En términos de salud mental, desde que comenzó la pandemia en el 2020, hemos visto un aumento considerable a los ya existentes y numerosos cuadros y sintomatologías relacionadas con ansiedad, angustia, miedo, depresiones y suicidios infantiles, así como los índices de violencia intrafamiliar se han disparado, al igual que el nivel de deserción escolar.

También fuimos testigos del colapso y la reinvención de los docentes y las metodologías educativas, con la necesidad de introducir la educación no presencial, aprendiendo nuevos métodos y aprovechando muchos de los recursos que hoy la tecnología nos pone a la mano.

Los padres -a su vez- están, ellos mismos, soportando sus propias vicisitudes emocionales, no siempre contando con las herramientas necesarias para sobrellevarlas de manera exitosa.

Está claro que los más golpeados y rezagados son nuestros niños. No ir al colegio, uno de los efectos negativos más importantes que trajo la pandemia para ellos, impacta no solo a nivel de aprendizajes, sino y principalmente en su desarrollo socioemocional. Con todo esto, se hace imprescindible abordar estas temáticas en los diferentes ámbitos, como lo son la escuela y hogares, así como con los diversos agentes significativos para los niños: los docentes, padres y cuidadores.

Aprender todos y convertirnos en expertos en el desarrollo de habilidades socioemocionales.

¿Pero dónde se aprenden estas habilidades? ¿Como se desarrollan? ¿Quiénes cuentan con esos superpoderes? Me gusta nombrarlos así: superpoderes, porque estos nos ayudan a crecer, a superarnos, a no quedarnos estacados, a enfrentar con mayor éxito la adversidad….

Lo mejor de todo, es que todos podemos desarrollarlos, con la adecuada educación socioemocional que se imparta desde los niveles más inferiores, en todas las instituciones educativas, involucrando a docentes, padres, cuidadores y otros profesionales que formen parte de la niñez.

Y digo niñez, no porque estos sean los únicos que necesiten estas herramientas. Al contrario, recordemos que los adultos enseñamos desde el ejemplo de nuestras acciones, más que las palabras dichas.

Para bien o para mal, no se puede enseñar o dar lo que no se sabe, o no se tiene, pero si se puede pedir ayuda, aprender, entrenar, apoyar y confiar en quienes sí saben. Debemos apoyarnos y no olvidarnos de contener y acompañar emocionalmente a nuestros niños, que nos necesitan más que nunca, para desarrollarse con salud física y, sobre todo, mental.

Por todo esto, valoro que Fundación Liderazgo Chile haya presentado un proyecto de ley de Educación Emocional. Ahora, es el Congreso quien debe resolver la entrega de estas herramientas tan importantes, en búsqueda de una sociedad más sana, íntegra y solidaria.

La noche del 3 al 4 de abril de 1848 nace el comandante Arturo Prat Chacón, en la Hacienda de San Agustín de Puñual, ubicada en las cercanías de Ninhue, actual, región de Ñuble. Uno de los protagonistas del Combate Naval de Iquique del 21 de mayo de 1879, cuya acción de valor marcó para siempre nuestra historia nacional.

Conozcamos el lugar donde nació Arturo. La hacienda en cuestión es una casona de estilo colonial construida a mediados del siglo XVIII, cuyos dueños serían posteriormente Pedro Chacón y Morales y su esposa Concepción Barrios. Un incendio afectó la propiedad de su hija María Rosario Chacón y su esposo Pedro Agustín Prat que tenían en Santiago, por lo que ambos son recibidos en la hacienda para reiniciar sus vidas.

Así entonces la pareja vive de la agricultura en la casona, tierras que no siempre fueron generosas. La vida de ellos tampoco fue fácil, habían perdido dos hijos previamente poco después de sus nacimientos y parecía que la vida no les daría una nueva oportunidad. Empero en la noche del 3 al 4 de abril de 1848 la partera Juana Daza tuvo que ser llamada de urgencia para atender el parto de un niño que le llamarían Agustín Arturo.

Se pensó que no sobreviviría al nacimiento, puesto que no expresó ningún gesto al nacer, no obstante, unas terapias con aguas de mar le permitieron superar las primeras semanas de su existencia. No sería la última barrera que tuvo que superar el prematuro Arturo.

Entre el ganado y el ambiente campestre, Arturo Prat dio sus primeros pasos, conociendo el mundo que le esperaba. Su estancia no obstante sería breve, producto de la crisis económica que afectó a nuestro país en 1849, sumado también a la compleja situación financiera de su familia, los obliga a emigrar, despidiéndose para siempre de la Hacienda de San Agustín de Puñual.

En el invierno del citado año, Arturo Prat junto a su familia abordaron un velero en Talcahuano, que los llevó a Valparaíso, para luego instalarse en una chacra que se encontraba en la actual comuna de Providencia, Santiago.

El año 1858 marcaría un antes y después en su vida, pues ingresa a la Escuela Naval con diez años de edad y desde entonces su destino quedaría marcado para siempre, no sólo en su vida, sino que también de todo el país.

En momento complejos como el que estamos viviendo como país, la figura de Arturo Prat debe ser un ejemplo de unión ante la adversidad, porque, aunque la contienda sea desigual, nunca hay que arriar el pabellón.

Está claro que las elecciones de constituyentes y gobernadores serán pospuestas. La medida es justificada, considerando la alta tasa de contagios, pero genera una mayor incertidumbre en el proceso político que estamos viviendo. Ante este escenario los regionalistas no debemos perder de vista nuestros dos imperativos categóricos.

En principio es clave que la nueva Constitución plantee con claridad la existencia de un Estado Descentralizado, lo que debe ser consistente con el resto de los enunciados que tendrá nuestra futura carta magna.

La actual Constitución, además de los problemas de legitimidad, presenta una suma de ajustes o enmiendas que responden a los avances en materia de descentralización, los que han sido claramente insuficientes. Basta con revisar el tiempo transcurrido entre las principales innovaciones para comprobar que falta una mirada sistémica de un proceso que ha sido muy difícil. En casi 30 años tenemos la creación de los gobiernos regionales (1991), la elección de los consejeros (2009), la ley de fortalecimiento de la regionalización y la elección de los gobernadores regionales (2017, 2018), por mencionar sólo algunos hitos.

Tenemos una oportunidad histórica de reescribir "el todo" con una mirada sinérgica a partir de los principios de autonomía regional, suficiencia presupuestaría, responsabilidad fiscal y coordinación intergubernamental para asegurar el poder alcanzar la equidad y la democracia en el territorio.

Un segundo tema es la instalación de los gobernadores regionales. Esta nueva figura tiene una legitimidad política que nace directamente de los votos. El atraso en la elección de los gobernadores puede dificultar su instalación al hacerla coincidir con la elección presidencial, lo que aumenta la incertidumbre presupuestaria e institucional.

El gobernador necesitará de la ayuda de todos los actores del territorio para lidiar con la actual dinámica centralista que tiene el Estado chileno. Deberá crear los espacios de coordinación intergubernamental (Egon Montecinos 2020) lo que implicará eslabonarse con los representantes del poder central y municipal, los que no necesariamente tendrá el mismo color político, debiendo primar el sentido común y el liderazgo político. Más aún, el gobernador tendrá que velar por no cometer nuevamente el error de centralizar intra-regionalmente. Estoy seguro que si conversamos con un ciudadano de Los Ángeles o Lebu este se va a quejar de Concepción casi tanto como los penquistas lo hacemos de Santiago.

El esfuerzo será titánico y exigirá construir poder desde lo local.

Un estudio recientemente publicado por Centro UC de Políticas Públicas (2020) plantea que en Chile el 14,5% del gasto es ejecutado por gobiernos subnacionales (regional y local) versus el 27,4% que presenta en promedio los países de la OCDE. Entonces, no es injustificado cuando los regionalistas sentenciamos que estamos a medio camino en la descentralización. Por esto ante tanta incertidumbre no debemos perder el sentido de nuestro caminar: descentralizar para asegurar una mayor equidad territorial.

Lunes 29 de marzo: El Presidente Sebastián Piñera anunció el envío al Congreso de un proyecto de reforma constitucional para postergar en cinco semanas las elecciones inicialmente programadas para el 10 y 11 de abril, para que puedan llevarse a efecto el 15 y 16 de mayo. Luego de una sesión especial de su comité político en el Palacio de La Moneda, que concluyó pasadas las 21 horas del domingo y que contó con la presencia del ministro de Salud, Enrique Paris, y de presidentes de los partidos de Chile Vamos, el Mandatario confirmó aplazar los comicios por el complejo escenario epidemiológico.

Martes 30 de marzo: El Ministerio de Salud informó nuevamente la detección de más de 7 mil casos nuevos de covid-19 en 24 horas, completando cinco días en esta situación, mientras que los pacientes con posibilidad de contagiar superaron los 42 mil en todo el país y los fallecidos 23 mil. "Que se abrieran los gimnasios fue un exceso, dijo la académica e integrantes del Consejo Asesor Covid-19, María Teresa Valenzuela. El total de casos en el país llegó 984 mil 484, de los cuales 42 mil 509 se encontraban en la etapa activa de la enfermedad, es decir, con posibilidad de transmitir el virus.

Miércoles 31 de marzo: Mientras el proceso de vacunación avanza y el Congreso debate la posibilidad de postergar las elecciones fijadas para el 10 y 11 de abril, las cifras de contagios por covid-19 empeoran cada día y ya se alcanzaron los 989 mil 492 infectados desde el inicio de la pandemia, con 23 mil 107 fallecidos confirmados y la positividad más alta que se ha registrado desde junio del año pasado. Esto se ve reflejado en el sistema de salud: de las 3 mil 647 camas críticas, 3 mil 515 están ocupadas, es decir el 96,4% y sólo quedan 132 disponibles.

Miércoles 31 de marzo: Por primera vez en más de 30 años, los tres jefes de las Fuerzas Armadas de Brasil dejaron sus cargos por discrepancias con el presidente Jair Bolsonaro ante la destitución del ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, además de otros cinco jefes de cartera. En una tensa reunión, tras la destitución de Azevedo e Silva, el nuevo ministro de Defensa Walter Braga Netto, les comunicó a los comandantes que serán sustituidos. De ese modo, Bolsonaro deberá reemplazar al almirante Ilques Barbosa Junior, de la Marina; al teniendo de brigada Antonio Moretti y al general Eduardo Pujol.

Jueves 1 de abril: Las relaciones entre Italia y Rusia sufrieron un importante revés, con un caso de espionaje sin precedentes: la detención de un oficial ruso "sorprendido de manera flagrante en un intercambio de información militar clasificada" con un capitán de fragata de la Marina italiana, también detenido y acusado de "graves delitos relativos a la seguridad del Estado". La operación policial permitió la detención durante "un encuentro clandestino" en un estacionamiento de Roma y dejó al descubierto la intensa actividad de los servicios secretos rusos en Italia.