emprendedores son el corazón de la economía es algo que todos los candidatos pregonan en sus campañas. También es motivo de preocupación desde el Gobierno, que ha ofrecido bonos y préstamos "blandos" a quienes intentan mantener de pie sus negocios tras el estallido social y la pandemia. Pero Marcos Rivas, presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), dice que la realidad es otra.

Para este ingeniero comercial y líder del gremio desde el año pasado, muchas de estas proclamas de los candidatos no se cumplen en el tiempo. "La verdad es que no hay real convicción de que Chile es un país emprendedor. Solo son discursos populistas para la galería. Siete de cada 10 chilenos trabajan en una pyme, entonces, cuando los políticos, los candidatos que se transforman en presidentes, no ejecutan sus promesas, solo demuestran que no era una convicción. Nosotros estamos pidiendo que de una vez por todas se empareje esta cancha", pide.

-¿A qué se refiere con esto?

-En Chile es tremendamente difícil emprender. Te voy a dar un dato. Estuvimos conversando con Chile Compra y el Estado compra cerca de 11.300 millones de dólares a distintos proveedores. Hoy las pymes representan el 59% de esas ventas. Pero en las modificaciones que se mandaron al Congreso de ahora en adelante la principal variante tiene que ser precio, porque hay que "hacer más eficiente el gasto público". A mí me parece fantástico eso en el papel, pero cuando la variable precio es la predominante, segmentas de inmediato a que solo puedan acceder las grandes empresas y las multinacionales, porque tienen las economías de escala para ser proveedores del Estado y acceder a negocios que las pymes no pueden. Ellos sí pueden pagar las boletas de garantía y una serie de cosas que una pyme o emprendedor no puede.

Entonces, la pregunta es si independientemente del rol del Estado de hacer más eficiente el gasto público no sería más interesante que diera señales de equidad, más que la variable solo precio, y que les dijera a todos los chilenos no solo estoy viendo el gasto público, sino que también generando equidad en el gasto. Cuando un gobierno, una coalición política ejecuta estas políticas la pregunta que uno se hace es si realmente creen que el emprendimiento y las pymes son el motor económico del país. Nosotros creemos que los candidatos presidenciales no solo deben parecerlo, sino serlo. Es decir, no solo tienen que decir que van a ayudar a los emprendedores y que el emprendimiento y que las pymes son importantes, sino que cuando sean presientes, y nosotros vamos a estar monitoreando, actúen con políticas públicas que se condigan con el discurso y que realmente emparejen la cancha para las pymes en burocracia, en alternativas de financiamiento que, por ejemplo, el Estado sea el principal comprador de pymes y emprendedores. Lo que esperamos de los candidatos no son solo los discursos, sino que se vistan de pymes. Yo no he visto ningún programa con políticas públicas concretas que vayan a solucionar la disparidad de cancha. Sólo hablan generalidades.

-¿Qué más esperan?

-Hay varias soluciones que hemos propuesto y que hemos presentado a los candidatos presidenciales. Uno de los temas tiene que ver con la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento. Hoy la ley no tiene un acápite pyme. Estamos en la peor crisis económica de los últimos 100 años y hoy para una pyme es costoso y burocrático acogerse a esta ley. Tiene un costo aproximado de entre 8 y 11 millones de pesos en trámites y hoy hay empresas que están quebrando por esa plata o por menos. El Ejecutivo presentó una modificación a esa ley, pero no tenía consideraciones pyme. Nosotros creemos que debiera tener indicaciones que permitan que las micro y pequeñas empresas puedan afrontar mejor estos procesos. Propusimos por ejemplo que se asignara un presupuesto especial para que existiera una defensoría legal de los emprendedores, de modo que estos emprendedores o pymes que no pudieran acogerse a la ley, por tema de costos, pudieran hacerlo a través de una defensoría pública. También propusimos un plazo, por ejemplo, diciembre 2022, hasta cuando de forma extraordinaria se pudieran acoger la mayor cantidad de pymes y emprendedores con problemas de insolvencia y que tuvieran un tratamiento distinto de insolvencia al de un período normal, en un régimen normal de economía.

La idea es que todas las empresas que no van a poder pasar esta crisis, porque están profundamente endeudadas, puedan hacer un borrón y cuenta nueva y puedan reemprender, porque este es un contexto de una crisis única crisis en los últimos 100 años. Todos los préstamos están con seguros, son deudas que los bancos pueden liquidar y recuperar, pero los emprendedores cuando se acogen pierden todo. También tenemos una medida que vamos a proponer a los candidatos presidenciales, que es crear un fondo de garantía de los pequeños empresarios, para los que emprenden en los primeros cinco años y puedan acceder a créditos con tasas muy bajas y con garantía estatal del 80 o 70%, de manera que haya mayor reactivación y que sea más simple el acceso al capital.

-¿Créditos con aval del Estado?

-Hoy las alternativas de financiamiento son la deuda en las instituciones financieras, que significan el 54%. En EE.UU. representan el 13% porque hay una serie de alternativas de financiamiento distintas que en Chile no hay. Todo se remite al banco y la deuda, y ocurre que en los 3 o 5 primeros años es muy difícil que los bancos te presten plata. El capital propio sigue siendo el 30% de las alternativas de financiamiento que ocupan los emprendedores. Creemos que es fundamental poner el foco en un fondo que sea exclusivo para recuperación del emprendimiento y que esté garantizado por el Estado.

-Se habla de indicios de pronta recuperación económica. ¿Es así para su sector?

-Todos los indicadores macro indican que sin duda hay una mayor liquidez que está dada por los subsidios y bonos que ha dado el Gobierno y por los retiros del 10%. Sólo los retiros inyectaron entre 40 y 50 mil dólares, y hay mucha liquidez en el mercado. Ahora, según la Asociación de Bancos, en una pirámide invertida cerca del 80 u 85% de ese dinero, según conversaciones informales que hemos tenido, está en los bancos. Los bancos están extremadamente líquidos, porque la gente de mayores recursos hizo uso de los retiros y los guardó. La gente que necesitaba más recursos, que estaba más complicada, obviamente los ocupó y la de más escasos recursos sacó todo su dinero y ocupó una parte importante. El que se ha visto más fortalecido es el retail, pero no necesariamente esta misma liquidez se ha volcado a otros. Por ejemplo, a los sectores de la entretención, del ocio, los gimnasios, los aforos no les dan para generar la liquidez prepandémica.

-Se criticó en su momento que las medidas de apoyo económico eran muy centralistas, sin una mirada regional. ¿Está de acuerdo?

-La Araucanía, Ñuble y Tarapacá están dentro de las tres regiones con más pobreza del país. Y lo mismo pasa con las pymes y emprendedores, que se enfrentan a lo mismo y con los sesgos de regiones. Los apoyos bancarios son mucho más conservadores en regiones que como pueden hacerlo en Santiago. Creemos profundamente que el talento se reparte parejo en todo Chile. Pensar que todo el talento está en la Región Metropolitana es absurdo. Creemos que el emprendimiento es el mejor vehículo de movilización social y para ello hay que potenciarlo.

-Se ha hablado de eliminar las exenciones tributarias, que se ven como un privilegio de grupos que las obtuvieron por presiones. ¿Cómo les afectan a ustedes?

-Las pymes generan el 48% del empleo y con el informal llegamos al 70%, pero solo aportamos cerca del 14,8% del PIB -antes de la pandemia; hoy seguro es menos-. Desde nuestra mirada, no es un buen momento. Hoy con las medidas de recuperación económica todo suma, pero no es momento de agregarles más costos a las pymes y emprendedores. Hoy la realidad es que un sector que genera casi el 50% del empleo está muy delicado de salud y necesitamos robustecerlo y cuidarlo.

Opinión

El regreso de la inflación

E-mail Compartir

En octubre de 2019, un extenso reportaje en la revista The Economist anunciaba "El Fin de la Inflación". La independencia de los bancos centrales y el uso de la política monetaria basada en metas de inflación permitió que, a partir de los años noventa, la mayoría de los países desarrollados y algunos en vías de desarrollo -como Chile- pudieran controlarla, al punto que se sugería que "había perdido significado como indicador económico". De hecho, en algunas economías industrializadas como Japón, el mayor problema parecía ser la deflación (caídas en el nivel de precios).

Poco más de un año más tarde, en diciembre de 2020, la misma revista se preguntaba en su portada: "¿Retornará la inflación?". Una pregunta similar se hacía el periódico Financial Times en mayo de este año. Es evidente que la inflación está de vuelta en los debates de política económica en todo el mundo y Chile no es la excepción.

Durante más de un siglo, la inflación fue uno de los problemas centrales de nuestra economía, al punto que era un caso de estudio a nivel mundial. Theodore Shultz, Premio Nobel de Economía en 1979, señalaba en 1956 que, "El PIB en Chile puede bien estar un cuarto o un quinto por debajo de lo que se esperaría dados los recursos del país si no fuera por su inflación crónica y la mala asignación de los recursos".

A mediados del siglo XX, la reducción de este indicador era una de las promesas clásicas en periodo de campañas electorales, cada nuevo gobierno intentaba establecer programas explícitos para reducirlo (por ejemplo, la misión Klein-Sacks), sin que ello tuviera impacto más allá de uno o dos años. Es así como, entre 1931 y 1970, en Chile alcanzó un promedio de 23,5%.

Tanto el programa de gobierno de la Unidad Popular, como "El Ladrillo", coincidían en identificar a la inflación como uno de los principales males de la economía chilena (si bien proponían métodos completamente diferentes para atacarla). ¿El resultado? Una cifra promedio superior al 600% en 1973 y resultados sistemáticamente por sobre los 2 dígitos entre 1975 y 1989.

Sólo a partir de 1990 Chile inicia un camino de reducción de la inflación. Sin duda, la autonomía del Banco Central (establecida en su Ley Orgánica Constitucional de 1989), ha sido un factor muy relevante en este éxito. Su mandato es claro: "Velar por la estabilidad de la moneda…". ¿Los resultados? Desde 1994, nuestro país no ha vuelto a presentar un crecimiento anual de los precios superior al 10% y la inflación promedio en la última década alcanza un 3,1%.

Hoy, nuevamente la inflación aparece en el radar de los problemas económicos. La decisión del Banco Central de enfrentarla con un alza de la tasa de interés de política monetaria ha sido objeto de fuertes críticas en algunos sectores políticos.

El Banco Central no es infalible. Sus decisiones, pueden (y deben) ser criticadas y analizadas. Sin embargo, empezar a suponer motivos ocultos y teorías conspirativas en sus decisiones y minimizar los costos y riesgos que implica un alza en la inflación, solo contribuyen a socavar la confianza pública en una institución que ha mostrado en los hechos ser sumamente exitosa en su misión, y que ha permitido que para las generaciones más jóvenes la inflación sea similar a la viruela: una enfermedad olvidada. No arriesguemos un rebrote de esta enfermedad que tanto daño causó a Chile.

Gonzalo Islas Decano Facultad Ingeniería y Negocios UDLA