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MAYOR EXPOSICIÓN A VIRUS DESCONOCIDOS Y ENFERMEDADES

Degradación de ecosistemas y de biodiversidad aumentará riesgo de epidemias

Hoy se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y su acento está en conservar la diversidad biológica, en un contexto global de pandemia que parece gritar el impacto de una acción humana que invade, interviene y daña al planeta
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Por Natalia Quiero Sanz

Quizá la pandemia del covid-19 cambió los planes en relación a las actividades programadas, pero no el sentido del Día Mundial del Medio Ambiente 2020. Al contrario, es un hecho lamentable que aparece como un grito que refuerza el llamado a actuar para proteger al planeta bajo el lema "Por la Naturaleza" y con un mensaje cuyo foco es la conservación de la biodiversidad.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que desde 1974 impulsa esta efeméride cada 5 de junio, la naturaleza está al borde del colapso por el gran deterioro de los ecosistemas y la irreversible reducción de la diversidad biológica, y la emergencia sanitaria global ha puesto en evidencia que la acción humana es la principal responsable de efectos de los que la humanidad es también una vulnerable víctima. La destrucción de hábitats provocada por factores como la contaminación, invasión e intervención del hombre, se asocia a pérdida de flora y fauna, y a alteraciones de delicados equilibrios naturales que tienen tras de sí cientos o millones de años de evolución conjunta entre especies como animales y virus, por lo que también aumenta la exposición a organismos potencialmente patogénicos que permanecían aislados. Así, se incrementa el riesgo de enfermedades y epidemias como las que provocó el recién descubierto coronavirus, cuyo brote se atribuye que comenzó en un mercado en la ciudad china de Wuhan donde se comercializaban animales silvestres.

El covid-19 es lo que se conoce como enfermedad zoonótica, es decir, que se traspasa desde animal al humano, explica Patricio Oyarzún, biotecnólogo doctor en Bioinformática y director de Investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad San Sebastián de Concepción, advirtiendo que "en la literatura se puede encontrar que hay cerca de un millón de virus potencialmente patogénicos para nosotros asociados a especies silvestres".

COMPORTAMIENTO Y RIESGO

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 60% de las enfermedades infecciosas humanas registradas se transmiten desde animales a personas y cerca del 75% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas; junto al nuevo coronavirus y otros de la misma familia, en este grupo están también el VIH, ébola, y zika, entre otros. Desde allí, el doctor Oyarzún afirma que "científicamente es conocido que los patógenos emergentes están apareciendo con mucha fuerza en los últimos 40 o 30 años, y se han cuadriplicado las emergencias por la aparición de brotes epidémicos ligados a estos".

Para él no hay dudas de que esto tiene una directa asociación con el comportamiento humano y los cambios en el medioambiente que ha provocado, por llegar cada vez más lejos con sus intervenciones como la urbanización o la tala de bosques e incluso hábitos alimentarios, pues el investigador asevera que para que "se genere el cruce de virus de animales a humanos tenemos que estar cerca del virus" y, por ende, del animal. En efecto, las situaciones descritas y otras vinculadas a la invasivamente dañina acción humana "conectan directamente con el hecho de acercarnos cada vez más a donde viven virus y microorganismos que están normalmente asociados a especies animales, que son parte de ecosistemas que han evolucionado por millones de años, y a los que no estaríamos potencialmente accesibles".

Pero, al invadir un hábitat que no es naturalmente propio se genera de inmediato una exposición, en riesgos que se incrementan en la medida que se degradan los ecosistemas y se pierde riqueza o diversidad biológica en una comunidad, es decir, desaparezcan especies. "Al alterar los ecosistemas y equilibrios dinámicos que hay en estos, y al disminuir la biodiversidad, disminuye la cantidad de especies que pueden infectarse de esos virus y de eventualmente actuar de barrera para que nosotros nos veamos menos expuestos", destaca Oyarzún.

Por ello, no es descabellado decir que mientras el ser humano más lejos llegue a invadir e intervenir la naturaleza, mientras menos cautela y consciencia tenga en sus acciones, más expuesto y susceptible estará a patógenos para los que el organismo no tiene inmunidad ni la humanidad fármacos para tratar o prevenir, y que así se gatillen situaciones como la pandemia que vivimos actualmente.

CUIDAR BIODIVERSIDAD

Lo expuesto deja en evidencia que cuidar al medioambiente, respetar a todos los ecosistemas y formas de vida que habitan el planeta, es crucial, vital, para la salud humana. En el mismo sentido, mientras más biodiversidad haya también habrá más fuentes de material genético y recursos provenientes de plantas o animales que permitan obtener principios activos para desarrollar fármacos, por ejemplo, menciona el ingeniero forestal Juan Pedro Elissetche, doctorado en Ciencias Biológicas mención Botánica y docente de la Facultad de Ciencias Forestales e investigador asociado al Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción.

El valor sociocultural que el medioambiente y biodiversidad tienen para las comunidades es otro que destaca, pues muchos pueblos se han desarrollado en sintonía con los productos que provee la naturaleza. No sólo los paisajes caracterizan a un lugar, también pasa con ciertas frutas, flores, árboles y animales. De esta forma, no se puede desvincular el aspecto económico asociado en muchos casos.

"También hay factores psicológicos asociados a la biodiversidad. Por ejemplo, el concepto de 'baños de bosque' se está acuñando mucho últimamente", cuenta. En éste, el bosque con sus sonidos, aromas y especies que le habitan, brinda una experiencia de desconexión con el ajetreo cotidiano y conexión con la naturaleza, que se transforma en una herramienta de relajo y en muchos casos sanadora.

Siguiendo con los bosques y el mundo vegetal, su existencia permite fijar carbono y de esta forma limpiar y brindar al aire que respiramos. La ONU afirma que las plantas marinas producen más del 50% del oxígeno en la atmósfera y la otra parte es función de las terrestres, por lo que mares y forestas son pulmones del planeta.

Aunque las dichas son razones que permiten comprender el rol de la biodiversidad y de la naturaleza, por tanto la importancia de su cuidado y conservación, para Elissetche no debe hacer falta argumentar, porque la diversidad biológica y cada especie de las millones que existen es un tesoro de riqueza invaluable que debe resguardarse. Buscar motivos, plantea, es parte de la visión antropocénica, del hombre como el centro de todo en virtud de obtener provechos; lo mismo asociado a los severos impactos ambientales que hoy se lamentan.

En ese sentido, la sensibilización que hace la ONU es que urbanización, tala indiscriminada de bosques, incendios forestales, deforestación, agricultura intensiva y minería ilegal son los principales factores asociados a la degradación de ecosistemas y pérdida de la biodiversidad a nivel global. Por tanto, en esa línea deben apuntar las acciones, los cambios.

CHARLA DEL CICLO "ASTRONOMÍA EN TU CASA"

Astrónomo UdeC contará las etapas finales en la vida de las estrellas

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El viernes pasado, el doctor Ronald Mennickent invitó a hacer un viaje que tuvo como punto de partida el nacimiento de las estrellas, recorriendo la evolución que siguen durante su ciclo vital, en una aventura que culminará hoy 5 de junio con su charla "Estados finales de la vida de las estrellas".

Se trata de la onceava jornada de "Astronomía en tu casa", iniciativa que surgió a raíz del confinamiento de la población por la pandemia de covid-19 y que es organizada por el Proyecto de Agujeros Negros Supermasivos, donde participan astrónomos y astrónomas de las universidades Católica de Chile, de Valparaíso y de Concepción. Al Departamento de Astronomía de esta última institución pertenece el expositor que por segunda vez consecutiva protagonizará la jornada que se transmite vía streaming, a las 19:00 horas, a través de Youtube.

El éxito de la charla anterior, la gran cantidad de público que se encontró virtualmente para participar y hacer preguntas al científico para saber más, impulsaron la realización de una segunda parte, en la que se profundizará sobre los estados finales de la vida de las estrellas. "Reflexionaremos sobre las leyes físicas que permiten explicar los estados finales de las estrellas y presentaremos algunos de los emisores de ondas gravitacionales detectados con el observatorio LIGO", adelanta Mennickent, precisando que "consideraremos las ultra-densas enanas blancas, las enigmáticas estrellas de neutrones y los extraordinarios agujeros negros".

La promesa es asombrar a la audiencia, primero, por el conocimiento expresado en palabras, pues explicará por qué algunas estrellas colapsan hasta convertirse en agujeros negros, pero el público también podrá escuchar sonidos asociados a ciertos fenómenos.

Vale la pena destacar que Ronald Mennickent, doctor en Física, fue el primer astrónomo contratado por la Universidad de Concepción hace más de dos décadas, entidad donde también ejerce el cargo de director de Investigación y Creación Artística, y además de participar en relevantes estudios, liderar múltiples proyectos de investigación y trabajar en reconocidos observatorios, ha llevado una potente actividad como divulgador científico, en la que ha escrito libros y minicuentos, además de participar en iniciativas para musicalizar el brillo de las estrellas.

Opinión

El medioambiente sobre rieles

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Cuesta imaginarse que hay un beneficio para el medioambiente cuando uno ve pasar un tren de carga. Puede ser por la naturaleza de una actividad asociada a procesos industriales y exportaciones, pero -como bien sabemos- las apariencias pueden ser muy engañosas.

Tal vez, lo primero que hay que saber es que la carga que no viaja en tren lo hace en camión por carreteras y ciudades. Y es precisamente en la comparación entre ambos modos de transporte donde radican las evidentes ventajas ambientales y sociales del ferrocarril.

Las cifras disponibles son contundentes: cuando se le compara con el transporte de carga por carretera, el tren exhibe la cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por tonelada movilizada. Esto quiere decir, por ejemplo, que si en el movimiento de una tonelada de carga -y en un trayecto igual- por carretera se consumen y queman 4 litros de petróleo, en el tren sólo se usa 1 litro, es decir. Éste es un inmenso aporte a la reducción de las emisiones de CO2.

Quizás muchos se preguntarán, ahora, por qué desconocían este atributo ambiental tan amigable del ferrocarril. Entre los operadores de este modo de carga hay consenso en que ha faltado subrayar con mayor fuerza e insistencia esta cualidad, centrándonos en el pasado en destacar las ventajas logísticas y competitivas del tren. Sin embargo, las ventajas ambientales del tren son apoyo muy relevante para reducir la huella de carbono de la industria y para la sociedad en su conjunto.

Hace un tiempo hemos comprendido -como debe hacerlo toda empresa moderna- la importancia de mostrar a la comunidad los beneficios de usar el tren para la actividad industrial y exportadora de la Región del Biobío y el país. Por ello, nos interesa de sobremanera mirar todo lo que hacemos a través del prisma de la sostenibilidad, donde el ferrocarril de carga también suma a su mucho mejor desempeño ambiental otras ventajas sociales como su contribución a descongestionar las carreteras y las calles de las ciudades, pues un convoy de carga equivale a unos 80 camiones y circula con mucho menos frecuencia y en vías segregadas. Además, el tren exhibe 20 veces menos accidentes por tonelada transportada.

Es por lo anterior que, junto con construir más carreteras, nuestro país debe hacer un esfuerzo para potenciar un sistema de transportes más sostenible, bajo en emisiones, seguro y que contribuya a una mejor calidad de vida de las personas, como lo es el tren de carga.

Y volviendo de lleno al cuidado del medioambiente, vale tomar conciencia de lo que todos hemos visto en estos dificilísimos meses de emergencia sanitaria: la menor circulación de vehículos nos ha regalado, tal vez como consuelo ante tanto dolor, unos cielos maravillosos y más libres de contaminación, que es lo que se logra cuando hay menos emisiones.

Por David Fernández, gerente general de Fepasa