Cierre adelantado de centrales a carbón
La empresa Enel ha resuelto adelantar el cierre de sus centrales en Coronel y dejará de operar con carbón en Chile en dos años. La central Bocamina I, que inició sus funciones hace medio siglo, será desconectada a más tardar a fines de este año, mientras que Bocamina II, inaugurada en 2012, debería cesar en mayo de 2022, una medida que está acorde con la necesidad de descarbonizar la matriz energética de Chile, para reducir la contaminación ambiental.
En mayo de 2019 el Presidente Sebastián Piñera anunció el acuerdo a que llegó el Gobierno con las empresas generadoras a carbón Aes Gener, Colbún, Enel y Engie para aplicar un plan de retiro en dos etapas: la salida de las ocho más antiguas plantas en un plazo de hasta cinco años, y la segunda fase, que es el cierre de las 28 termoeléctricas de este tipo que operan en el país, antes de 2040.
Pero ya desde diciembre 2019 se adelantó la salida de seis centrales, llegando a un total de 12 que serán cerradas en la primera fase, acelerando así una transición energética hacia una matriz más eficiente, económica y limpia, capaz de sostener el desarrollo del país y, a la vez, reducir su impacto sobre su entorno y el clima. El gobierno, a través del ministro de Energía Juan Carlos Jobet, ha valorado la decisión que, a su juicio, está en línea con los esfuerzos del gobierno de avanzar hacia una matriz de generación menos contaminante.
Una central termoeléctrica se emplea para la generación de electricidad a partir de la energía liberada en forma de calor, mediante la combustión de petróleo, gas natural o carbón. Este calor es empleado por un ciclo termodinámico convencional para mover un alternador y producir energía eléctrica. Pero la emisión de residuos a la atmósfera y los propios procesos de combustión que se producen en las centrales térmicas tienen una incidencia importante sobre el medio ambiente. El problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales termoeléctricas convencionales que utilizan carbón, porque la combustión tiene como consecuencia la emisión de partículas, ácidos de azufre y dióxido de carbono (CO2).
Por ello, en la zona de Coronel hay todo un historial de conflictos y movilizaciones de la comunidad en contra de Bocamina. Se recuerda que el Tribunal Ambiental de Valdivia responsabilizó a esa planta de las malas condiciones ambientales, tras la demanda interpuesta por más de 900 personas y organizaciones de Coronel y Lota en contra de Endesa -actualmente Enel- por la contaminación generada por las operaciones en 2014. Según el fallo, ese año se sobrepasaron las normas de emisión durante 340 horas, lo que se sumó a la ubicación de la planta en una zona saturada por material particulado (MP2,5).
Es cierto que el país tiene necesidades energéticas que van en aumento para acompañar el desarrollo económico. Hace unas décadas, las inversiones se canalizaron especialmente a la termogeneración, para hacer frente a esas necesidades. Pero la descarga de gases contaminantes a la atmósfera, causantes del efecto invernadero, tiene impactos por su participación en el calentamiento global. Por eso, es importante este programa de cese paulatino de las plantas a carbón y el anuncio realizado por Enel de acelerar el cierre de esas plantas contaminantes.
Por otra parte, habrá que reemplazar esa generación por otros mecanismos, como es el caso de las plantas hidroeléctricas o los sistemas de energías renovables no convencionales, como la de tipo solar, eólica o mareomotriz. Todas estas variables deben ser ponderadas técnicamente por la institucionalidad ambiental. Lo importante es que las autoridades, en conjunto con las empresas, han considerado la salud y la seguridad de la población, sobre todo en casos en que las familias viven muy cerca de las fuentes contaminantes, y la necesidad de contribuir a mantener un ambiente más limpio y evitar al máximo los daños al planeta.
Desde diciembre 2019 se adelantó la salida de seis centrales, llegando a un total de 12 que serán cerradas en la primera fase, acelerando así una transición energética hacia una matriz más eficiente, económica y limpia, capaz de sostener el desarrollo del país y, a la vez, reducir su impacto sobre su entorno y el clima.