Fiscalización a la calidad de la leña
La Superintendencia de Medio Ambiente ha activado el programa de fiscalización para la gestión de episodios críticos a los planes de descontaminación atmosférica de Concepción Metropolitano y Los Ángeles, poniendo especial énfasis en controlar a las fuentes fijas, como las calderas, y la leña húmeda, lo que resulta relevante en momentos en que el país realiza esfuerzos por hacer frente a la pandemia de coronavirus y a las enfermedades respiratorias que deberían generarse con el virus de influenza que circula cada otoño-invierno.
Las autoridades han señalado que el trabajo de los fiscalizadores se focaliza en la prohibición de comercializar leña húmeda; obligación de los establecimientos comerciales y de organismos del Estado de declarar sus sistemas de calefacción y programar el recambio de calefactores a leña; restricciones de operaciones de fuentes fijas durante episodios críticos y prohibición de humos visibles en sectores residenciales.
Cada centro urbano tiene características propias respecto de la contaminación que genera al ambiente. En la zona metropolitana de Concepción, ésta se produce por la calefacción domiciliaria en la temporada otoño-invierno, por las fuentes fijas industriales, por el transporte y por las quemas agrícolas o incendios, mientras que en Los Ángeles se calcula que 95% lo producen las estufas residenciales. Durante el año pasado, en el Gran Concepción hubo 23 episodios críticos, de los cuales 19 fueron alertas, y cuatro fueron preemergencias, aunque no se registraron episodios de emergencias. En Los Ángeles, hubo 47 episodios críticos, de los cuales 25 fueron alertas, 12 preemergencias y 10 emergencias.
Las medidas de control de fuentes fijas durante las preemergencias y emergencias serán controladas por la Superintendencia de Medio Ambiente y las empresas deberán paralizar las fuentes contaminantes cuando corresponda.
Durante el sábado y domingo pasados, la Seremi de Medio Ambiente elevó una alerta en la provincia de Concepción, por lo que prohibió la emisión de "humos visibles" esos días, en función de que se había hecho crítica la acción del material particulado 2.5, que es el más fino y peligroso. Esto no significó prohibición en el uso de estufas o chimeneas a leña, sino más bien lo que se persigue es frenar la utilización de leña húmeda. Por ello, se ha recomendado a los usuarios preferir la leña seca, con menos de 25% de humedad, distribuida por locales comerciales establecidos, a la vez que realizar una mantención permanente de los calefactores, para evitar los humos visibles y reducir el riesgo de enfermedades respiratorias, sobre todo en los niños y adultos mayores.
Los problemas de la mala calidad del aire se iniciaron en las últimas décadas especialmente en la Región Metropolitana, pero luego se agudizaron también en las regiones del Maule, de Ñuble, del Biobío y La Araucanía, entre otras. Cada vez son más factores que influyen para que se tomen medidas en regiones, con el fin de proteger a la población. El frío y las condiciones atmosféricas son algunos de los factores que inciden. Por supuesto que la actividad industrial, el tránsito vehicular y el uso de estufas a leña son elementos que hay que considerar, ya que en la zona centro-sur ese combustible tiene una fuerte presencia en la calefacción.
A pesar de que la leña es una importante fuente de energía, de gran utilización, no está estandarizada -por las dificultades que presenta- como lo están otros combustibles reconocidos oficialmente, como lo es el gas, el petróleo o la electricidad. Por ello, es difícil el cumplimiento de parámetros de calidad, de manera que la leña húmeda o verde, con seguridad más barata, se transforma en una gran generadora de contaminación. En los últimos años se han realizado programas de recambio de calefactores por otros menos contaminantes. Todas estas acciones no necesariamente deberían derivar en la prohibición de utilización de la leña, sino más bien en un mejor control de todo el proceso.
Se ha recomendado a los usuarios preferir la leña seca, con menos de 25% de humedad, distribuida por locales comerciales establecidos, a la vez que realizar una mantención permanente de los calefactores, para evitar los humos visibles y reducir el riesgo de enfermedades respiratoria.