"Cuando sentí los primeros síntomas, que es no tener gusto ni olfato, me fui a la clínica Biobío el 2 de noviembre para hacer el PCR y de forma inmediata se da el resultado, donde salí positivo. Ya había pasado un fin de semana con mi familia de forma normal, donde podrían haber sido contagiados e hicimos cuarentena. Tomé la decisión de confinarme en mi domicilio y yo usé mascarilla permanentemente en el domicilio para evitar que mis hijos y mi señora se contagiaran. Estuve aislado en una pieza y usé un baño de forma personal para evitar que se mezclaran, por ejemplo, los cepillos de dientes.
Pasaron cinco, seis días donde me sentí normal, pero el 7 de noviembre empecé a sentir molestias físicas, como una tos intensa y el 8, gracias a que una amiga de mi señora le envió un saturómetro a la casa, logramos ver cómo estaban mis índices de oxigenación de la sangre y mis latidos cardiacos. Esto demostró que tenía una baja saturación y una pequeña taquicardia. Eso hizo que llamáramos al SAMU y me trasladaron al Hospital Regional, donde no había camas así que me derivaron a la Clínica Biobío. En la ambulancia iba solo, porque mi familia estaba en cuarentena. En la clínica se me acercó un médico y me preguntó si autorizaba la intubación, a lo cual respondí que sí, que tenían que hacer lo necesario. Después perdí un poco la conciencia. Mi señora y mi madre me relataron que las llamé por teléfono en una suerte de despedida, pidiendo básicamente que cuidaran a mis hijos, a la familia. No recuerdo haberlas llamado.
Tuve alucinaciones. En muchas oportunidades vi a mi familia en una suerte de visita y eso no fue real. Es una situación compleja desde el punto de vista humano. Estás amarrado de manos en la cama porque el personal de salud tiene que evitar que no te caigas de la cama.
Cuando retomé la conciencia el viernes 20 de noviembre desperté porque el auxiliar estaba haciendo el aseo de la sala de cuidados intensivos con cloro. Ese olor me despertó. Con eso sentí que estaba de vuelta, porque ingresé sin tener olfato ni gusto. Ahí usé el botón de timbre que uno tiene en la cama para solicitar la asistencia y pude hablar con el médico. La preocupación en ese minuto era cuándo podía volver a mi casa, cuándo podía hablar con mi familia. Me pasaron mi teléfono y pude hacer una videollamada. La emoción fue tremenda al ver a mi señora y mis tres hijos alrededor, hablando muy poco porque tenía la voz muy desgastada producto de la intubación. Todavía tengo un poco desgastada la voz, pero ya es mínimo. La invasión de la intubación hace que se puedan dañar las cuerdas vocales.
Fui derivado a la sala covid de hospitalizados. Estuve del 20 al 23 de noviembre ahí, donde tampoco pude tener visitas. Ahí se me hizo trabajo kinésico dos a tres veces al día para la recuperación física, con medicamentos durante la mañana, tarde y noche y un broncopulmonar me revisa todos los días. El 23, viendo que estaba en una situación de estabilidad, se me dio una semana de reposo en el domicilio con aislamiento. El 30 tuve el control médico, se me hizo el chequeo correspondiente y se me dio de alta. Ahora estoy trabajando en el proceso de recuperación física, de la musculatura, por la baja sustancial de peso. Bajé 11 kilos durante la internación en la clínica y ahora estoy recuperando masa muscular y fortaleciendo la musculatura. Eso hay que mantenerlo por unos días más y después se hará un chequeo para ver cómo está la parte motora.
Ahora tengo que realizar ejercicios respiratorios, ejercicios físicos de elongación, caminatas, que son de unos 15 minutos para no agitarme y con pesas para fortalecer musculatura del tren superior. Ha sido un trabajo intenso. El tratamiento kinesiológico es todos los días. Mañana y tarde tengo que hacer ejercicios de una pauta que me dejaron.
Las caminatas han ido aumentando al nivel que ya voy en un pequeño trote y esto te motiva. No es que te dan de alta y vuelves a realizar tu vida normal, sino que tienes que realizar una serie de ejercicios kinésicos para volver a tener tonicidad muscular y volver a la normalidad.
No tengo idea de quién y cómo me contagié. Yo creo que fue el día de la elección, porque alguien se me acercó, se bajó la mascarilla dos segundos para que lo reconociera y me saludó. No voy a tener claro nunca si ese fue el momento o no, porque los contagios pueden estar a la vuelta de la esquina".