Aumento de los robos de vehículos
El robo de vehículos es uno de los delitos que más ha aumentado en la última década, tal vez por el gran crecimiento del parque automotor, porque las bandas los usan para cometer otros ilícitos o bien porque las sanciones no han sido suficientes. Algunos de estos delitos ocurren por la acción conocida como "portonazo", que se ha acentuado en los últimos años y se ha hecho más violenta, e incluso ha dejado víctimas fatales y ha puesto en riesgo la seguridad de adultos y niños.
De acuerdo a las estadísticas de la Dirección de Análisis Criminal de Carabineros (DAC), el año pasado se cometieron 13.425 robos con violencia de vehículos en todo el país, en acciones comúnmente llamadas "portonazos", "encerronas" o "abordajes". El 89% de ellos se registraron en la Región Metropolitana. No obstante, los robos no portonazos son muchos más, porque los autores vulneran las cerraduras para sustraer especies fácilmente transables en el comercio ilegal, como vestuario, celulares, notebook, rueda de repuesto, radio o herramientas. La mitad de los asaltos violentos ocurrieron en los primeros meses del año pasado, sin embargo, en mayo estos hechos comenzaron a disminuir, lo que coincidió tanto con el endurecimiento de las restricciones sanitarias para enfrentar la pandemia, como con una estrategia de la policía uniformada para prevenir estos delitos, con un plan que involucra a unidades especializadas.
Hace unos días, el Servicio de Búsqueda y Encargo de Vehículos de Carabineros dio a conocer que recuperó dos automóviles que habían sido robados en la Región Metropolitana y que fueron trasladados a esta zona, donde los ocupantes asistían a un funeral en San Pedro de la Paz. En la Región del Biobío, el año 2018 se registraron 2.283 encargos de vehículos, aunque el 85% de ellos fueron recuperados y devueltos a sus dueños, aunque hay que considerar que en muchos casos se les habían extraído piezas importantes o resultaron muy dañados.
Se desarrollan frecuentes campañas de prevención para que los automovilistas adopten medidas de seguridad. A la vez, se acentúan las fiscalizaciones a las desarmadurías y locales de compraventa, para cerciorarse de la procedencia de las partes y piezas que se comercializan. Muchas veces los delincuentes llevan el vehículo a lugares alejados para desvalijarlo o para salir de juerga. Una parte de los automóviles robados en nuestra Región se utilizan para "carretear", mientras que también se dan casos en que usan para luego cometer asaltos.
La policía ha recomendado prevención a los conductores, considerando que hay automóviles que no cuentan con elementos de seguridad, que son dejados en lugares oscuros, a veces con las puertas sin seguro y con especies a la vista en el interior, lo que es un incentivo para los ladrones. Hay conductores que se estacionan en segunda fila para bajarse a comprar y al volver se dan cuenta de que no está el auto. O dejan el motor funcionando mientras van a cerrar la puerta del estacionamiento de su casa.
Los delincuentes actúan muy rápido, se demoran sólo minutos es realizar los "portonazos", por lo que los conductores deben estar siempre preparados y atentos para disminuir las posibilidades de ser atacados. Por ello, se sugiere incorporar en el vehículo un GPS, que permitirá al afectado acceder a información actualizada sobre la ubicación y los recorridos del automóvil, a través de la aplicación para teléfonos o tablets.
En julio de 2019, se promulgó la Ley Antiportonazos, que endureció las penas para el robo de vehículos y castiga con más fuerza el uso de violencia en estos ilícitos. Sin embargo, ninguna medida será cien por ciento segura, por lo que los automovilistas deben tomar las medidas preventivas para evitar que las condiciones sean propicias para estos asaltos, recordando que el viejo adagio señala que "la ocasión hace al ladrón".
El año pasado se cometieron 13.425 robos con violencia de vehículos en el país, en acciones llamadas "portonazos", "encerronas" o "abordajes". Pero los robos no portonazos son muchos más, porque los autores vulneran las cerraduras para sustraer especies fácilmente transables en el comercio ilegal.