Falta de espacio físico es el principal problema de alumnos en clases online
Utilizando un diseño cuantitativo, y tres mediciones durante un periodo de 12 meses, se evalúan las percepciones de estudiantes y profesores, como también, los resultados del proceso de enseñanza y aprendizaje remoto. En la medición participaron 654 docentes y 1.750 alumnos pertenecientes a 34 universidades del país.
Hasta el 2020, en Chile, la cultura de educación superior remota no era habitual. Si bien, se había avanzado en programas de postgrado y educación continua, su desarrollo en el pregrado era menor al 6%. Pero la aparición del covid-19, obligó a transitar con rapidez a una educación remota, lo que, en muchos casos, no permitió la planificación suficiente del cambio.
Para analizar este proceso, el Centro de Investigación y Mejoramiento de la Educación (CIME) de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo, dirigido por Verónica Villarroel, junto a un equipo de investigadores compuesto por 15 académicos de 13 universidades chilenas, y la colaboración de 14 asesores internacionales de 12 universidades, desarrollan una investigación sobre educación remota en pandemia en la universidad.
El objetivo es caracterizar el proceso educativo remoto a nivel nacional, durante la pandemia, desde la experiencia de docentes y estudiantes, considerando indicadores internacionales sobre mejores prácticas, entornos y tecnologías del aprendizaje. Asimismo, contrastar la experiencia de educación remota nacional con la de universidades de países con alta y baja experiencia en procesos de enseñanza y aprendizaje a distancia.
Utilizando un diseño cuantitativo, y tres mediciones durante un periodo de 12 meses, se evalúan las percepciones de estudiantes y profesores, como también, los resultados del proceso de enseñanza y aprendizaje remoto. Se espera identificar estrategias educativas efectivas utilizadas en pandemia, considerando las indicaciones que surgen de teoría, y evidencias de investigación en procesos educativos remotos de alta calidad.
RESULTADOS PRELIMINARES
Durante el segundo semestre de 2020, se aplicó el primer cuestionario estudiantes y docentes. En esta medición participaron 654 docentes y 1.750 estudiantes pertenecientes a 34 universidades del país.
El Dr. Roberto Melipillán, de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo, quién colabora en el proceso de análisis de datos, informa que, a nivel global, el 87,7% de los estudiantes contaban con dispositivos electrónicos para sus clases online y el 79,5% con conexión a internet, sin embargo, casi el 40% de ellos relata no disponer de un espacio físico adecuado. En el caso de los docentes, el 99% de ellos cuentan con dispositivos electrónicos y el 98,1% con conexión a internet, pero más de un 20% de ellos no disponía de un espacio físico adecuado, tal como ocurre con los estudiantes.
Respecto a sus competencias para realizar educación remota, el 81.4% de los profesores universitarios percibe que cuenta con las competencias para realizar docencia online, pero más del 30% de ellos considera que las capacitaciones recibidas desde sus casas de estudio, no fueron totalmente útiles para enfrentar este desafío.
Más del 90% de los estudiantes percibió respeto entre estudiantes y profesores en las clases online, lo que es corroborado por los docentes. Pero, a pesar de este ambiente de confianza, sólo al 13,4% de los estudiantes se sentían cómodos con activar su cámara en clases, aun cuando el 70% consideraba positivo que sus profesores lo hicieran. "Puede ser que como casi el 40% de los estudiantes no cuentan con un espacio físico adecuado para la educación remota, esto impacte en su decisión de activar cámara", comenta la Dra. Villarroel.
ACTIVIDADES
Los estudiantes señalaron que las actividades pedagógicas habituales en pandemia eran similares a la docencia en formato presencial, por ejemplo: a) uso de powerpoint, envío de texto para leer antes de la clase, aplicación de guías, b) uso de ciertas tecnologías como videos cortos, podcast, pizarras zoom, padlet, YouTube y c) enseñanza utilizando organizadores gráficos, mapas conceptuales o cuestionarios online.
Las estrategias con menos del 20% de ocurrencia, eran: a) uso de herramientas lúdicas tipo kahoot y menti, y b) actividades de construcción colaborativa online. En este sentido, se mantiene la lógica de la docencia presencial trasladada al formato virtual, lo que se conoce como educación remota de emergencia, señala la directora del CIME.
El 84.3% de los estudiantes señalan que sus clases fueron en la modalidad sincrónica, pero casi el 40% de ellos considera que la cantidad de clases sincrónicas a la semana era mayor a la que podían manejar.
En relación al sistema de evaluación del aprendizaje, sólo el 42% de los estudiantes plantea haber recibido algún tipo de retroalimentación sobre su trabajo. Por otra parte, un escaso 12% de los estudiantes muestra alta confianza en la evaluación. El 19% de los alumnos reconoce haber copiado alguna vez y casi el 40% de los estudiantes cree que sus compañeros copiaron durante el semestre.
Estos números concuerdan con la opinión de los profesores, ya que el 26,2% de ellos plantea alta confianza en la evaluación, y 40,7% creen que sus alumnos copiaron. Estas cifras muestran una importante necesidad de mejora en el área de la evaluación.
En relación a las emociones que experimentaron los alumnos durante la educación remota en pandemia, el 82% relata haber sentido estrés, el 71% frustración y el 47% angustia. En todas estas emociones, las mujeres expresan mayor intensidad que los hombres. En cambio, los hombres expresan significativamente mayor desmotivación que las mujeres.
40% de los alumnos, aproximadamente, dice no contar con un espacio físico adecuado para participar en clases online.
A pesar del ambiente de confianza que se genera en las clases, sólo al 13,4% de los estudiantes se sentían cómodos con activar su cámara.