Segunda vuelta en elección de gobernadores
Este domingo 13 de junio, en trece de las dieciséis regiones del país se realizará la segunda vuelta de las elecciones de gobernador o gobernadora regional, entre ellas, en nuestra Región del Biobío. Este es un cargo que se elige por primera vez en nuestra historia, y esas autoridades serán encargadas de administrar recursos económicos de decisión local, de acuerdo con las necesidades de sus respectivas zonas, pero también tendrán la responsabilidad de elaborar políticas de desarrollo para la su territorio.
La definición será entre los candidatos que, sin haber alcanzado el porcentaje de los votos que se requerían en la jornada de los días 15 y 16 de mayo, obtuvieron las primeras mayorías. En el caso de nuestra región, en el balotaje participan el independiente Rodrigo Díaz Worner y la postulante de Chile Vamos Flor Weisse Novoa.
De acuerdo con el padrón electoral de Chile, el 51% de los ciudadanos habilitados para concurrir a las urnas son mujeres, mientras el 49% corresponde a hombres. No obstante, de acuerdo con un estudio del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello, sólo un 17% de quienes compiten en las elecciones de este domingo 13 son mujeres, y el 83% restante son hombres.
El buen desarrollo de este proceso político es fundamental y la figura del gobernador -y su éxito- permitirá que las regiones decidan su propio destino, en el entendido que son estos ciudadanos los que mejor conocen sus potencialidades y debilidades. Pero hay que insistir en que Chile no será desarrollado y no alcanzará ese estado si es que no se consigue una descentralización real, y por eso es muy positivo que los territorios elijan a sus representantes, que deberán responder ante la ciudadanía y sus electores, a diferencia de los intendentes actuales que son designados por el Presidente de la República de turno.
Por eso, con todas las dificultades, Chile debe pasar a mayores grados de descentralización, respetando su carácter de país unitario. Educación, ordenamiento territorial, rentas regionales, salud, vivienda, entre otros, son aspectos que deben ser priorizados a nivel local y eso puede empujarse desde una autoridad regional que elegida con los votos tendrá fuerza para ello. Hay que generar poder en las regiones, que están preparadas para ello, que tienen condiciones para mejorar su estándares, que tienen recursos para mejorar la vida de sus habitantes, un espacio donde existen las condiciones económicas y sociales para construir un diseño interesante de desarrollo.
El camino hacia una mayor descentralización que se materializará con la elección de gobernadores este domingo es un hito relevante, pues las regiones pasarán de ser efectos de una visión político- administrativa de otro momento, a asumirse como entidades de desarrollo. Se trata de una transformación sustantiva de la manera en que disponemos el territorio, considerando una concepción distinta acerca del rol del Estado. Significa que el presidencialismo deberá ceder parte de su poder, para que las regiones tengan mayor responsabilidad en tomar sus propias decisiones.
Esta es una oportunidad y un desafío que deben enfrentar los electores y por ello mismo es que resulta muy importante que la ciudadanía concurra a los centros de votación, para expresar su decisión y ser parte de este momento histórico. Lo peor que podría ocurrir es que el electorado se marginara de estas definiciones, pues un gobernador o gobernadora con mayor cantidad de sufragios tendrá más peso al momento de liderar las acciones que se requieren para impulsar el desarrollo de la Región del Biobío.
La segunda vuelta electoral es una oportunidad que tenemos los ciudadanos para trazar nuestro camino y de consolidar la descentralización. Es cierto que la elección directa de los futuros líderes regionales no es la panacea para el desarrollo y tampoco se trata del final del camino, pero es un paso i,portante para lograr ese objetivo.
Esta es una oportunidad y un desafío que deben enfrentar los electores y por ello resulta muy importante que la ciudadanía concurra a los centros de votación, para expresar su decisión y ser parte de este momento histórico. Lo peor que podría ocurrir es que el electorado se marginara de estas definiciones.